INCOMPRENSIBLE
Sebastian Ogier sumo 34ª victoria y su 4º título mundial con una actuación de libro de acoso y derribo de libro. Desde que decidió que iba a por el rallye, su ritmo fue irresistible para el único rival que pudo plantarle cara, Dani Sordo.
El rallye se puso muy difícil por las condiciones en las que estaban los tramos de tierra del viernes. Las fuertes lluvias habían hecho estragos y las roderas del paso de los vehículos precedentes, se llenaban del agua que seguía cayendo con fuerza en zonas. En esas condiciones lo primero era sobrevivir. Y la mayoría lo consiguió. Alguno no.
JARI MATTI
Desde su espeluznante accidente en Argentina, Latvala no había vuelto a ser él. Aquel piloto explosivo, si errático, había desaparecido para dar paso a un discreto sin más. Desaparecido medio temporada, la sensación es que su momento había pasado o las consecuencias del accidente habían limitado su habilidad.
Pero el viernes volvió Jari Matti. De repente en esas condiciones difíciles, emergió su figura. Un toque que terminó por dañar una de sus ruedas traseras, le obligó a abandonar. Volvió Jari Matti para lo bueno y para lo malo.
INCOMPRENSIBLE
Sordo bordó la etapa de tierra y acabó con cierta solidez com líder, más de 17 segundos. La etapa del sábado, a priori sobre suelo seco y cielos azules, se tornó en un duelo bajo el sol del Priorat. El cántabro aguantó bien los primeros tramos. Pero cuando Ogier decidió atacar e ir a por la victoria, el acoso fue insostenible. Aún así, Dani fue capaz de terminar la etapa a 1,7 de Ogier. Con un poco más de 60 kilómetros el domingo, seguía siendo muy difícil la empresa de batir al ogro francés. Pero todo quedaba en el aire. Sin embargo ocurrió algo incomprensible. Inexplicable.
En el tramo urbano de Salou. Una ratonera infame. Sordo se dejó más de 4 segundos con el francés. Su explicación al acabar el tramo sorprendente. “Ha sido un poco para los aficionados, derrapando todo el rato. Es importante”. Puede que narcotizados como estamos con nuestros deportistas, a los que se les rinde pleitesía y honores siempre, los merezcan o no, la afición no se lo reprochará. Puede que para Dani fuera suficiente con la segunda plaza. Cierto es que apalizó al resto de rivales. Puede, incluso, que hubiera órdenes de equipo aunque se me hace difícil. El caso es que plegó velas y dejó en la mediocridad una última etapa que pudo haber sido épica.
Ogier completó la rotonda de Duesaigües y aceleró hasta el pórtico de meta. Rubricó con letras de oro, ganando e intimidando, su 4º título mundial. Y visto lo visto, nivel, aspiraciones y actitud de sus rivales, si no se aburre puede ganar otros 4.
INCOMPRENSIBLE
Sebastian Ogier sumo 34ª victoria y su 4º título mundial con una actuación de libro de acoso y derribo. Desde que decidió que iba a por el rallye, su ritmo fue irresistible para el único rival que pudo plantarle cara, Dani Sordo.
El rallye se puso muy difícil por las condiciones en las que estaban los tramos de tierra del viernes. Las fuertes lluvias habían hecho estragos y las roderas del paso de los vehículos precedentes, se llenaban del agua que seguía cayendo con fuerza en zonas. En esas condiciones lo primero era sobrevivir. Y la mayoría lo consiguió. Alguno no.
JARI MATTI
Desde su espeluznante accidente en Argentina, Latvala no había vuelto a ser él. Aquel piloto explosivo, si errático, había desaparecido para dar paso a un discreto sin más. Desaparecido medio temporada, la sensación es que su momento había pasado o las consecuencias del accidente habían limitado su habilidad.
Pero el viernes volvió Jari Matti. De repente en esas condiciones difíciles, emergió su figura. Un toque que terminó por dañar una de sus ruedas traseras, le obligó a abandonar. Volvió Jari Matti para lo bueno y para lo malo.
TIRAR LA TOALLA
Sordo bordó la etapa de tierra y acabó con cierta solidez com líder, más de 17 segundos. La etapa del sábado, a priori sobre suelo seco y cielos azules, se tornó en un duelo bajo el sol del Priorat tarraconense. El cántabro aguantó bien los primeros tramos. Pero cuando Ogier decidió atacar e ir a por la victoria, el acoso fue insostenible. Aún así, Dani fue capaz de terminar la etapa a 1,7 de Ogier. Con un poco más de 60 kilómetros el domingo, seguía siendo muy difícil la empresa de batir al ogro francés. Pero todo quedaba en el aire. Sin embargo ocurrió algo incomprensible. Inexplicable.
En el tramo urbano de Salou. Una ratonera infame. Sordo se dejó más de 4 segundos con el francés. Su explicación al acabar el tramo sorprendente. “Ha sido un poco para los aficionados, derrapando todo el rato. Es importante”. Puede que narcotizados como estamos con nuestros deportistas, a los que se les rinde pleitesía y honores siempre, los merezcan o no, la afición no se lo reprochará. Puede que para Dani fuera suficiente con la segunda plaza. Cierto es que apalizó al resto de rivales. Puede, incluso, que hubiera órdenes de equipo aunque se me hace difícil. El caso es que plegó velas, tiró la toalla y dejó en la mediocridad una última etapa que pudo haber sido épica. Sí, Ogier parecía inalcanzable. Sí, batirle podía ser una quimera. Pero intentarlo, mantener la presión y ¿quién sabe? Que le pregunten a Mikkelsen.
Ogier y su copiloto Ingrassia completaron la rotonda de Duesaigües y acelereraron hasta el pórtico de meta. Rubricando con letras de oro, ganando e intimidando, su 4º título mundial. Y visto lo visto, nivel, aspiraciones y actitud de sus rivales, si no se aburren pueden ganar otros 4.
Tags: Campeón, Ogier, ogro, Sordo
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on Martes, Octubre 18th, 2016 at 7:35 and is filed under Pilotos, Rallyes.
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