EL INSOPORTABLE OLOR A PODRIDO DE LAS CLOACAS BRITÁNICAS

La revelación de que un agente del MI5 estaba relacionado con la encerrona a Max Mosley, su esposa era una de las prostitutas del ‘espectáculo’ del Presidente de la FIA, empieza a sacar los trapos sucios de una sociedad, la británica, vil, traicionera, soberbia, pirata y despreciable.
No se les pone por delante nada ni nadie. Dispuestos a venderse al mejor postor sin remilgos ni contemplaciones.
Rupert Murdoch empieza a ver como salen detalles de su sinverguenza actitud. Montando una encerrona a un depravado, lo cual me parece muy bien porque supongo que todos llevamos uno dentro, y entrando a saco en su intimidad como los piratas en las islas y en los barcos.
Y mientras Mosley se ha enrocado y con una durísima defensa siciliana sigue erre que erre. Estará en Mónaco pero no irá a actos oficiales. Sólo me pregunto una cosa. Suponiendo que salga airoso de la reunión del 3 de junio. ¿Cree que va a poder seguir acudiendo a sus obligaciones como Presidente? O mejor dicho ¿Cree que va a ser bien recibido? Así sigue la F1 en manos de estos puritanos de pacotilla, piratas sin escrúpulos y mercenarios salvajes.
No sólo huele a podrido en las cloacas, el Támesis entero es un gran río de mierda.

mosley
¿Huele mal, Max?
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