Como si de la Revolución Francesa se tratara, el enfrentamiento dentro del propio Valencia es algo absolutamente esperpéntico y de locos. Se apagan los fuegos con gasolina y se ajusticia a los otrora verdugos.
La afición ‘che’ es muy, muy exigente. Y no soporta medianías. Pero quizá exageran en sus peticiones y hacen más ruido que una ‘mascletá’, o falta paciencia y su presión no la han sabido aguantar Presidentes que han ido tomando decisiones erróneas una tras otra.
Sobre todo Juan Soler que ha sumido al club en un caos. Y es que ya me lo decía un amigo valenciano y ‘che’ hasta la médula. ‘Su papaíto le podía haber comprado una bicicleta para su cumpleaños en vez de al Valencia’.
Y así, con otro ladrillero venido a más, otro club histórico está pasándolas canutas. Estos nuevos ricos que sólo quieren figurar y jugar con los sentimientos de sus aficiones van quedando retratados uno tras otro. Y es en el Valencia donde más notorio es el ejemplo. Un club desquiciado que es capaz de ganar una Copa del Rey y despedir al entrenador, que ha cosado un ojo de la cara, al siguente partido y cuando sólo quedan cinco para terminar la liga.
Ronald ‘Robespierre’ Koeman llegó como el francés imponiendo el terror. Se pasó por la guillotina a Albelda, Cañizares y Angulo, como si Luis XVI y Maria Antonieta fueran, para terminar como el infame francés. Sufriendo su propio terror. El verdugo pasado por la fría cuchilla de su propia guillotina. Sólo ha faltado que como a Robespierre, ejecutaran a 21 jugadores, mezclaran sus cuerpos e hicieran desaparecer las cabezas. Para que el rastro del entrenador más lamentable de la historia del Valencia se pierda para siempre.
La afición ‘che’ es muy, muy exigente. Y no soporta medianías. Pero quizá exageran en sus peticiones y hacen más ruido que una ‘mascletá’, o falta paciencia y su presión no la han sabido aguantar Presidentes que han ido tomando decisiones erróneas una tras otra.
Sobre todo Juan Soler que ha sumido al club en un caos. Y es que ya me lo decía un amigo valenciano y ‘che’ hasta la médula. ‘Su papaíto le podía haber comprado una bicicleta para su cumpleaños en vez de al Valencia’.
Y así, con otro ladrillero venido a más, otro club histórico está pasándolas canutas. Estos nuevos ricos que sólo quieren figurar y jugar con los sentimientos de sus aficiones van quedando retratados uno tras otro. Y es en el Valencia donde más notorio es el ejemplo. Un club desquiciado que es capaz de ganar una Copa del Rey y despedir al entrenador, que ha cosado un ojo de la cara, al siguente partido y cuando sólo quedan cinco para terminar la liga.
Ronald ‘Robespierre’ Koeman llegó como el francés imponiendo el terror. Se pasó por la guillotina a Albelda, Cañizares y Angulo, como si Luis XVI y Maria Antonieta fueran, para terminar como el infame francés. Sufriendo su propio terror. El verdugo pasado por la fría cuchilla de su propia guillotina. Sólo ha faltado que como a Robespierre, ejecutaran a 21 jugadores, mezclaran sus cuerpos e hicieran desaparecer las cabezas. Para que el rastro del entrenador más lamentable de la historia del Valencia se pierda para siempre.
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