“ARROJADO”
“Arrojado” es su nombre. Manzanares el diestro. Nuñez del Cuvillo la ganadería y La Maestranza el escenario. Todos entraron en la historia del arte de la Tauromaquia la tarde del 30 de abril de 2011.
Núñez del Cuvillo es la ganadería de moda. Jose Tomás ya indultó a “Idílico” en Barcelona. Puede que haya algún toro más de este hierro que lo haya sido, se indultan más toros de los que parece o se publicita)en todo el mundo más de 50, mínimo, al año). Entonces, ¿qué hay de especial en esta ocasión? El marco del coso de La Maestranza. Ese donde no se oye absolutamente nada cuando un diestro se va a hacer sus quites. Ayer ocurrió con Morante como en su día ocurría con Curro. Los rotundos ‘olés’ y las palmas echando humo.
PARADOJA
Siempre es una gran noticia el indulto de un toro. Primero por la vuelta al campo del animal. Vuelta que se gana con su lucha de poder a poder y su codicia. Con una actitud incansable embistiendo como si le fuera la vida, de hecho le va, en ello.
Lo segundo es que detrás de cada indulto hay una suprema obra de arte.
El arte de la tauromaquia, el toreo, necesita, normalmente, de un toro que embista, que repita. y eso lo hizo ayer “Arrojado” ante la hondura de Manzanares. Arte puro.
Sin embargo, para mi, la faena a “Campanito” tiene mucha más enjundia y mucho más valor que la de “Arrojado”.
Siendo muy purista es difícil entender el indulto. “Campanito” es mejor que “Arrojado” en varas. Mejor en banderillas mostrando más bravura, aunque tampoco malgastemos cohetes, y ya con el capote más igualados. La diferencia es la forma de embestir. Y ahí es donde el indultado apareció afinado como el mejor oboe en un concierto de Mozart o con la mezcla perfecta de color para un cuadro de Velázquez. Simplemente embistió como un ángel. “Campanito” quizá fue más bravo, pero más tosco. No permitió demasiada pausa a Manzanares que no logró someterlo totalmente. Pero sacó sus recursos para llevarlo larguísimo. Para sacarle unos pases de pecho eternos. “Campanito” fue mejor toro, pero “Arrojado” fue mejor toreado. De “Campanito” nadie se acordará, el ángel de la embestida que es “Arrojado” volverá al paraíso del campo. Uno murió y el otro se hizo inmortal. Así es La Maestranza para bien y para mal. No sé si en otra plaza hubiera ocurrido lo mismo. Pero sí que parece que el toro con no demasiado trapío, pastueño y que favorece el lucimiento es el toro que se quiere en la mayoría de plazas. Y en cualquier caso siempre está el pellizco. Eso es incontrolable, te emociona o no. Pellizco ayer hubo, y mucho.
El ganador, en cualquier caso, fue el arte. El de embestir y el de torear.
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