La imagen del Ferrari de Fernando Alonso sobre las borriquetas en la parrilla de Spa mientras todos sus rivales arrancaban, fue uno más en la lista de despropósitos de un equipo acomodado. La desidia de algunos sigue ocasionando graves perjuicios al resto.
El Ferrari de Alonso no arrancaba y los mecánicos se afanaban por intentar solucionar un problema que no tenía explicación. El motor no cobraba vida. En un procedimiento rutinario repetido mil veces. Tan absortos estaban, que se saltaron a la torera las normas de la parrilla y se quedaron junto al coche.
GP BÉLGICA 1981
Fue en 1981 y en el mismo GP, aunque en Zolder, cuando a raiz de un desgraciado accidente en la salida se limitó la presencia de personal en la parrilla. Aquel accidente fue en la salida, no en el comienzo de la vuelta de calentamiento. Con el habitual desmadre en las preparrillas de la época, algo que no se solucionaba a pesar de los problemas que ocasionaba. Por ejemplo era muy normal que el Director de Carrera ondeara su bandera cuando los últimos coches no estbaan colocados aún, principal razón en el accidente de Monza 78 que le terminó costando la vida a Peterson. Pues en ese maremagnum en la parrilla de Zolder, al final el coche de Patresse se caló. El de Pádova elevó sus brazos haciendo aspavientos para avisar de su incidente. Era 4º en la parrilla. A pesar de sus señales, que verían sus rivales justamente detrás pero no más de 2 filas atrás, el Director siguió para dar la salida. En ese momento un mecánico de Arrows saltó a pista y se colocó detrás del coche del italiano para intentar arrancarlo. Mientras los coches pasaban por un lado y otro. Hasta que, paradójicamente, su compañero de equipo Stohr, veía hueco a su derecha y se abría. Sólo para encontarse con el coche de Patrese parado y un mecánico detrás. El impacto fue muy fuerte atrapando al infortunado. Afortunádamente se recupero en unas semanas. No como el mecánico de Osella atropellado en boxes por el Williams de Reutemann. Falleció al romperse el cráneo.
Desde entonces se marcaron unos tiempos para abandonar la parrilla. Y como límite con 15 segundos no puede haber mecánicos. Eso antes de iniciar la vuelta de calentamiento. Ni que decir tiene que ni puede haber nadie desde ese momento en la pista.
BATERÍAS
Sin embargo en Spa el otro día los mecánicos se quedaron. Algo que no está contemplado en el reglamento. Comtempla que te retires tarde, pero no que no te retires. Suerte tuvo Alonso de salir con una sanción tan leve.
Lo que provocó el problema en el Ferrari de Alonso fueron las baterías. Estaban descargadas. Debido a una nueva configuración de los componentes, las baterías van con una polaridad distinta. Lógicamente en el box se tienen todas las baterías necesarias por duplicado y cargadas. El problema es que cuando se dieron cuenta, tuvieron que cambiar los cables y ahí se fue el tiempo.
Los procedimientos de salida de los equipos, muy repetidos, van con un tiempo muy justo. Para evitar, sobre todo, que el motor esté en funcionamiento un segundo más de lo necesario.
DESIDIA
Lo extraño, aunque siendo Ferrari no lo es tanto, es que estuvieran descargadas o que no cargaran. Los cables. Cuando llegaron las nuevas piezas y especificaciones, una de las cosas a tener en cuenta era que había que cambiar unos cables. De colores diferentes. Uno marca la polaridad y otro la potencia. El mecánico encargado el sábado de las baterías no cambió los cables. ¿Para qué? Si el sabía como tenían que ir, no necesitaba pasarse un buen rato cambiando cablecitos en un sinfín de baterías. Y llegó el domingo.
El problema es que por alguna razón, o bien este ínclito vago no estaba en la parrilla, o no le tocaa, o hubo un cambio de turno y dejó de estar con las baterías.
El mecánico encargado de conectar las baterías al Ferrari, lo hizo de acuerdo al nuevo código de colores, obviamente. A la orden de arrancar el coche la batería, mal conectada, no hizo nada. No sé si alguien cayó en que el problema podía ser una mala conexión o qué. El caso es que tras el tiempo perdido lograron arrancar el coche y salir en tiempo antes que el último coche les sobrepasara en la parrilla. Pudiendo recuperar así su sitio en la misma.
La llegada de Mattiacci ha ido produciendo cambios en el equipo italiano. Pero el legado de vagancia y desidia dejado por los años de Domenicali, sigue provocando errores graves. Es tremendo como el amiguismo y el abrazafarolismo de Stefano casi destruyó un equipo que era una máquina bajo su antecesor.
