13 septiembre de 2006
Se va, le empujan a irse, es igual, se va. El piloto con mejores números de la historia ha decidido, o le han empujado a ello, a retirarse. Es imposible encontrar un piloto tan polémico, tan odiado y vilipendiado, como querido y adorado.
Es, sin duda, un ejemplo de en lo que se ha convertido la profesión de piloto. Super atletas, verdaderas máquinas, absolutamente enfocados en pilotar y en mejorar el coche. Esa es la teoría, muy pocos lo consiguen y menos, como Michael, durante casi tres quinquenios.
Desde el primer momento le ha rodeado la polémica. Su fichaje por Benetton dejando a Jordan en la estacada, nada nuevo. Su reprobable maniobra para ganar el título de 1994 que no fue sancionada. La sancionada que le estalló en la cara con Villeneuve. La ausencia de un compañero de equipo que le pudiera hacer sombra. Los GP de Austria o Estados Unidos donde se hizo una farsa de las carreras.
Injustamente, aunque fuere el indirecto beneficiado, los problemas y decisiones arbitrarias que casi siempre van a favor de Ferrari le han dejado a los pies de los caballos de los no ferraristas.
Afortunadamente, sus tardes de gloria son más, hasta ahí podríamos llegar. Son 38 años y se va a retirar arriba, gane o no el campeonato. Personalmente creo que es lo mismo ganarlo o no, lo importante es lucharlo.
Me alegro porque me pesan mucho sus maniobras sucias. Me pesa mucho el que no haya reconocido las cosas. Me alegro porque no parece que se pueda luchar en igualdad de condiciones contra él. Me alegro porque no me gustan los tiranos.
No sé si le echaré de menos. Hasta que no llegue la primera, la segunda, la tercera, carrera sin él no lo sabré. Bueno, igual sí. Cuando sufrió su accidente en Silverstone, no le eché de menos.
Adios CAMPEÓN.
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