No soy sabio, obviamente, pero en cualquier caso la rectificación es necesaria siempre que se haya metido la pata. Intencionada o descuidadamente.
A quien va dirigida una rectificación lo sabe siempre. No hace falta que se le diga directamente.
Basta una mirada, un gesto.
Sólo decirte que lo siento mucho, que equivoqué el momento, no caí en ello, soy un despistado.
Mi último deseo es hacerte daño.
¿qué pensais de la rectificación?
Aunque está en inglés, es muy entretenido. Yo he llegado hasta el nivel 10. jejeje
Uno de los mejores Foros de España, el de Todocoches ha cambiado de denominación.
Ahora está en la página MASCOCHES. www.mascoches.com/foro
Es un cambio de ubicación y un lavado de cara.
Espero que lo disfruteis tanto o más que el anterior.
EN APOYO A JAVIER PÉREZ DE ALBENIZ
Se lo han cepillado. A quien se le ocurre Don Javier, ir en contra de la línea editorial del individuo que es su jefe. Ese adalid de la libertad que al final les pasa lo que a todos. Termina siendo un dictadorcillo de tres al cuarto que hace de su panfletillo su cortijo o reino de taífas, vaya usted a saber.
No he vuelto a entrar en la página del panfletillo donde usted escribía todos los días. Era un ejercicio obligatorio. No veo apenas la televisión. Series americanas y deportes. El resto, se quedaba usted corto en su mayoría, es vomitivo y lacerante. Empezando por muchos de los ¿actores? españoles y siguiendo por la tele realidades y demás mierdas inmundas que pueblan la parrilla televisiva. Pero sus acertados comentarios, compartidos o no, nos permitían tener una visión clara de lo que se cocía en la caja tonta.
Ojalá alguien, aunque sea otro cortijero o iluminado, le de espacio de nuevo para que nos ilustre con sus comentarios.
Se echan de menos.
Gracias por los buenos momentos, Don Javier.
AMOR Y DOLOR
Pocas cosas hay en el mundo tan necesarias y a la vez tan dolorosas como el amor. No se puede vivir sin amar y sin sentirse amado.
Cuando el amor salta casi siempre nos coge desprevenidos. Nos rompe los esquemas y perdemos la compostura. Te acerca a un estado cercano a la enajenación en el que te sientes capaz de hacer cualquier cosa y pasar por encima de lo que sea.
El dolor se produce al ser algo que escapa a nuestro control. No siempre enamorarse es un proceso, llamémosle, normal. No todo el mundo decide que aquella chica o aquel perro van a ser el amor de su vida. En esa situación parece más fácil conseguir el objetivo final, aunque sólo sea por insistencia. Y en esos casos en los que normalmente se es joven no suele haber efectos colaterales importantes.
El problema se presenta en los encuentros espontáneos. En las amistades que de repente rompen a una atracción irresistible sin saber muy bien por qué. Y entonces el amor efímero de un momento se convierte en un dolor atroz, inaguantable.
Cuando es así siempre hay terceras partes afectadas, experiencias anteriores que pesan y un deseo irrefrenable que es parado por la cabeza. Es una mezcla de impulsos y de arrepentimientos.
El amor se basa en ilusiones que alimentamos constantemente. Mientras la ilusión y la esperanza perduran todo es precioso. Pero cuando la ilusión se rompe, un dolor intratable lo invade todo. Entonces la enajenación se cura. Tomas conciencia de que no es que te sientas capaz de hacer cualquier cosa. Es que decides hacer cualquier cosa por quitarte el dolor. Por conseguir aquello que te está matando pero que a la vez te va a dar la vida. Sólo queda esperar que los impulsos coincidan un día. Antes que el arrepentimiento los cercene y dé paso de nuevo al dolor a matar la ilusión.
Siempre me hizo gracia llamar a las canciones, normalmente lentas, de amor. Lo correcto sería decir de desamor. El dolor como el amor es creativo. Pero hay infinitamente más canciones de desamor, dolor, que de amor.
Amor y dolor, siempre de la mano, siempre inseparables.
