El objeto que está enhiesto a la derecha de la foto, o similar, es la solución a todos y cada uno de los problemas con los fuera de límites en los circuitos. Es la curva 4 del circuito de Sochi. Con todos ustedes: El chiriflús. (Foto:Albert Fábrega)
Bolardo, chirimbolo, chiriflús, llamémoslo x. Montado sobre una base marcaría por dónde hay que volver a la pista en el momento en que se superen los límites en una zona. Se podría rizar el rizo. Y ponerle de color verde o rojo dependiendo de si hay que dejarle a nuestra izquierda o a nuestra derecha. Es la solución.
CIRCUITOS
El advenimiento de Tilke y sus ’tilkódromos, trajeron consigo, en general, las escapatorias de asfalto. La consecuencia inmediata para los pilotos es que buscar el límite de la pista es más fácil ya que no sufren mayor problema si se cuelan y se salen.
Sin perder de vista que la tendencia es que haya el mayor número de coches en carrera en todo momento. Las escapatorias de tierra que atrapaban y atrapan a los coches, no son ‘comerciales’. Item más. Gran parte de los ingresos de los circuitos, vienen de los días de tandas para privados, amateurs, para cualquiera en una palabra. Si en cada salida de pista, que las hay y muchas, no sólo el cliente se queda fuera, ya ha pagado y es su error, si no que su coche se rompe, es una pontecial plaza menos para sucesivos días. También, la dualidad en el uso de los trazados, motos, coches, obliga a unas medidas de seguridad más estandarizadas. Unido a todo esto está el gasto en grúas y personal que se ve reducido de manera dramática con las escapatorias de asfalto.
Como vemos, hay muchos puntos de vista desde los que mirar y no sólo desde el de la competición.
EL BOLARDO
Dado que el patrón es seguir tendiendo a que los circuitos sean un manto negro, con la pista delimitada por líneas y pianos ad-hoc, hay que buscar una solución fácil y clara al problema de los atajos. Esas salidas de pista tienen que ser penalizadas de alguna manera. Y esa solución es el bolardo, chirimbolo o chiriflús. Fácil y barata instalación. Y más fácil y comprensible, para pilotos, comisarios y público, su aplicación.
Cualquier piloto que supere los límites de la pista en las que se instale el chiriflús, deberá volver a la misma a partir del punto en que haya sobrepasado el señalizador por el lado indicado al efecto.
Esta solución se usa en el circuito de Sochi, en la curva 4, y colocada en los puntos conflictivos de cada circuito minimizará totalmente cualquier ventaja que pueda sacar un piloto. Se vaya largo como Hamilton, larguísimo como Verstappen o corto como Rosberg.
Por supuesto que la decisión de dónde y como colocarlo compete a los ingenieros y nunca a los pilotos. Con el chirimbolo evitaremos tener que poner badenes en las escapatorias, que hacen que el coche despegue. Con los chirimbolos se pueden crear chicanes teniendo que sortear dos o más de ellos. Bien colocados penalizarán lo adecuado a los pilotos errantes. Y a partir de ese momento será muy fácil tomar decisiones.
Pilotos que vuelve por donde debe, nada que investigar. Piloto que vuelve por donde no debe, sanción gorda (drive through o similar). Y piloto que toque el bolardo, sanción de 5-10 segundos según se reglamente.
Por favor, usen el bolardo para marcar esos puntos polémicos e iremos eliminando de las carreras tanta decisión aparentemente arbitraria. Ponga un bolardo, ponga un chirimbolo. Ponga un chiriflús en su circuito.