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MENOS MAL

Mercedes sufrió como casi nunca en la temporada en México. Si la lucha por el título no hubiera sido tirada por la borda por Ferrari, la prueba mexicana podría haber sido una tragedia para las huestes plateadas. Hamilton igualó a Fangio y subió un escalón más en el Olimpo numérico de la F1.

No fue que otros equipos se adaptaran mejor a las condiciones de altura de la capital azteca. Es que Mercedes estuvo a punto de no poder, siquiera, limitar daños. Su perplejidad por lo que les ocurría fue enorme. Sólo salir con el campeonato quizá tapó muchos de esos problemas.

Red Bull dominó a placer. La efectividad aerodinámica de su coche fue superior al resto y no tuvieron rival. No estuvo mal Ricciardo robándole la pole a Max, que se lo tomó muy mal. Pero el domingo el holandés estuvo imparable. Ayudado en la parte final de carrera por el australiano.

Max se vio desafiado en la frenada de la primera curva por Hamilton, con Ricciardo, Vettel y Sainz por allí. Pero Hamilton tenía razones para ser cauto. No era momento de meterse en disquisiciones con Max con el título tan cerca. Y así fue, Max no tuvo problemas para mantener la cabeza de la carrera y nunca volvió a mirar atrás prácticamente.

La idea en Red Bull era ir largos en el primer relevo. Cosa que lograron y además con buenos tiempos. Hamilton poco a poco se retrasaba aunque mantenía cierta ventaja sobre Ricciardo y Vettel. Tras un periodo de VSC los problemas de Mercedes con las gomas llegaron a un punto de verdadero pánico. El ‘graining’ era tremendo en las gomas delanteras. Antes de curarse, las traseras también pasaron a sufrirlo. La vibración era insoportable. Ricciardo le amenazaba pasada la vuelta 10. Raikkonen por su parte adelantaba a  Bottas que era 5º. Aún arriesgando, Mercedes jugó a lo seguro. Llamó a sus coches a la vez, la diferencia en la pista lo permitía, y les montó el superblando. La pesadilla de los ultra blandos quedaba detrás, o eso creían.

Ricciardo paró en la vuelta siguiente pero no pudo pasar a Hamilton, mientras en Ferrari decidieron mantenerse en pista unas vueltas más. Eso dejó a Vettel en cabeza cuando lo hizo Verstappen en el giro siguiente al de su compañero. La situación quedaba con Red Bull y Mercedes teniendo que hacer 60 vueltas en esas gomas si no querían volver a parar. Con la diferencia que Mercedes castigaba mucho más sus gomas.

Pronto en el equipo de la estrella vieron, de nuevo con más que preocupación, que los neumáticos volvían a sufrir graining. Por contra, Verstappen no tenía problemas en gestionar los problemas que también tuvo. Nadie le apretaba por detrás y podía ir al ritmo que le requerían los neumáticos. Cuando los Ferrari salían de boxes en la vuelta 18, el orden era el mismo que antes. Pero Max estaba cerca de los 10 segundos de ventaja en cabeza. Ricciardo y Vettel por su parte se echaban encima de Hamilton. El británico tendría que parar de nuevo y montar ultras otra vez. La carrera estaba más que perdida. Pero había que salvar la consecución del título.

La rotura de Sainz en la vuelta 30, que estaba completando una gran carrera con un Renault competitivo, provocó la salida del VSC cuando Vettel estaba cerca de pasar a Ricciardo. Hamilton quiso parar pero le dijeron que siguiera. No quedaban gomas suficientes y los ultra no habrían llegado a final de carrera.

Al relanzarse la carrera pronto pasó Vettel a Ricciardo y el alemán se puso a rodar un segundo más rápido que Hamilton que no estaba lejos. Le cazó y pasó. Era la vuelta 38 y Verstappen estaba casi 15 segundos por delante. La ventaja del de Ferrari era que había parado más tarde. Pero no parecía suficiente para coger al holandés.

A Hamilton le indicaron que rodara en un tiempo determinado cada vuelta. Así se aseguraban que llegaría en la posición necesaria para hacerse con el campeonato. Independientemente de lo que hiciera Vettel. Diez vueltas más tarde Ricciardo le pasaba. Hamilton bloqueaba su delantera izquierda y entraba a boxes con las gomas destruidas. Antes de cumplirse 50 vueltas todos pararon de nuevo. Todos menos Ricciardo. El australiano sujetó las mejores vueltas de Vettel, con sus gomas nuevas, sin haber parado. A diez vueltas de meta y habiendo cumplido el objetivo su coche se averió. Otra vez.

Verstappen lograba la victoria y se quitaba el mal sabor de boca del sábado. Ferrari completaba el podio y Hamilton llegaba en 4ª posición ajustándose la corona mundial por 5ª vez. Menos mal.

This entry was posted on Domingo, Diciembre 30th, 2018 at 13:10 and is filed under Uncategorized. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. Both comments and pings are currently closed.