GESTOS

Irlanda ganó a Francia en su primer partido del 6 Naciones. Más que malo el encuentro, tampoco es que aportara demasiado, adoleció de intensidad. Esa que apareció en unos últimos minutos mágicos.


No será así pero Irlanda pareció ir de sobrada en Saint Dennis. Se limitó a controlar y a sumar en el marcador con golpes de castigo. 3-9 al descanso convertido en 6-12 al poco de comenzar la segunda mitad. Control de los verdes, pero el partido estaba a tiro de ensayo para Francia. Jugando en casa, el orgullo, la ‘grandeur’, que está aunque por mor de los vientos que corren no se la espera mucho, llevaron a Francia a dar la vuelta al partido. 13-12. (Imperdible el análisis de Javier Señarís – @rutgerblume – en el número 1 de la Revista H http://www.revistah.org/ sobre la realidad y la situación del rugby francés). Esto ocurría tras fallar Sexton el quinto golpe de castigo tras haber transformado los cuatro anteriores. Algo que seguramente habría cerrado el partido a poco más de 15 minutos para la finalización. La sensación, no obstante, es que los irlandeses dieron como convertido el golpe. Y siguieron jugando con una falta de intensidad irritante, incluso. Pero ese error dio fuerzas a Francia y a su público.  ‘La Marsellesa’ empezó a atronar. ‘Allez les enfants de la patrie’ y esas cosas que enardecen a veces, incluso, al no galo.

Una ‘touche’ sacada rápidamente por los locales termina en ensayo francés. Todo el castillo de naipes irlandés se desmorona. Que ‘Les Bleus’ recuperaran en una ‘melé’ el oval y lograran un golpe de castigo poco después, no era más que el lógico devenir del partido. Del río que fluye lento pero sin pausa hacia el mar, hacia lo inevitable.

REACCIÓN

Pero como por algún instinto de supervivencia, siempre jugamos desde niños a represar el agua, Belleau aguantó el curso del río. Debió de haber convertido el golpe de castigo. Pero el día en París estaba siendo duro. Lluvia helada, nieve, campo con barro (aunque nada que ver con estas hierbas modernas medio naturales medio sintéticas). Jornadas que te vacían físicamente a pesar de la poca intensidad del partido. Pero Belleau falla y su represa para el empuje de la corriente. Sexton recoge el oval a la izquierda de palos y comienza una de las mejores secuencias que se recuerdan en la historia del rugby.

Aquí http://www.the42.ie/analysis-41-phase-ireland-sexton-drop-goal-3832894-Feb2018/ tenéis explicado todo lo ocurrido en esos últimos minutos. Os pongo el original en inglés y no el copiado, con toda la desfachatez del mundo, que circula en español.

Sexton se va como un poseso y saca desde su 22 perfectamente. Os remito al enlace anterior porque es un manual de rugby perfecto.

Desde ahí toda la intensidad que había faltado se da cita. Irlanda percute con fuerza, Francia defiende con cabeza. Cada metro es un crujir de huesos por ambos lados. Hay que haber jugado alguna vez al rugby, por muy aficionado que sea el nivel, para saber lo que es estar chocando una y otra vez. Y levantarte, y vuelta a empezar. Esa sensación que tienes cuando no sabes las veces que has chocado o te han placado. Las veces que te has caído y vuelto a levantar. Que de repente las piernas te mandan a esparragar y dicen que se levante Rita La Cantaora. Imaginad esa sensación durante 41 veces en 5 minutos y 15 segundos tras 78 del habitual martirio. Pues eso hizo Irlanda. Rita La Cantaora se levantó y los irlandeses no pudieron hacer menos. Metro a metro, percusión a percusión, los irlandeses fueron avanzando. Sexton sufrió calambres. Pero aún así tuvo la lucidez para abrir con otra patada magnífica hacia el ala derecha y ganar un buen puñado de metros. Ahí los franceses flaquearon. Empezaron a entrar en el punto de que un golpe de castigo les podría costar el partido. Y llegó el gesto. La represa había vaciado de agua el camino irlandés.

42 FASES

Henderson, cómo contaría después del partido, estaba recibiendo señales de Jonathan Sexton, su apertura. Jonathan le levantó las cejas y todo se desencadenó. En cuanto lo vio claro abrió con un pase perfecto al hombre que, con su rapidez al reanudar el juego tras el fallo francés, había espoleado a sus huestes. La rapidez de la apertura le dio un mínimo tiempo extra. No miró a palos. Ya estaba colocado antes de recibir el oval. Estiró sus brazos, dejó caer a aquel y golpeó perfectamente. Sólo después de haber golpeado levantó la vista hacia el mismo y los palos. A su alrededor los de verde contemplaban con esperanza y expectación. Los de azul con miedo y tensión. Sexton comienza a andar hacia atrás. Levanta los brazos aunque el oval no ha cruzado los palos, pero sabe que es bueno. Y lo es. La represa creada por Belleau se rompe. Lo que era una victoria siguiendo la corriente, se torna en derrota ante la riada. Que arrastra a los franceses al romper el embalsamiento el perfecto drop.

El gesto de sus cejas, el gesto rápido para poner el oval en movimiento, el gesto de sobreponerse al calambre. Una posesión nunca vista. Y la lucidez del grande, del fuera de categoría, para comandar, mover y ejecutar una posesión para la historia. Gestos.

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