RALLYE DE ESPAÑA

LA PÉRDIDA DE IDENTIDAD

Finalizó el Rallye de España. Antes Costa Brava-Cataluña y ahora Costa Dorada.

Aunque no me guste decirlo hay que convenir que ha sido una prueba soporífera. Seguramente que las alturas en las que estamos del año hacen mella en nuestro cuerpo y mente. El cansancio de la temporada. De seguir casi todos los campeonatos que se te cruzan ante las narices, tiene su peaje. Pero lo que ha ocurrido en esta edición, no muy lejano a lo del año pasado, tiene que hacer pensar muy mucho al RACC si merece la pena seguir organizando un rallye así.

COSTA BRAVA

El Rallye nació por la fusión de dos pruebas mayores del Campeonato de España y una del europeo, el Costa Brava era coeficiente máximo y el Cataluña mínimo, y ese aunar esfuerzos fue un acierto.

El rallye mantenía los tramos del Costa-Brava, con personalidad, y añadía en un largo enlace los de otras zonas. El Costa-Brava tenía su sede en Lloret. En pleno paseo marítimo, todo el pueblo se involucraba con la prueba y se respiraba rallye por todos los lados.

El hecho de ser mixto en las primeras ediciones le daba un carácter propio con tramos difíciles y rápidos que daban un espectáculo perfecto.

Con el paso del tiempo se perdió la tierra, la FIA prohibió los rallyes mixtos, y el rallye buscó otros tramos. El Costa-Brava con su Sant Hilari se perdía.

CATALUÑA

El Cataluña se disputaba por estas fechas. Radicado en Barcelona se solía hacer un tramo que era el Circuito de Montjuich. Fue, de los dos rallyes que se fusionaron, el más perjudicado y el que perdió su tradición. De nuevo la limitación de kilometrajes obligó a pagar un peaje enorme.

IDENTIDAD

El factor comercial entró en juego. Pasamos de la populosa Lloret a la impersonal Salou y más concretamente a montar todo el tinglado en un Parque Temático. Esa zona de Tarragona ha sufrido mucho cambio en los últimos años y grandes tramos de siempre se han perdido. De nuevo el kilometraje juega en contra pero la organización no usa las asistencias remotas para llevar el rallye más lejos.

La edición de este año parece haberse diseñado sin ganas. Tres tramos por día a repetir y punto. Se pierde la magia de Lloret y nos encontramos sin nada. Sin tramos que se puedan llamar como tal. Hay que ver las notas de algunas de las especiales y buscar realmente zonas difíciles. Practicamente nada. Las zonas rápidas no tienen practicamente dificultad. Las zonas lentas son tan lentas que no permiten sacar ventaja. Todo se limita a ir por el sitio trazando sin mayores problemas y las diferencias las hace el coche.

CAMBIOS

Como obviamente parece muy difícil que el rallye salga de Cataluña, el RACC y la Federación deberían plantearse dos opciones. Una un cambio radical de situación dentro de Cataluña. Quizá buscar una ciudad interior y moverse a tramos nuevos que sean de verdad desafiantes y que aporten algo. Dos, pasar a ser un rallye de tierra y dar un golpe de timón importante. Todo lo que sea seguir con este formato no aporta nada ni al Mundial ni a los espectadores.

Cuando algo o alguien no tiene personalidad, deja de interesar. Ahora mismo, el interés y lo que aporta el rallye es nulo. Que se queden fuera rallyes con más historia y carácter para que se corra éste no es muy comprensible.

Ah, por cierto, doblete de Citroen seguidos de los dos Ford. Por si alguien no se había enterado. Cosa que vista el impacto informativo que ha tenido la prueba no sería de extrañar.

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