LAS CONFIANZAS
Parecía una carrera para Mercedes. Lewis Hamilton iba camino de coronar un fin de semana de celebraciones. Pero la lluvia puso todo patas arriba. Max fue de los que supo nadar y se llevó la victoria.
Por primera vez vimos la aplicación de la nueva normativa sobre las salidas. Michael Masi, el director de carrera, antes el estado de la pista, estuvo lloviendo antes de la carrera a intervalos (y amenazaba con seguirlo haciendo), ordenó que se diera la salida detrás del coche de seguridad. Pero sólo para ver como estaba la pista mientras esos giros se descontaban del total de la carrera. Tras tres vueltas los coches se volvieron a colocar en la parrilla y se dio la salida desde parado.
La carrera desde ese momento fue entretenidísima. Aunque pareciera que con los dos Mercedes en cabeza, iba a ser otro recital del mejor equipo del mundial. Pero el clima no estuvo dispuesto a colaborar con la fiesta. Trajes típicos germanos, mucho jijí y mucho jajá pero al final, mucho te quiero perrito pero darte pan, poquito. La sensación de confianza en el equipo era abrumadora. Y quizá los dioses de las carreras les quisieron dar un toque de atención.
INTERRUPCIONES
Fueron bastante las interrupciones. Neumáticos de lluvia con la pista no siempre con el agua suficiente. Neumáticos de seco con a veces demasiada agua y temperatura fría en el asfalto. Todo eso, por partes, se conjugó para darnos uno de los grandes premios más movidos de los últimos años.
El primero en provocar la salida del Safety Car fue Checo Pérez, que estampó su Racing Point contra las protecciones al no poder controlarle con las gomas frías. Gomas que no había sido capaz de meter en temperatura. La parte delantera del grupo estaba negociando la segunda parte del estadio, por lo que no pudieron reaccionar al accidente. Algunos de los que venían detrás, sí. Entre ellos Vettel, que no llegó a marcar tiempo en la clasificación del sábado, y Albon. Montaron intermedios. A la siguiente vuelta pararon casi todos los demás.
Lo peor de la pista estaba en las dos últimas curvas. Varios pilotos tuvieron sus momentos allí. Entre ellos Sainz, que salvo su McLaren más a la manera que habría aplicado su señor padre que un piloto de F1. Leclerc también tuvo un susto. Hay que incidir, porque luego será importante, que los pilotos veían, sentían y sabían como estaban esas dos curvas.
La lluvia pasó a ser insignificante por lo que cuidar los intermedios era clave. Pero diez vueltas después Ricciardo veía por su retrovisor como se rompía su motor. VSC al canto. De nuevo par algunos fue una ventaja. Y aquí hay algo que debe de ajustar la FIA. El periodo de VSC debe ser el mismo para todos. Concretamente debe de cubrir la posibilidad de que todos puedan parar en boxes. Eso implica mantenerlo por al menos un poco más de una vuelta.
Favoreció a Leclerc al que Ferrari llamó para montarle intermedios nuevos sin perder posición. Sus gomas nuevas le permitieron acercarse a Verstappen y a los Mercedes que lideraban la carrera con un Hamilton intocable.
VETTEL ARRIESGA
No tenía nada que perder porque desde la sesión del sábado el alemán tenía todo perdido. Con la situación del campeonato el título está fuera del alcance. Otra cosa es la lucha por el subcampeonato o el tercer puesto. Pero a la espera de mejores tiempos, una carrera loca es lo que necesitaban los de detrás. Porque podína arreisgar. Si salía bien, genial. Si no, no pasaba nada.
Magnussen fue el primero en cambiar a neumáticos de seco en la vuelta 21ª. Sus tiempos en el segundo parcial eran tremendos, pero no así en los otros dos. Tras dos vueltas Vettel decidió cambiar. Por su parte Leclerc se mostró reticiente y siguió en pista.
Inmediatamente el alemán empezó a rodar al mismo ritmo que el desto con los intermedios. Eso implicaba en que iba a empezar a ganar tiempo en la siguiente vuelta. Zafarrancho.
Red Bull llamó a Verstappen montándole medios. Pero Max fue incapaz de hacerse con el coche en el estadio y completó un trompo completo del que salió indemne y con sólo una plaza perdida.
Por su parte la pesadilla de Renault, como motorista, continuaba con Norris aparcando su McLaren.
Inmediatamente Ferrari llamó a Leclerc montándole blandos y ganando las posiciones de Verstappen y de Bottas, que reaccionó a la parada del de Red Bull. Era el turno de Hamilton que se veía con la amenaza del monegasco y con el liderato pendiente de un hilo. Pero al ansía de Leclerc le jugó una mala pasada. Se coló en la última curva, se fue recto, entró en la pista de dragsters y golpeó las protecciones.
LA ÚLTIMA CURVA
El Safety Car salió a la pista. Esto cercenó de raiz la posibilidad de Hamilton de meter temperatura en sus gomas. A la vez, Bottas y Verstappen se preparaban para entrar para montar intermedios.
