HABLAMOS DE DEPORTE
Hablamos de deporte, de carreras. Pardiez. Parecía que eso iba a ser imposible pero no. Afortunadamente, y a pesar de las distracciones que las hubo, mandó el deporte. Y mando un piloto.
Un piloto, guste o no, que es el mejor de largo de todo el Mundial. Con varios cuerpos de ventaja sobre el resto.
En la ‘Catedral de la Velocidad’ donde todo parece fácil pero transcurre más deprisa que en cualquier otro sitio, Fernando Alonso dejó claro que no tiene rival si las cosas son como deben ser.
Estuvo simplemente sublime. Salió bien, tiró. Economizó con el safety. Hizo su primera parada impecablemente. Una vez avisado de que Raikkonen iba a una sola parada, impuso un ritmo demoledor, un martillo pilón que destrozó a sus rivales. De las veintiún vueltas que duró su segundo relevo fue el más rápido en dieciséis de ellas. Pero el detalle clave, el que tiene una importancia básica es el del paso por el vértice en la Parabólica.
La Parabólica te lanza hacia el exterior como pocas curvas. El compromiso entre agarre y velocidad es muy pequeño. Alonso decidió descargar al límite aerodinámicamente su coche. El dato salió en la retransmisión de televisión, pero como los ¿comentaristas? están más preocupados de gilipolleces y tonterías, sobre todo ese cáncer que es Serrano, dejaron pasar por alto la clave, el elemento diferenciador de la carrera, de la impresionante victoria de Alonso.
Si no recuerdo mal, la diferencia entre Alonso y la siguiente velocidad en ese punto era de más de 5 kilómetros por hora. Llevar el coche así de descargado es uno de esos detalles que separan a los hombres de los niños.
El propio Hamilton sufrió de lo lindo para poner el coche a punto. Aunque quizá sería más correcto que no pudo usar la configuración al límite de Fernando y buscó la manera de contrarrestar ese paso tan rápido por la Parabólica. Fernando así evitaba el mayor peligro de Monza. El rebufo de la recta y se evitaba problemas en la primera frenada.
Sublime, simplemente sublime. Y encima esa demostración sirvió para hablar de deporte, de carreras.
Lo del jueves será otra historia, asquerosa, pero historia al fin y al cabo.
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