Cables de colores. Desde arriba, el diseñador que establece esos colores, se compran los cables, se diseñan las baterías, se pintan los planos, se escriben y aprueban los procedimientos, se reparten y explican. Todo para que un vago zopenco, obvie todo ese trabajo y lo tire por la borda.
La imagen del Ferrari de Fernando Alonso sobre las borriquetas en la parrilla de Spa mientras todos sus rivales arrancaban, fue uno más en la lista de despropósitos de un equipo acomodado. La desidia de algunos sigue ocasionando graves perjuicios al resto.
El Ferrari de Alonso no arrancaba y los mecánicos se afanaban por intentar solucionar un problema que no tenía explicación. El motor no cobraba vida. Era un procedimiento rutinario repetido mil veces. Tan absortos estaban, que se saltaron a la torera las normas de la parrilla y se quedaron junto al coche.
GP BÉLGICA 1981
Fue en 1981 y en el mismo GP, aunque en Zolder, cuando a raiz de un desgraciado accidente en la salida se limitó la presencia de personal en la parrilla. Aquel accidente fue en la salida, no en el comienzo de la vuelta de calentamiento. Con el habitual desmadre en las preparrillas de la época, algo que no se solucionaba a pesar de los problemas que ocasionaba. Por ejemplo era muy normal que el Director de Carrera ondeara su bandera cuando los últimos coches no estaban colocados y se mantenían en movimiento aún, principal razón en el accidente de Monza 78 que le terminó costando la vida a Peterson. Pues en ese maremagnum en la parrilla de Zolder mientras se colocaban los coches, al final el coche de Patresse se caló. El de Pádova elevó sus brazos haciendo aspavientos para avisar de su incidente. Era 4º en la parrilla. A pesar de sus señales, que verían sus rivales justamente detrás pero no más de 2 filas atrás, el Director siguió para dar la salida. En ese momento un mecánico de Arrows saltó a pista y se colocó detrás del coche del italiano para intentar arrancarlo. Mientras, los coches pasaban por un lado y otro. Hasta que, paradójicamente, su compañero de equipo Stohr, veía hueco a su derecha y se abría. Sólo para encontrarse con el coche de Patrese parado y un mecánico detrás. El impacto fue muy fuerte atrapando al infortunado. Afortunádamente se recupero en unas semanas. No como el mecánico de Osella atropellado en boxes por el Williams de Reutemann. Falleció al romperse el cráneo unos días después.
Desde entonces se marcaron unos tiempos para abandonar la parrilla. Y como límite con 15 segundos no puede haber nadie en parrilla. Eso antes de iniciar la vuelta de calentamiento. Ni que decir tiene que no puede haber nadie desde ese momento en la pista.
BATERÍAS
Sin embargo en Spa el otro día los mecánicos se quedaron al lado del coche de Alonso. Algo que no está contemplado en el reglamento. Contempla que te retires tarde, pero no que no te retires. Suerte tuvo el asturiano de salir con una sanción tan leve.
Lo que provocó el problema en el Ferrari de Alonso fueron las baterías. Debido a una nueva configuración de los componentes, las baterías van con una polaridad distinta. Lógicamente en el box se tienen todas las baterías necesarias por duplicado y cargadas. El problema es que cuando se dieron cuenta, tuvieron que cambiar los cables y ahí se fue el tiempo.
Los procedimientos de salida de los equipos, muy repetidos, van con un tiempo muy justo. Para evitar, sobre todo, que el motor esté en funcionamiento un segundo más de lo necesario.
DESIDIA
Lo extraño, aunque siendo Ferrari no lo es tanto, es que estuvieran descargadas o que no cargaran. ¿Por qué? Los cables. Cuando llegaron las nuevas piezas y especificaciones, una de las cosas a tener en cuenta era que había que cambiar unos cables. De colores diferentes. Uno marca la polaridad y otro la potencia. El mecánico encargado el sábado, o quizá l viernes, de las baterías no cambió los cables. ¿Para qué? Si él sabía como tenían que ir, no necesitaba pasarse un buen rato cambiando cablecitos en un sinfín de baterías. Y llegó el domingo.
