Qué un individuo como Del Nido, hable de limpieza y de grandeza, refiriéndose a la falta de la misma del Tottenham Hotspurs, es algo lamentabilísimo. Como lo es más que compañeros de la prensa le estén jaleando y apoyando en su cruzada ante al UEFA para que le den una reprimenda al club londinense.
No voy a entrar en los sucios negocios del Presidente del Sevilla, no sé si lo dará la ciudad, pero sí entro en que su reacción ante la marcha de Juande Ramos es de pataleta pura y dura.
Estos señores funcionan así, con la Ley del Embudo, pero sólo cuando la aplican ellos, cuando les dan de su misma medicina se enervan, enfadan y sacan su lado intimidatorio, mafioso, asqueroso.
Habría que preguntarle a éste picapleitos de nuevos ricos lo que habría tardado en cortarle la cabeza a Juande si éste hubiera perdido tres partidos seguidos. Seguro que no le habría temblado el pulso para haber subido al carnicero de Manolo Jiménez, a Alfonso todavía le duele la rodilla y su carrera por su culpa, de la misma manera que le promocionó ayer.
Cierto es que le habría tenido que pagar su contrato integro, faltaría más. Es lo que tiene ser empresario, por llamarlo de alguna manera, o ser un currito, bien pagado eso sí, pero currito.
La oferta de Juande es irrechazable, ni cariños, ni mandangas ni demás tonterías románticas.
¿Es una pena?, quizá sí. Pero, ¿quien puede culpar al manchego por aceptar tan mareante oferta y el proyecto de un club británico tan distinto de a lo que estamos acostumbrados con los Presidentes de fútbol bananeros que abundan en nuestros equipos?
Me alegro por Juande, espero que haga una gran labor en el Tottenham y que lo devuelva donde pertenece, a la parte alta de la Premier y a Europa.
Y a Del Nido que no se preocupe. Como la grandeza del Sevilla está por encima de todo, seguro que el “carnicero” de Jiménez no tiene ningún problema.