El fuera de juego y el flagrante agarrón.
Aprovechando que es San Isidro, no hay toros, y que estamos bañados en bilis por múltiples, variadas y en muchos casos justificadas razones -o todos moros o todos cristianos-. Me apetece puntualizar unas cosas sobre parte de esa bilis que viene del vecino futbolístico.
Mark Clattenburg, árbitro que ahora ejerce en Arabia Saudi, tiene una columna en el Daily Mail. En ella dice que en la final de la Copa de Europa (ahora Champions League) de 2016 en Milán, el gol de Sergio Ramos que supuso el 1-0 fue en fuera de juego. Vaya. ¡Albricias! La pólvora redescubierta. Sí, es cierto que con el VAR hoy en día habría quedado claro el fuera de juego, o no porque hay un brazo por ahí, pero vale.
Siendo cierto lo que dice el árbitro, el problema, como con casi todo hoy en día, está en lo que omite. Por no hablar de la escandalosa confesión que él hace a Pepe cuando pita el penalti a favor del aleti reconociendo que es una compensación como una casa tras haber visto el error, ojo que reconoce que era difícil de ver, del fuera de juego en el descanso.
¿Qué es más grave? Ustedes decidan. Podía también haber recordado su error clamoroso, el del fuera de juego se lo encasqueta al línier, con Ramos y Savic, vaya partido del balcánico, con un agarrón salvaje en otra jugada. Pero no, de eso no dice nada. Como también obvia que podía haber pitado penalti en la famosa jugada del fuera de juego, que tanto recalca, cuando Savic, ¿quién si no? agarra a Ramos.
Esto ha enervado a los del aleti hasta límites insospechados. Con sus periodistas de cámara, la mayoría, haciéndose eco del robo en general.Y les ha dado munición para justificar su bandera, atacar al madrí.
Claro, dado que conviven en el robo desde que permitieron que les quitaran el club, el estadio y la pasta, y siguen callados -yo lo estaría vistas algunas amenazas-, pues es lógico. “Cree el ladrón…”. Por eso no tienen ningún escrúpulo en apoyar al Barsa, que les expolia y le dejan expoliar con naturalidad, en la tremenda manipulación que ha vivido la liga española durante muchos años: “¿Qué más quieres que te dé, Sandro?” y demás sinvergonzadas tomadas con toda la naturalidad por los antes mencionados que se filtra a sus huestes.
Aquí prima el antimadridismo. Mucho que si un sentimiento, que si no sé qué. Mandangas. Reconocido por ellos mismos. Disfrutan más con una derrota del madrí que con una victoria propia. Sí, habrá alguno, varios, puede que muchos, que no lo vean así. Pero en mi conocimiento personal, ínfimos. Y tengo trato con bastantes. No hay más preguntas señoría.
Esta campaña me da que viene a colación de la invitación que va a hacer la UEFA al aleti que ahora mismo no está clasificado para la Copa de Europa. Sobe todo por las dudas de si se va a poder completar la competición. Y es que no sé qué hay que justificar. La UEFA considera al aleti un equipo importante, lo es, para la competición y le invita para no perder caché. A situaciones especiales, medidas especiales. O quizá sólo responde a la naturaleza victimista que parece gustarles adoptar y en la que salpican y retozan como gorrinos en el barro.
Así que céntrense en lo suyo que les irá mejor. El madrí no tiene la culpa de que su loado entrenador, un pendenciero que deja a Mourinho a la altura del betún y al que se le permite todo, fuera incapaz, con 105 minutos, de ganar ese partido. De que Griezman marrara el penalti de compensación y en la tanda: “¡Juanfran al palo!”. Céntrense y miren a su portería con un guardaredes que no vio un penalti en la tanda.
Céntrense en que en Lisboa con todo a favor no fueron capaces de aguantar. Céntrense en que en los cuartos tampoco pudieron eliminarnos el año siguiente y las semifinales de, y Lisboa, y, y. Céntrense por favor. No es culpa del madrí.
Resumiendo, antes de ver la paja en el ojo ajeno, veamos la viga en el propio. El problema del aleti parece estar, los indicios parecen claros pero yo no soy Perry Mason ni Sherlock Holmes, en su banquillo.
Deseando a mis convecinos los mejores éxitos, a poder ser no a nuestra costa, porque al contrario de ellos no les tengo la más mínima animadversión, aquí queda esta pequeña reflexión.
Celebremos a nuestro común patrón en paz y armonía y mirando hacia adelante, que falta nos hace.
¡Hala Madrid! y ¡Aupa Aleti!
P.D. Cuando perdimos la final de París con el Liverpool en 1981 una persona muy cercana me dijo: “A las finales se llega para ganarlas, no para llorarlas”.
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