El fuera de juego y el flagrante agarrón.
Aprovechando que es San Isidro, no hay toros, y que estamos bañados en bilis por múltiples, variadas y en muchos casos justificadas razones -o todos moros o todos cristianos-. Me apetece puntualizar unas cosas sobre parte de esa bilis que viene del vecino futbolístico.