INEXPERIENCIA
Qué Lewis haya demostrado que es humano no es nuevo. Todos los grandes pilotos antes o después pasan por ese trance. Tampoco es problema que su orgullo le haya jugado una mala pasada diciendo que no ha cometido errores este año. Ni siquiera ese vasallaje al equipo atacando a Alonso. Actitud muy torpe en cualquier caso porque podía haber dependido de Alonso, y todavía puede, para conseguir la corona.
Pero la inexperiencia es algo que no viene de serie por muy bueno, orgulloso o soberbio que se sea. Y hoy ha aprendido una lección muy dura.
Como Hamilton aprende rápido, seguramente no vuelva a cometer un error así. Pero le queda una carrera que se podía adivinar plácida y que ahora puede ser un infierno con Ferrari enzarzada en la lucha.
Tanto mirar a Alonso que Raikkonen se ha colado de rondón y jugará sus cartas. En Brasil suele llover lo que traerá otra carrera de incertidumbre en la que cualquier detalle puede decidir el título para uno u otro lado.
Seguramente Lewis esté pensando en el error que él dice que no cometió en Nurburgring. Allí gastó el comodín de la grúa para nada porque no puntuó. Hoy le podría haber valido el título.
Alonso, por su parte, ha conseguido desquiciar al equipo. Después de todo el juego sucio, asqueroso y deplorable que le han hecho, su estallido de éste fin de semana ha surtido efecto. Nervios en Dennis y Haug, los hermanos Malasombra, que les ha llevado a no llamar a Hamilton un poco antes a cambiar gomas.
Les está bien empleado. Algunos, a pesar de los años que llevan, cometen pecados de inexperiencia. En el caso de Hamilton es perdonable, pero en ellos, da pena.