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24 HORAS DE LE MANS 2016

Jueves, Junio 23rd, 2016

MÁS ALLÁ DEL DOLOR

Porsche logró su 18ª victoria en Le Mans. Tras una lucha que fue, casi, cuerpo a cuerpo durante 23 horas y 57 minutos, el Toyota rindió el alma, rompiendo el corazón a miles de aficionados.

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UNA REFLEXIÓN

Sábado, Agosto 18th, 2007

AMOR Y DOLOR

Pocas cosas hay en el mundo tan necesarias y a la vez tan dolorosas como el amor. No se puede vivir sin amar y sin sentirse amado.
Cuando el amor salta casi siempre nos coge desprevenidos. Nos rompe los esquemas y perdemos la compostura. Te acerca a un estado cercano a la enajenación en el que te sientes capaz de hacer cualquier cosa y pasar por encima de lo que sea.
El dolor se produce al ser algo que escapa a nuestro control. No siempre enamorarse es un proceso, llamémosle, normal. No todo el mundo decide que aquella chica o aquel perro van a ser el amor de su vida. En esa situación parece más fácil conseguir el objetivo final, aunque sólo sea por insistencia. Y en esos casos en los que normalmente se es joven no suele haber efectos colaterales importantes.
El problema se presenta en los encuentros espontáneos. En las amistades que de repente rompen a una atracción irresistible sin saber muy bien por qué. Y entonces el amor efímero de un momento se convierte en un dolor atroz, inaguantable.

Cuando es así siempre hay terceras partes afectadas, experiencias anteriores que pesan y un deseo irrefrenable que es parado por la cabeza. Es una mezcla de impulsos y de arrepentimientos.

El amor se basa en ilusiones que alimentamos constantemente. Mientras la ilusión y la esperanza perduran todo es precioso. Pero cuando la ilusión se rompe, un dolor intratable lo invade todo. Entonces la enajenación se cura. Tomas conciencia de que no es que te sientas capaz de hacer cualquier cosa. Es que decides hacer cualquier cosa por quitarte el dolor. Por conseguir aquello que te está matando pero que a la vez te va a dar la vida. Sólo queda esperar que los impulsos coincidan un día. Antes que el arrepentimiento los cercene y dé paso de nuevo al dolor a matar la ilusión.

Siempre me hizo gracia llamar a las canciones, normalmente lentas, de amor. Lo correcto sería decir de desamor. El dolor como el amor es creativo. Pero hay infinitamente más canciones de desamor, dolor, que de amor.

Amor y dolor, siempre de la mano, siempre inseparables.