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UNA ESTIRPE. ‘BOCACABRA’

Lunes, Agosto 13th, 2007

No podía ser de otra manera. Hay una estirpe que nunca muere. Ésta es la conocida por los ‘bocacabra’. Todos llevamos algo de ella. Todos somos agoreros, en mayor o menor medida, visionarios o nos gusta apostar. De ahí las ‘chulerias’ del ‘y yo más’ o similares muy dadas en nuestros genes patrios.

Sobre la rama agorera el tema es preocupante. Y ahí tenemos al ‘gran’ Director de Tráfico, que recordamos no sabe conducir o al menos no tiene permiso, que resaltó la reducción que había significado en el número de muertes la introducción del permiso por puntos. Algo que se sigue mostrando ineficaz sobre todo por la picaresca, tan bien arraigada también en nuestro rancio abolengo.

Pues no hizo más que abrir esa boca para que los muertos en las carreteras se hayan elevado a límites preocupantes. Típico de un ‘bocacabra’. Podríamos reconocerlo mejor por gafe pero parece más apropiado el otro vocablo. Sobre todo por esa extraña habilidad a perder oportunidades de estarse callado y provocar el efecto contrario cada vez que expele palabras de su cavidad bucal. Condición obligada del ‘bocacabra’.

Mientras tanto, la Guardia Civil está absolutamente desbordada en su lucha contra los borrachos. Se desesperan ante tanto extranjero, y más de un compatriota, sin permiso que se salta los semáforos en rojo, los stop. Y no cuentan con los medios suficientes para poder meter mano a tanto hijo de puta. Pero sí, con las mismas, presentamos un híper helicóptero del copón, que ríete tú de los americanos, equipado con unas cámaras que detectan con todo detalle si el conductor tiene a bien pegarse una rascadita de gónadas, por ejemplo. Oiga, de impresión. Como se pueden imaginar, la labor principal del autogiro, equipado con un radar moderno, es cazar a los que exceden los límites de velocidad.

Ya lo he comentado varias veces. El 75% de los muertos en las carreteras se producen en las vías de un carril por sentido. En las puñeteras carreteras de toda la vida. Ahí sigue sin trabajarse en eliminar los puntos negros, en colocar los radares antes de dichos puntos, en mejorar las señalizaciones y suma sigue. Recuerdo también que la velocidad, en contra de lo que se dice, no es el factor principal en la mayoría de los accidentes.

Por el contrario ponemos radares en autopistas donde no hay mayor peligro y sofisticamos cada vez más la caza del infractor de la velocidad con elementos como el del helicóptero comentado.

Mientras, nos encontramos curvas sin señalizar que sólo la pericia propia te libra de evitar. Se sigue sin poder perseguir y hacer los controles necesarios para cazar a los borrachos. Se sigue sin tener una justicia como Dios manda y unas leyes realmente adecuadas. Se sigue permitiendo que mucha gente conduzca sin permiso y no pasa nada cuando les cogen in fraganti. Y así sucesivamente.

Pero eso sí, el ‘bocacabra’ del Director de Tráfico que no conduce y por tanto no sabe de lo que está hablando. Ese mismo que no se come un atasco el muy caradura porque para eso es político (entiéndase presunto chorizo). Ese mismo, al fin, que parece el tío más feliz de la tierra, sigue sacando pecho y presentando helicópteros.

Espero ansioso su próxima lapidaria. Valiente ‘bocacabra’.

TRÁFICO Y VELOCIDAD

Miércoles, Abril 18th, 2007

Llevo desde hace mucho tiempo queriendo escribir algo sobre los accidentes de tráfico.
Por sistema se demoniza la velocidad. Es lo más fácil y lo que genera más ingresos al Ministerio. Es sus presupuestos, me dicen, que hay una partida que proviene de los radares de tráfico. Significativo.
No entiendo esa comparación entre operaciones salida y entrada de verano con las del año anterior. O las semanas santas o los puentes de mayo. Las condiciones son distintas, el tiempo cambia. Absurdo.
El dato importante que no he visto resaltado como se merece, es el de muertos por millón de vehículos-3,74 sobre 28.300.000-. Ahí la tendencia es clara y sigue bajando.
Sigamos con los datos. Un poco más de la cuarta parte de los fallecidos no llevaban el cinturón de seguridad puesto. Todavía queda gente que no se lo pone y lo que te rondaré morena.
El 38% de los muertos se vieron envueltos en un accidente en el que una de sus causas era la velocidad. Ojo, una de las causas y no la única.
Los datos demoledores que dejan a las claras que los radares y los excesos de velocidad son para recaudar. Son los siguientes.
Tres de cada cuatro accidentes ocurrieron en vías normales. Sólo la cuarta parte en autopistas donde están colocados la mayoría de los cinemómetros. Además, estos están situados donde su única función en pillar ‘in fraganti’ al conductor. No están colocados, alguna excepción habrá, antes de puntos negros, no. Y manda huevos que haya puntos negros en una autopista.
Esta semana santa he viajado y con mal tiempo. El estado de las carreteras es harto lamentable. Sobre ese dato no se dice mucho o se pasa de puntillas. No interesa. Lástima de estudio que dijera en cuantos accidentes influyó el firme.
Claro que la sentencia que condena al estado a indemnizar por un accidente ocurrido por el mal estado de una vía es importante. Esperemos que se abra la veda.
Hay asfaltos que no chupan el agua y levantan un spray atroz. Y otros que no levantan lo más mínimo. Urge que se use ese asfalto ya en todas las vías.
Lo de llamar asesino en potencia a alguien por ir a 133 es una infamia, una sandez y una desvergüenza. El individuo que dijo eso, que no se quien es ni me importa, es un inepto. Algunos seremos asesinos en potencia pero el que lo dijo es un imbécil profundo en realidad
El Director de Tráfico no sabe conducir. ¿Como puede dar consejos? Claro, el va en coche oficial y le van abriendo camino. No respeta los límites de velocidad y no pilla un solo atasco el señorito. Como dice el dicho, con buena picha bien se jode o con buena polla bien se folla. Perdónenme la claridad de la afirmación.
Hay mucha gente que no sabe conducir. Que circula por el carril central porque va con miedo. Las autoescuelas enseñan a aprobar no a conducir. Lamentable.
Pero no se preocupen, a pesar de todo esto las culpas seguirán recayendo en los automovilistas.
En una autovía de dos carriles donde se circula a 120, resulta que el autobús de turno, para eso son animalitos de Dios, pasa a la izquierda a pasar a otro colega autobusero o a un camión a 100 y clava a los que vienen. Se provoca una situación de peligro. Parece lógico que se les permitiera rebasar el límite en momentos puntuales como esos adelantamientos.
En una era, como la que estamos, en que los trenes cada día van más rápido, los aviones también, hasta los barcos, se sigue intentando reducir la velocidad de los vehículos en vez de mejorar las vías.
No he visto prácticamente más que dos coches de la guardia civil, uno de ellos camuflado con radar, en los casi 1.000 kilómetros que he hecho en la semanita de marras. Es cojonudo esto de multar desde el sillón. Como comentó el maestro Reverte. Exijo mi derecho a ser perseguido, parado y multado por el número de la Guardia Civil de turno, con bigote o sin él, si infrinjo el Código de la Circulación. Al menos podré desahogarme.
Aclaración. Si alguien ha entendido que abogo por la velocidad libre no ha entendido nada.
Pero unos límites acordes a los tiempos y mecánicas que corren sería una buena noticia. Los límites de velocidad se impusieron a consecuencia de las crisis del petróleo en 1974. Y de ese cuento siguen viviendo.