RALLYE MÉXICO 2017

DESASTRE

La cita mundialista en México tuvo la amenaza de un desastre continuo pugnando por materializarse. Problemas de organización, previsión, mecánicos y los que provoca la propia competición.

Nadie sabe qué pasa por la cabeza de un piloto, incluso el propio piloto. Cuando has tenido un comienzo de temporada malísimo, como el que han tenido Meeke y Citroen, quizá es lógico querer recuperar cuanto antes el terreno perdido. Si fue eso lo que llevó al británico, después de una prueba impecable, a ir a por todas en la Power Stage, ni él lo sabe. El caso es que fue así. En el punto intermedio del último tramo venía con el ritmo de los mejores. La decisión del tramo iba a estar en décimas. Llegó a la parte final, que había sido común con otros tramos en días anteriores, y tomó el salto sin dudas. Lo siguiente al mismo es una izquierda rápida seguida de una derecha más lenta que tiene un problema. Es muy irregular pero especialmente tiene un bote que es más acusado a más te cierras en la misma. Kris llegó muy rápido. Quizá sintió que se pasaba y cruzó más de lo normal el coche para ayudarle a perder velocidad. Eso le llevó a meter mucho el morro en el interior. El bote le levanto el tren delantero, completamente metido por dentro justo cuando Kris le estaba dando salida. Esas centésimas en el aire, se tradujeron en centímetros de más hacia el exterior de la curva. El Citroen se metía en los arbustos y caía, golpeando levemente a un coche aparcado allí, a una zona limpia. Un aparcamiento.

Kris pareció desorientado buscando el sitio por el que volver al tramo. De hecho se marcó una gymkana digna de una super especial pestosa. Los segundos iban cayendo y por fin vio la luz, y el tramo, y se reincorporó. La conversación en el medio kilómetro que le quedaba para meta fue tremenda con su copiloto. Paul Nagle creía que habían perdido el rallye. Kris no quería creerle y se agarraba a los 37 segundos con los que habían partido al tramo. Al cruzar la meta hacían gestos preguntando. Una vez que supieron que habían ganado no hubo alegría desbordada. Fruto de la tensión tan extrema que sufrieron lo que sintieron fue alivio. Meeke tuvo problemas para subirse al techo del coche para hacerse la foto. Le temblaban las piernas.

UNO TRAS OTRO

No es plato de buen gusto resumir el rallye centrándose en los problemas múltiples que hubo. Pero la verdad es que son claves muchos para entender el devenir de la prueba y el resultado final. Resultado que no es definitivo y que podría poner la guinda a los desastres que uno tras otro hubo en la prueba.

La decisión de celebrar una super especial en la capital, en el México D.F., parecía un acierto a nivel publicitario. Y seguramente lo fue. Pero eso implicaba un Madrid-Alicante de traslado y no con la AP-36 como autopista de paso precisamente. Los coches fueron trasladados en camión de transporte. Mientras, primera locura y desastre acechando, se trasladó en un avión a pilotos, copilotos, mecánicos, a todo el personal del WRC. Si algo le llega a pasar a ese avión, se acabó el campeonato.

Para la vuelta lo mismo. Pero en este caso llegó el primer problema serio. La autopista que lleva a León tiene problemas un día sí y otro también. Sabiendo esto, amigos mexicanos me lo habían comentado antes del rallye, no se buscó la solución y la prevención. A la hora de que los camiones volvieran a León, la autopista estuvo cortada unas horas. Atrapados los coches, la organización no tuvo otra que suspender el primer bucle del viernes. La amenaza para el rallye era que si se suspendía el segundo de los bucles, la prueba sólo habría puntuado con la mitad de puntos a repartir.

MOTORES

Una de las características del rallye es que se corre a una altura considerable. Lo que hace que baje el rendimiento de los propulsores. Quien más debería de sufrir el problema eran los Toyota. Y aunque así fue, no fue eso lo que les dejó fuera de opciones de lograr un resultado óptimo. Problemas de temperatura dejaron el coche de Latvala en modo ’safe’. Con el motor protegido por la electrónica, poco menos que Jari Matti hizo gran parte del tramo de paseo. Pero no fue el único, aunque sí el más perjudicado, por los problemas de temperatura. Casi todos los pilotos, menos los de M-Sport, se quejaron de llevar alguna luz en el cuadro con el aviso de que algo iba mal.

Meeke manejó los dos tramos ‘de verdad’ muy bien y se hizo con una ventaja apreciable. La jornada acababa con 3 super especiales. Y en el Circuito de León llegó el desastre para Hyundai. Sus coches sufrieron un problema con un filtro y los coches se arrastraron por el circuito. En especial el de Sordo. Nuevo desastre para los coreanos, máxime cuando los comisarios deciden que Sordo ha abandonado y le suman 10 minutos a su tiempo.

ERRORES

La jornada del viernes acaba muy bien para Meeke. 20 segundos sobre Ogier y los Hyundai fuera del mapa de amenazas con Neuville a casi 1 minuto. Para el sábado quedaba un mano a mano entre el británico y el francés. Kris aguantó el tipo perfectamente y de nuevo ocurrió lo mismo que en los dos rallyes precedentes con Ogier. El francés cometía un error y sufría un trompo que le costaba 10-12 segundos y que le retrasaba definitivamente de la lucha. El rallye era de Meeke.

PRESIÓN

El rallye de Sordo fue extraño. Buena primera etapa hasta el desastre de las superespeciales en León. El sábado, con reclamación interpuesta por Hyundai, el cántabro empezó a rodar muy fuerte Hizo dos scratchs y parecía que iba a completar una jornada para recordar. A mitad de día llegó la comunicación de los comisarios de que la penalización de 10 minutos se le quitaba. Era de ley. Pero a partir de ese momento, metido en la zona de puntos y cazando a los Toyota, desapareció. No fue capaz de repetir tiempos, ni sensaciones. Desesperante de nuevo. ¿La presión? Quizá.

INTOLERABLE

El trompo de Ogier dejó el domingo centrado en los puntos de la Power Stage como única lucha, ya que las diferencias eran grandes entre unos puestos y otros. La salida de tramo de Meeke levantó a todos de sus asientos, a los de Citroen los dejó estupefactos en sus sillas sin dar crédito, pero las posiciones finales no se movieron.

Pero hubo otros desastres acechando. El control del público fue muy deficiente. Por supuesto que hay que comenzar por el propio público. Que no observó las medidas de seguridad, zonas prohibidas, cintas, y se colocaron en sitios reclamando que se les llevaran al otro mundo con reiteración. Partiendo de esa base, público en muchos casos indisciplinado y sin escrúpulos ni miedo, la organización se vio desbordada para atajar esos comportamientos. Si bien esa panda de indeseables sobran de los rallyes, y de otros deportes, no hay que olvidar que la organización se sintió con las manos atadas. Creo que la amenaza de ver el rallye puntuando a la mitad, si había más suspensiones de tramos, pesó más que llevar la seguridad adonde no habría que dudar a llevarla.

Meeke ganó el rallye demostrando que el trabajo de Citroen en los test previos dio su resultado. Neuville completó el rallye en el podio y sigue pareciendo el principal rival de Ogier. El francés ya es líder, tras lo problemas que retrasaron a Latvala, pero todo puede cambiar. Porque hay un último desastre esperando a saltar. Hay problemas con su caja de cambios. Pesos no conformes en algunas piezas. Se revisará en Europa. Podría ser un desastre para él y MSport. Pero en un rallye en el que aquel, el desastre, ha sido el rey, no me extrañaría que, una vez muerto, todavía reclamara más parte del botín.

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