EL PROBLEMA DE FERRARI

Todo lo que está ocurriendo en Ferrari tiene una causa con su nombre, un apellido y un apodo. Por nombre atiende a Jean. Por apellido a Todt y es conocido como ‘Napoleón’.
Encabeza una mafia que tiene acogotada a Ferrari con su hijo Nicholas y un tal Michael Schumacher. Entre los tres no dejan que el nuevo Director, Domenicali, pueda hacer su trabajo con calma y tranquilidad.

No es casualidad que aparezca Napoleón en el box de Singapur y que todo el equipo se ponga nervioso y ocurra lo que ocurrió en la parada de Massa. El ‘capo’ basa gran parte de su poder en el temor. Éstos mafiosos, un verdadero ‘lobby’ pro-Massa, han conseguido desquiciar y desmotivar  a Raikkonen hasta hacerle parecer un piloto mediocre. Todo por llevar a Felipe Massa, un mediocre, al título.
Cada vez que Schumacher ha aparecido por los GP ha sido para ayudar al brasileño, piloto que fue muy inteligente en no querer pelear con el ‘kaiser’ y aprender de él todo lo posible (lo de tener buenas manos es otra cosa), y a la vez ningunear y hacer el vacío a Kimi.

A muchos ferraristas se les llena la boca con la frasecita de que aquí ganamos todos y perdemos todos. Por educación sólo voy a mostrar una leve mueca, admito que se puede entender que tiene algo de sorna, ante semejante, mmmmm, lo voy a dejar en ilusión.

Olvidar lo que ha sido Ferrari, ya desde sus tiempos en que hacía correr Alfa Romeo en los años 30, políticamente hablando es lo que provoca ciertas afirmaciones.
Cualquier ingeniero, Jefe de Equipo que ha destacado, se ha encontrado casi inmediatamente con un fichaje incomprensible o zancadillas de espanto que han repercutido en el rendimiento general.
Ejemplos hay para aburrir. Pero la decada de los 80 es para enmarcar en cuanto a ello. Pero otros periodos no le van a la zaga. La historia está salpicada de ingenieros y motoristas que fueron saliendo víctimas de intrigas internas.

El trío calavera éste, además, no sólo ningunea a Raikkonen si no que se aprovecha de él. Le han poco menos que obligado a hacer uso de la claúsula que tenía para renovar para dejar en el horno un año más a Vettel y que sea el alemán el próximo ‘kaiser’ de Maranello. La jugada es inteligente. El uso zafio de la figura de Raikkonen, me gustaría saber que debe el finlandés o que le han prometido, es otra cosa y apesta. Pero esto es la F1.

Todt es un renegado peleado con el mundo. Durante su mandato consiguió muchos éxitos pero también envileció la F1. Tanto es así que de las cuatro patas de la mesa que sostenían Ferrari, dos no quieren volver a saber nada de él. Brawn y Byrne. Su legado es un legado de temor. Muchos tiemblan al verle.
Y así está Ferrari. Con dos inquisidores e intrigadores que no están pero que extienden sus negras y afiladas garras sin dejar dormir tranquilos a sus sucesores.
No quieren a Alonso en Ferrari. Tampoco querían a Fangio, a Prost le echaron por cantar las verdades del barquero, Lauda, en plenitud de facultades no como ahora, se fue echando pestes y así un largo etcétera de casos. Por tanto. No quieren ustedes que vaya Fernando, bien. Visto el desmadre, la desorganizacion y la verguenza de espectáculo que dan de vez en cuando(parece un circo con cincopistas), a lo mejor el propio Alonso se plantea mucho ir allí. Desde luego mientras la mafia ésta siga mandando, mejor correr en Force India si es preciso.

De todas maneras, no sería nada raro que alguien en una oficina principal de Maranello diera un golpe en la mesa. Y a lo mejor lo da cuando a su Torre de Marfil lleguen los gritos de los ‘tifossi’ pidiendo a Alonso ya. Y no sería raro que Briatore o García Abad recibieran un paquete de parte de Montezemolo. El paquete tendría un jersey rojo de Ferrari con un pez dentro.
Otra cosa es lo que harían.

p.d. En ‘El Padrino’, los Corleone reciben el chaleco de Luca Brassi, su matón, con un pez. El significado es que Luca está en el fondo del río.

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