LA PRESIÓN(2)
Si Ogier había sentido la presión en forma de Sebastien Loeb en Argentina, JR Hildebrand la sintió en forma del propio escenario de Indianápolis al final de las 500 Millas. Nos partió el corazón.
Es difícil imaginarse el escenario pero vamos a intentar que la idea sea muy fidedigna. Imaginen un circuito en forma de rectángulo de una longitud de cuatro kilómetros. Dentro del mismo cabe un circuito rutero, la gran parte de un campo de golf y los inmensos boxes que tiene entre otras cosas.
Esas curvas peraltadas y casi todo el perímetro tiene erigidas tribunas que junto al resto del circuito albergan a 450.000 almas ruidosas.
Unimos a ello que es la carrera más grande para un norteamericano y de las más importantes pra cualquier otro piloto. Item más. Eres un debutante que se ha clasificado bien pero sin estridencias y que te ves en las últimas vueltas en cabeza.
Dan Wheldon celebra como manda la tradición , con leche, su 2ª victoria.
ESE DOBLADO
Era cuestión de seguir girando al ritmo de las 199 vueltas anteriores. Con la ventaja de que lo hacía en solitario. Sin agobios. Dan Wheldon venía detrás, no muy lejos pero lo suficiente para no incomodar. Franchitti había sacado la bandera blanca sin gasolina. Todo estaba a su favor. Los comentaristas cantaban su victoria durante la última vuelta. Para más INRI hoy lunes es el Memorial Day, se recuerdan a todos los que han caído luchando por la bandera americana. EL coche de Hildebrand estaba patrocinado por la Guardia Nacional. Todo parecía perfecto. Demasiado perfecto.
Charlie Kimball había aguantado sin ser doblado e iba a ser en la última vuelta cuando ocurriera el hecho. En la última curva.
Hildebrand podía haberse colocado a cola y pasarle con el rebufo. Podía haberle pasado mucho más cerca de lo que lo hizo. SIguió con su ritmo pero dejó demasiado espacio con Kimball. Ya no había marcha atrás. La velocidad superior a la normal para esa trazada en la entrada le fue empujado inexorablemente contra el muro.
Los gritos de alegría se transformaron en aullidos de decepción. Hildebrand siguió buscando la meta con la inercia. Wheldon que venía detrás se encontró con el panorama y siguió hacia la meta para reeditar la victoria de 2005 y privar a los americanos por quinto año consecutivo de la leche del triunfo.
Dieciocho vueltas estuvo en cabeza Oriol Serviá en Indianápolis.
ORIOL SERVIÁ
Si fue impresionante la carrera en sí, lo que hizo Oriol Serviá fue dignísimo de destacar. Grande, histórico.
Oriol acabó en 5ª posición y estuvo toda la carrera en los puestos delanteros del pelotón. Llegó a liderar la carrera durante 18 vueltas y dejó muy buenas sensaciones.
Nunca podremos agradecer a Oriol lo suficiente este resultado y nunca se le reconocerá lo suficiente. Es así. Aquí si nos sacan de los rallyes o la F1 estamos perdidos.
Lo mismo que le pasó a su predecesor, Fermín Vélez. Fermín se embarcó en la aventura americana y corrió dos veces en Indianápolis. Abandonó en 1996, su debut, y acabó en una tremenda 10ª plaza en 1997. Las hazañas de Fermín, 2 veces ganador en Sebring y sus 12 Horas por ejemplo y ganador de su clase en Le Mans, fueron glosadas principalmente por sus amigos periodistas catalanes. Salvo alguna honrosa excepción de medios especializados. pasó sin pena ni gloria para el gran público.
El añorado Fermín Vélez. Pionero en muchas cosas del automovilismo español
Por eso hoy hay que darle las gracias más grandes a Serviá y reconocerle el inmenso mérito que tiene lo que ha hecho pero aun más recordar a Fermín Vélez que fue el primer español que holló el óvalo sagrado e Indy.
Un óvalo dónde la presión es mayor que en cualquier olla. Hildebrand lo comprobó en sus carnes.
Tags: 500 Millas, hildebrand, indy, ovalo, presion, Servia, velez, wheldon
[...] todos ya lo sabreis, porque quienes me seguis, soleis seguis Carlos Barazal, quien ha escrito una magnifica columna al respecto y por tanto no me alargaré mucho, ya que poco más puedo añadir a lo comentado por quien en [...]