Emocionantes. Así fueron las primeras vueltas del GP malayo. Desde las imágenes de los monoplazas preparándose para dar la vuelta de calentamiento, esas que os birla T5 con alevosa asiduidad, hasta que quedó claro que Raikkonen iba a acechar sin descanso a Hamilton pero no le iba a atacar.
Sin duda que el mayor atractivo de la F1 hoy en día es la salida. El corazón que se acelera moderadamente cuando parten desde la parrilla. El ritmo sostenido pero alto según completan la vuelta. Y el clímax que llega con la primera luz roja del semáforo en tomar vida. Luego falta el aire hasta la primera curva y las primeras vueltas, donde más juego hay, que se pasan en un santiamén.
Pues en el santiamén de Malasia se decidió gran parte del GP favorablemente a nuestros intereses. Fernando salió bien y logró emparejarse con Massa sin que éste pudiera, siquiera, pensar en cerrarle. Primera parte perfecta. La segunda era mantener el interior de la curva, que no es la trazada ideal desde el principio de la curva, cosa que Alonso consiguió sin problemas. La siguiente era evitar la devolución en la cerrada izquierda que le sigue. Perfecto de nuevo. A partir de ahí a tirar y a evitar los ataques.
En teoría era la salida soñada. Y Fernando la consiguió.
Lo que quizá era menos previsible es lo que pasó entre Raikkonen y Massa. El finlandés tardó en cerrar su interior y Hamilton se coló. Además ya era tarde para que Kimi intentara hacerle un exterior a Massa. El riesgo de acabar ambos fuera era muy alto. Así que Raikkonen se vio en la misma situación que Alonso en Australia, cerrado y sin tener donde ir razonablemente.
La clave el duelo Massa-Hamilton se produce en la segunda curva. Massa tiene que ceder ante Alonso. Pero lo que no se espera es que un osado Lewis se le iguale por el exterior y le aguante el envite. No sólo eso sino que le gana la partida y deja una situación ideal a McLaren.
Massa, por el lenguaje de su coche, iba fuera de sí. Y se impacientó. No sólo el hecho de llevar un coche manifiestamente más rápido que el de su rival entraba en la ecuación. La maniobra del británico le había dejado con un palmo de narices. Alonso se iba y tenía que pasar como fuera.
Lo intentó de varias maneras sin éxito. Hasta que, como un Mihura, se fue a por el trapo que el británico al natural le mostraba. Al igual que un morlaco se encontró sin trapo y buscando a Hamilton que se había colocado perfectamente para el siguiente pase. Fue el definitivo. Massa a la tierra y cantando la gallina como cualquier manso pregonado.
A partir de ahí la sorpresa del ritmo de unos y de otros. Seguro que el tema del fondo plano ha afectado. Pero lo mejor es que ambos coches están muy igualados. Así que habrá que esperar por más luchas de esta intensidad.
Del resto quiero destacar el carrerón de Rosberg y Wurz, de Williams-Toyota en una palabra. El alemán lo bordó hasta que se rompió su monoplaza. Estaba con opciones de cara al último relevo. Wurz hizo una remontada enorme. En la misma le enseñó a Coulthard como adelantar sin necesidad de volar por encima del contrario y, sobre todo, sin amenazar con cortarle el cuello. En descarga del escocés hay que remarcar que iba a una parada y con el coche con mucha más gasolina.
Alguna cosa se me queda en el tintero pero la salida dio para mucho. Con algunas se podría escribir un libro.
Sólo remarcar la lamentable actuación de Ralf Schumacher. Sólo si el coche anda, está reglado a su gusto y rueda sólo, este chico es capaz de ser endiabladamente rápido. Para alguien que cobra en Toyota más que Alonso en McLaren parece un bagaje paupérrimo. Otra muestra que ayuda a entender la situación de Toyota. Por cierto, Heidfeld suena y mucho y ¿a que no saben a quien sustituiría? A ese mismo que están pensando.