BAJITA
Agresivo. Así ha definido Barrichello a su nuevo vástago. El FW33 es el enésimo esfuerzo de una marca histórica como Williams de volver a escalar puestos en la parrilla y de reverdecer antiguos laureles perdidos en el tiempo.
El morro sigue con la línea vista hasta ahora. Más alto y ancho para optimizar al máximo el flujo de aire por la parte inferior del monoplaza. Por debajo del morro presenta dos alas de giro, algo casi no visto este año.
La parte central presenta unos pontones my recortados de inicio y no demasiado recogidos abajo al final y que se precipitan vertiginósamente a una de las traseras más bajas que uno recuerda. La toma de aire está muy recortada en la parte inferior con dos vigas.
La caja de cambios es también muy compacta y corta para mejorar la circulación del aire entre las ruedas y el alerón inferior. Toda la zona trasera está muy despejada. Pero lo que más impresiona es lo bajo que está el diferencial y el ángulo tan exagerado de los palieres. Ángulo que se incrementará al rodar el coche y pegarse más al suelo. Es de suponer que Williams tiene estudiado, y paliado, los problemas de potencia perdida y de fiabilidad de las piezas con esa configuración.
El alerón tiene un pilar central dónde anclan parte de los brazos de suspensión que es del tipo pull-rod y que ayuda con ello a mantener todo de manera tan baja.
Williams busca gloria de nuevo y su arma es una trasera bajita, bajísima realmente, que nos ha sorprendido. Lo único que me choca es el ángulo de las transmisiones. Esperemos que la fiabilidad del Williams no sea tan bajita como su trasera.
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