En éste país se pueden quemar fotos del Rey, ‘El italiano’, pero su señora esposa, ‘La Griega’, no puede decir lo que piensa aparte de que sea muy correcto. Y encima tiene que salir a rectificar. Patético.
Empieza uno a estar hasta los mismos cojones de tanto derecho que tienen los gays, ‘maricones’ para que nos entendamos, con todos los respetos sí, y las lesbianas.
Empeñarse a que se llame matrimonio sus uniones son ganas de tocar los cojones e ir contra la propia definición del mismo. “Unión de hombre y mujer, bla bla bla”, y “En el catolicismo, bla bla bla”, por tanto su exigencia, que manda huevos, de que se reconozca como matrimonio es eso, una provocación.
Así que vale ya de montar escándalos y manifestaciones y sentirse tan dolidos. Lo que están haciendo es tocar los cojones y salir en los periódicos a cuenta de los demás.
Como mola usar, a la reina en éste caso, a cualquier famoso pillado en un supuesto renuncio para reivindicar algo que no puede ser.
Panda de ridículos.
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