El problema es que por alguna razón, o bien este ínclito vago no estaba en la parrilla, o no le tocaba, o hubo un cambio de turno y dejó de estar con las baterías. El compañero encargado de conectar las baterías al Ferrari, lo hizo de acuerdo al nuevo código de colores, obviamente. A la orden de arrancar el coche la batería, mal conectada, no hizo nada. No sé si alguien cayó en que el problema podía ser una mala conexión o qué. El caso es que tras el tiempo perdido lograron arrancar el coche y salir en tiempo antes que el último coche les sobrepasara en la parrilla. Pudiendo recuperar así su sitio en la misma.
La llegada de Mattiacci ha ido produciendo cambios en el equipo italiano. Pero el legado de vagancia y desidia dejado por los años de Domenicali, sigue provocando errores graves. Es tremendo como el amiguismo y el abrazafarolismo de Stefano casi destruyó un equipo que era una máquina bajo su antecesor.
Cables de colores. Desde arriba, el diseñador que establece esos colores, se compran los cables, se diseñan las baterías, se pintan los planos, se escriben y aprueban los procedimientos, se reparten y explican. Todo para que un vago zopenco, obvie todo ese trabajo y lo tire por la borda.
Tags: Alonso, cables, colores, Ferrari, mecanico, Spa
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on Sábado, Agosto 30th, 2014 at 21:39 and is filed under F1, Marcas.
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Me ha gustado tu artículo, ejemplo de dejadez y pertenencia,-la ferrari,- a una empresa grande en la cual se puede deslizar a otros la propia resposabilidad y la falta de triunfos.
Conocía su cuenta de twitter, pero la pasé por alto. Ahora he conocido su página web, su GPCast y debo reconocer mi error, sus contenidos me resultas más que interesantes. Dicho esto quiero dejar un apunte a su artículo con su beneplácito…
Hace ya muchos años tuve un encargado que me dijo algo que por circunstancias de esas que la vida cruza en tu camino, no se olvidará nunca. La cita es la siguiente: “Si por costumbre eres vago y llegas a un sitio donde sus empleados son trabajadores, tu te volverás trabajador si quieres consevar el empleo. Pero si por el contrario, eres un tipo laborioso y llegas a un sitio donde impera la vagancia y la desidia, pronto te convertirás en uno de ellos pues es muy fácil acomodarse”. Pero como bien señales en Ferrari lo que se respira es aire viciado.
Un saludo,
@TheSantF1
Hola. No es un error. Es desidia, vagancia. Llámalo como quieras.
No es comparable los ejemplos que pones con la dejación.
A un tío que se le cae una tuerca, se le ha caído. Habrá que entrenar más o ver si esa es una tarea idonea para él.
Si un piloto comete un error, es lo que tiene el riesgo y estar al filo de la navaja cada curva.
Pero, por ejemplo, ¿te parecería un error que un compañero tuyo no fuera a un cliente porque iban a ir dos a verle y, total, si ya va él pues yo me escaqueo. El otro se pone enfermo, no aparece nadie y pierdes un contrato y te vas a la calle? Por ejemplo
Pues eso.
No es problema de moverse por vagancia. Es un problema de herencia, de vicio. No es culpa de Domenicali, ahora mismo. Claro que no. Aunque muchos tontos quieran entender lo que les viene en gana. Es la forma de trabajar sin tensión de varios años con él lo que trae estas cosas. Ese tipo ha echado por tierra un trabajo de todo el equipo por desidia, no por un error. Que no es lo mismo.
Ese es el problema. Un equipo de F1 es como un transatlántico, y las inercias se tardan mucho en cambiar.
Jo, pues acabo de imaginarme a Ferrari contratando para el box peones de obra españoles, de esos que van con cresta por la calle y escupiendo con orgullo por un colmillo.
Digo yo que el hecho de que un tío cometa un error en un momento determinado no es como para lanzársele al cuello de ese modo. Si no, también podríamos decir lo mismo de Rosberg o de Hamilton, “tanto trabajo realizado por los ingenieros de Mercedes, tanto empeño, esfuerzo, noches sin dormir… para que venga un niñato egocéntrico y se dedique a jugar a los coches de choque con el trabajo de los demás”.
O podríamos poner a Maldonado de ejemplo, quizás. O a Sergio Pérez. A Massa o a Magnussen, que también han tenido sus más y sus menos por ahí. Al tuercas de turno que se le escurre el tornillo de la rueda dos veces seguidas. Pero bueno, esos como salen por la tele pues más o menos se les puede exculpar.
El caso, que vaya linchamiento, coño. “Ínclito vago”, “vago zopenco”… dudo mucho que un tipo que llega a meterse en un equipo de F1 actúe movido por “vagancia”. Pero bueno, si la gente se lo cree al final resultará ser verdad, claro.