Y entonces se produjo una serie de sucesos que hablan muy mal del Director de Carrera, los comisarios, la FIA y otras lindezas (habría quedado bien algo como lo de ‘El fontanero, su mujer y bla bla bla’ pero no cuadraba.
Lewis perdía el control del coche en la penúltima curva, se saliá, cruzaba la pista de dragsters y tocaba las protecciones ligeramente dañando su alerón delantero. Sin pensárselo se tiró a la entrada de boxes haciéndolo por fuera del bolardo que delimita la separación con la pista. Matiz. Cuando Hamilton se iba fuera de pista Leclerc se iba hacia la parte de detrás de su coche alejándose del punto del incidente.
Tenemos un coche que se sale con bandera amarilla (Safety Car) en el sitio que ha provocado ese periodo de precaución. Donde los pilotos sabían de sobra como estaba desde la primera vuelra. ¡Y no se hace nada! ¿Estamos locos? Luego, y repito, pasan cosas. Y cuando pasen, las manos a la cabeza y a llorar. Al final Hamilton recibió 5 segundos de penalización por su entrada por el lado incorrecto a boxes. Lamentable y reprobable actitud de los comisarios que mostraron cuando menos, pcoa aptitud también.
Hamilton asumió los 5 segnudos muy bien, la otra opción era una vuelta con el alerón roto y las ruedas frías a ritmo, eso sí, de Safety.
¿CONSERVAR O ARRIESGAR?
Pero a pesar de que Hamilton parecía salvar la situación, todo se torció. Como buenos alemanes, todo lo que está previsto y pensado funciona como un reloj. Pero en cuanto hay un mínimo cambio o hay que improvisar, las cosas se pueden complicar. Y eso es lo que pasó.
El equipo esperaba a Bottas por lo que no tenían ni las gomas, y lógicamente, el morro, preparados. Casi un minuto le llevó la operación a Hamilton volviendo a pista co intermedios y en 5ª posición tras Albon.
A la vez Bottas se mantuvo en pista y esa vuelta extra le costó el liderato con Verstappen y la segunda posición con Hulkenberg. El alemán de Renault no pudo hacer mucho ante el ataque de Bottas primero y de Hamilton después. Como colofón se iba contra las protecciones, también, en la entrada a meta. La lluvia había arreciado. Otro Safety car.
Aquí Mercedes cometió otro error. Mientras Verstappen volvia a parar para montar intermedios nuevos, en Mercedes dejaron a sus pilotos en pista. Al menos deberían haber hecho lo mismo que Red Bull con uno de sus pilotos.
Otros sí se la jugaron. Racing Point con Stroll y a la vuelta siguiente, amenazados, Kvyat y Magnussen, montaron blandos. Hamilton completó su desastre tras luchar con Albon y Sainz, cometiendo un trompo escalofriante en la Curva 1 que pudo salvar. Mientras Vettel, por debajo del radar, volaba con los slicks tras haber sido muy caúto con los intermedios. A falta de 6 vueltas el desastre de Mercede y el exceso de confianza se completaban. Bottas cometía el mismo trompo que Hamilton. Sólo que él sí se estrellaba contra las protecciones.
REMONTADA
Verstappen perdió su ventaja sobre Kvyat, pero volvió a rearrancar al retirarse el SAfety de manera perfecta y ya no miró atrás consiguiendo su 2ª victoria en tres carreras. Vettel en esas últimas vueltas pasaba a Sainz, Stroll y Kvyat para terminar en un inesperado pero gran segundo lugar en una carrera juiciosa por parte del alemán. El riesgo corrido por los que montaron blandos, daba sus réditos con el podio de Kvyat.
Y Carlos Sainz.
El madrileño cayó hasta la 13ª posición tras su excursión en las primeras vueltas. Se mantuvo fuera de los puntos hasta casi mitad de carrera. En ese momento se producía la rotura de su compañero Norris y aprovechando todos los incidentes se colocaba 6º. Cuando se produjo el accidente de Bottas, Carlos pidió montar neumáticos blandos. Pero el equipo no lo vio claro. Ascendió a la 4ª con la parada de Vettel pero la perdió poco después no pudiendo sujetar al alemán. Quizá era el día del podio. Tanto él como Vettel completaron una gran remontada.
Mientras en Mercedes rumiaban una derrota dura y que les bajaba a la tierra de nuevo. Tanta distracción y tanta confianza fue letal para sus aspiraciones. Aún así, en las clasificaciones generales, no sufrieron apenas daño. Tal es su ventaja. Normal que tengan, a veces. excesos de confianza.
EXCESO DE CONFIANZA
Parecía una carrera para Mercedes. Lewis Hamilton iba camino de coronar un fin de semana de celebraciones. Pero la lluvia, y algunos errores de bulto, puso todo patas arriba. Max fue de los que supo nadar y se llevó la victoria.
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