¡MALDICIÓN!

adam scott

Adam Scott terminó con la maldición que pesaba sobre los jugadores australianos en el Masters de Augusta. Para ello él mismo tuvo que superar otra maldición, ésta propia.

Adam preparó el que sería su último putt en su vuelta con la rutina habitual. Había venido quedándose corto en los anteriores. Lo tiró más firme desde una buena posición en el 18 y embocó. Es un tipo correcto, que no deja ver demasiado sus emociones, siempre parapetado tras unas grandes gafas protectoras. Pero según cayó la bola estalló. Quizá pensó que ganaba. De hecho dejaba a Jason Day sin opciones y obligaba a Angel Cabrera a igualarle el birdie en ese 18 diabólico. La lluvia que les acompañó durante el recorrido había ralentizado los greenes. Pero tanto como tirar a bandera no estaba claro.
Ángel Cabrera jugó muy conservador todo el día. La única vez que arriesgó se fue al agua. En el 18 no tenía otra. Se puso a la bola y soltó el brazo en dirección a la bandera. La dejó dada y Scott, camino a comprobar y firmar su tarjeta notó como el hielo le subía por la columna.

MALDICIÓN
Ningún australiano había conseguido ganar en Augusta jamás. El propio Scott había quedado en segunda plaza, junto a otro australiano (Jason Day), en 2011. Allí no pudo contener el final brutal de Schwartzel que hizo 4 birdies en los 4 últimos hoyos por 1 de Scott.
No menos doloroso había sido para Greg Norman perder 6 golpes en 1996 cuando salía líder. O perder en el playoff en 1987 frente a Larry Mize. En el mismo sitio en el que un bogey le había privado de, al menos, jugar el playoff frente al vencedor a la postre, Jack Nicklaus.
Podríamos remontarnos más. Jack Newton tuvo que soportar el vendaval Seve, acabando 2º a cuatro golpes del cántabro. Antes Bruce Crampton tampoco pudo con el mejor golfista de siempre, Jack Nicklaus y también acabó 2º en 1972 a 3 golpes. Y el que inició la maldición. Jim Ferrier en 1950 que lideraba con 3 golpes de ventaja con seis hoyos por jugar y terminó perdiendo por dos golpes.
Pero había otra maldición añadida a la propia de los australianos. La del propio Scott.
En el Open del año pasado en Lytham, Adam dominó las tres primeras jornadas. Salió a la última com 4 goleps de ventaja sobre el segundo clasificado y seis sobre el que sería el ganador, Ernie els. A pesar de perder la ventaja tuvo un putt de menos de 3 metros para forzar el playoff. Lo falló. Se adivinaba la tristeza profunda, la inutilidad del consuelo, el dolor de la derrota.
Scott venía haciendo muy buenas posiciones en los últimos grandes. En 2011 2º en el Masters y 7º en el PGA y el año pasado 8º en el Masters y 2º en el Open.

PUTT
En el hoyo 18, primero del playoff, ambos clavaron las salidas y sus golpes a green. Sus bolas se quedaron cortas y ambos salvaron los putts. Cierto es que Cabrera no ayudó a que el hielo que se había formado en la columna de Adam se deshiciera. El argentino a punto estuvo de embocar su chip.
Sus salidas en el 10 fueron buenas y sus bolas a green sin problemas quedándose a distancia similar. Ángel no embocó. Scott se colocó y lanzó un putt más lejano que el del año pasado en el Open. Aquel era obligado meterlo para salvar el playoff. El de anoche era obligado meterlo para romper dos maldiciones e irrumpir en un Olimpo que ha estado rondando desde mitad de los años dos mil. Sin sus gafas, veíamos en sus ojos el pánico mezclado con la esperanza en cada approach. Qué tortura, que prueba supone cada golpe en el golf con esa tensión.
Scott embocó. Su reacción fue más tranquila aunque no exenta de rabia. . Más de quitarse un peso de encima. Miro al cielo y prometió tomarse una cerveza con el más grande golfista australiano de la historia. Greg Norman. Maestro, mentor y amigo.
También va por ti Greg. Seguro que cuando se encuentren, el Tiburón Blanco exclamará: ‘¡Maldición!’

¿Te gustó? Compártelo:

Tags: , , , , , , , ,

2 Responses to “¡MALDICIÓN!”

  1. Charly dice:

    Sí Eduardo. Posiblemente tengan algo. Pero no son nuevos. Es un tema delicado. Aunque soy partidario de seguir la norma que dicte el R&A.

    gracias

  2. EDUARDO dice:

    Otro día deberíamos hablar de los putt escoba.
    Por que alguien que era un buen “pateador” cambia de estilo y se pasa a la escoba.
    Algo tendrán digo yo?
    Te sigo leyendo Charly