UN PROBLEMA A SOLUCIONAR
El Ajedrez se enfrenta a una encrucijada importantísima en breve tiempo. No, no es la unificación del título mundial y la recuperación del periodo normal de reinado con el Torneo de Candidatos marcando el aspirante a la corona. Que también podría ser. No. La gran encrucijada y la gran batalla a pelear es contra las tablas. No todas, claro. Si no con aquellas pactadas tras muy pocos movimientos y que dejan al aficionado con un palmo de narices.
Internet nos permite hoy en día seguir en directo las partidas de los torneos más importantes del mundo. Que el Campeón del Mundo en ejercicio, Kramnick, firmara dos tablas vergonzosas, al menos, en el último super torneo, un Mundial podríamos llamarlo, celebrado en México, creo que debe de haber encendido todas las alarmas.
Existen dos Torneos donde este tema está regulado de dos maneras. En Sofía, lo que se ha venido llamando la Regla Sofía, los jugadores no pueden acordar las tablas. Sólo el árbitro tiene potestad para dar por concluida una partida en caso de tres repeticiones, jaque continuo o una posición clara de empate.
La otra manera era la de Luis Rentero. Organizador de uno de los mejores torneos del Mundo (en Linares), no tuvo reparo en recriminar a Kasparov, Anand o Yusupov unas tablas pactadas e incluso llegó a declarar que Karpov no volvería a jugar allí.
Pero a parte de estas dos ideas tan distintas pero tan validas, está claro que hay que legislar la situación.
Quizá el dar dos puntos victoria pueda ser una de ellas. Eso, que duda cabe, debería forzar a los jugadores a buscar la victoria y podría permitir vuelcos emocionantes en las últimas jornadas de los torneos.
Habrá que seguir con atención que medidas se toman, sea la imposición de la Regla Sofía o dando dos puntos por victoria. Pero está claro que la FIDE no puede seguir mirando hacia otro lado. Ahora mismo es su asignatura pendiente. Quizá la más importate de todas.