Por fin Javi Villa va a consumar un pedacito más del sueño de llegar a la F1.
Cuando el próximo martes por la mañana llegue al circuito de Jerez, en una de esas frías mañanas de invierno del interior gaditano donde el aire corta con vestigios de humedad, tendrá ante sí cuatro horas. Cuatro horas en las que debe de disfrutar. Cuatro horas en las que por fin se pondrá al volante de un F1. Y además éste será un BMW.
El test lo están vendiendo como una eliminatoria porque la marca bávara está buscando con quien llenar su hueco de probador.
Como pasa siempre, son muchos los que se quieren colgar las medallas, incluido su manager.
Nada más lejos de la realidad. El propio Mario Theissen ha estado siguiendo la carrera de Javi en esa temporada especialmente, no olvidemos que ha ganado tres carreras en la GP2, y ha sido él mismo quien ha decidido darle la oportunidad. Con Mario detrás, Javi tiene mucho ganado. Theissen ha demostrado que si confía en un piloto lo defiende a muerte y pasa por encima de quien sea. El caso de Robert Kubica o Timo Glock es más que significativo.
Serán cuatro horas, medio día. Sí. No hay prisa. Seguro que llegan más oportunidades.