Buscando información sobre los Lakers me topé un artículo en el Los Ángeles Times muy interesante. En Estados Unidos hay una ley que impide explotar los pozos petrolíferos. Creo que sólo está permitido a muy pequeña escala. EE.UU. siempre ha sido un país importador mientras guarda sus reservas naturales de manera estratégica.
Pero con los precios del petróleo más que por las nubes son muchas las voces que piden que se abra la mano para poder aumentar el número de barriles a producir.
No sólo eso. Hay petróleo solidificado en la piedra. Las Montañas Rocosas es un filón casi inagotable. Se cree que entre Utah, Wyoming y Colorado hay más petróleo que en el resto de yacimientos de todo el mundo. En cualquier caso suponen unas reservas ininmaginables. No sólo del petroleo de roca sino del líquido como es más conocido.
El problema radicaba hasta hace unos años en que el gasto de producción era muy caro. La subida de precios tan brutal que sufrimos haría más que rentable evolucionar la incipiente tecnología para extraer ese petróleo.
Al seguir buscando sobre este tema me topé con una entrevista a Richard Pike. Pike es el Presidente de la Real Sociedad de Química de la que forman parte más de 43.000 miembros. Pike defiende que tenemos petróleo no sólo para los próximos 40 años si no que hay de sobra para entrar en el próximo siglo sin mayores problemas.
¿Entonces por qué sube el precio? Creo que es una pregunta que nos hacemos todos. Pike defiende que las compañías, él trabajó en BP durante 25 años, cometen un error de bulto al calcular sus reservas de barriles. Hace una comparación con los dados. Si lanzamos un dado, la probabilidad de sacar un valor mayor que 1 es de 5 sobre 6. Pero si lanzamos dos dados, la posibilidad de sumar más de dos, no es de 5 sobre seis. Es de 35 sobre 36. Es un caso de lo que los anglosajones llaman, uno más uno igual a cuatro.
Y aquí viene lo más interesante. ¿Por qué se produce ese error?
Parece algo más maligno que un error.
Son suposiciones. Una simple jugada comercial, sobre todo de los países de Oriente Medio, para enriquecerse aun más.
Que las propias compañías estén falseando los datos para dar más beneficios a sus accionistas en este enfermo y corrupto mundo capitalista.
En cualquiera de los casos no hay que perder de vista dos cosas.
Una son los intermediarios que inflan el precio, al igual que pasa con otras cosas como los alimentos.
La otra es la demanda tan brutal que crece exponencialmente desde India y China. Y también que aunque se revisaran esas cifras no sería demasiado grande la bajada del precio. Esto lo aseguran los expertos. Es más, básicamente, un problema de oferta y demanda. Y aunque la oferta pueda ser erronea, al final la necesidad de la demanda sigue existiendo.
Parece algo más maligno que un error.
Son suposiciones. Una simple jugada comercial, sobre todo de los países de Oriente Medio, para enriquecerse aun más.
Que las propias compañías estén falseando los datos para dar más beneficios a sus accionistas en este enfermo y corrupto mundo capitalista.
En cualquiera de los casos no hay que perder de vista dos cosas.
Una son los intermediarios que inflan el precio, al igual que pasa con otras cosas como los alimentos.
La otra es la demanda tan brutal que crece exponencialmente desde India y China. Y también que aunque se revisaran esas cifras no sería demasiado grande la bajada del precio. Esto lo aseguran los expertos. Es más, básicamente, un problema de oferta y demanda. Y aunque la oferta pueda ser erronea, al final la necesidad de la demanda sigue existiendo.
Cualquiera de éstas razones nos trae por el camino de la amargura. Mientras los políticos, que son los responsables de encontrar soluciones, no hacen nada o en el peor de los casos se siguen llenando los bolsillos mirando a otro lado.
¿Escasez de petróleo?, pues parece que no. Pero sí sería importante si se llegara a confirmar que no hay tal escasez, que se siguieran con las medidas para ahorrar al máximo. Y sobre todo que se potenciara la captura y almacenaje de los gases que provocan el efecto invernadero.
Este mundo complicado que nos ha tocado vivir y que no deja de sorprendernos. Para bien y para mal.