UNA ESTIRPE. ‘BOCACABRA’

No podía ser de otra manera. Hay una estirpe que nunca muere. Ésta es la conocida por los ‘bocacabra’. Todos llevamos algo de ella. Todos somos agoreros, en mayor o menor medida, visionarios o nos gusta apostar. De ahí las ‘chulerias’ del ‘y yo más’ o similares muy dadas en nuestros genes patrios.

Sobre la rama agorera el tema es preocupante. Y ahí tenemos al ‘gran’ Director de Tráfico, que recordamos no sabe conducir o al menos no tiene permiso, que resaltó la reducción que había significado en el número de muertes la introducción del permiso por puntos. Algo que se sigue mostrando ineficaz sobre todo por la picaresca, tan bien arraigada también en nuestro rancio abolengo.

Pues no hizo más que abrir esa boca para que los muertos en las carreteras se hayan elevado a límites preocupantes. Típico de un ‘bocacabra’. Podríamos reconocerlo mejor por gafe pero parece más apropiado el otro vocablo. Sobre todo por esa extraña habilidad a perder oportunidades de estarse callado y provocar el efecto contrario cada vez que expele palabras de su cavidad bucal. Condición obligada del ‘bocacabra’.

Mientras tanto, la Guardia Civil está absolutamente desbordada en su lucha contra los borrachos. Se desesperan ante tanto extranjero, y más de un compatriota, sin permiso que se salta los semáforos en rojo, los stop. Y no cuentan con los medios suficientes para poder meter mano a tanto hijo de puta. Pero sí, con las mismas, presentamos un híper helicóptero del copón, que ríete tú de los americanos, equipado con unas cámaras que detectan con todo detalle si el conductor tiene a bien pegarse una rascadita de gónadas, por ejemplo. Oiga, de impresión. Como se pueden imaginar, la labor principal del autogiro, equipado con un radar moderno, es cazar a los que exceden los límites de velocidad.

Ya lo he comentado varias veces. El 75% de los muertos en las carreteras se producen en las vías de un carril por sentido. En las puñeteras carreteras de toda la vida. Ahí sigue sin trabajarse en eliminar los puntos negros, en colocar los radares antes de dichos puntos, en mejorar las señalizaciones y suma sigue. Recuerdo también que la velocidad, en contra de lo que se dice, no es el factor principal en la mayoría de los accidentes.

Por el contrario ponemos radares en autopistas donde no hay mayor peligro y sofisticamos cada vez más la caza del infractor de la velocidad con elementos como el del helicóptero comentado.

Mientras, nos encontramos curvas sin señalizar que sólo la pericia propia te libra de evitar. Se sigue sin poder perseguir y hacer los controles necesarios para cazar a los borrachos. Se sigue sin tener una justicia como Dios manda y unas leyes realmente adecuadas. Se sigue permitiendo que mucha gente conduzca sin permiso y no pasa nada cuando les cogen in fraganti. Y así sucesivamente.

Pero eso sí, el ‘bocacabra’ del Director de Tráfico que no conduce y por tanto no sabe de lo que está hablando. Ese mismo que no se come un atasco el muy caradura porque para eso es político (entiéndase presunto chorizo). Ese mismo, al fin, que parece el tío más feliz de la tierra, sigue sacando pecho y presentando helicópteros.

Espero ansioso su próxima lapidaria. Valiente ‘bocacabra’.

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