Hoy se cumplen 60 años del último título, tercero, conseguido por un piloto italiano en la F1. Alberto Ascari reeditaba su corona lograda en 1952, ambas con Ferrari.
Desde entonces ningún piloto italiano a vuelto a ser Campeón del Mundo. Alberto sumó 13 victorias, por 5 de Nino Farina -primer Campeón e italiano también-, lo que deja en 25 las conseguidas por pilotos italianos que no fueron campeones del mundo.
Es inaudito que en el país que con más pasión se vive la F1, los resultados sean desde entonces tan pobres. Tan pobres como que en dos ocasiones solamente los pilotos italianos fueron subcampeones. Que tuvieran opción de título es otra cosa. Porque Patrese fue 2º en 1992 escoltando a un Mansell intratable, que no dio opción a nadie. Y sí. Michelle Alboreto luchó por el título de 1983. Pero abandonar en las cuatro últimas pruebas de un campeonato no es muy recomendable para intentar ajustarse un entorchado mundial.
Nadie más ni nada menos.
FERRARI
El intermitente éxito de Ferrari ayuda a paliar la falta de un piloto local que luche por los títulos. En la década de los 50 la F1 no era tan importante o, al menos, había otras categorías que rivalizaban con ella. Y siempre Ferrari, al menos, estaba ahí. En los 60 tanto en la F1, menos, como en Le Mans, más, la marca del Cavallino llenaba de gozo a sus ‘tifossi’. No pasaba nada porque ningún italiano no ganara.
Eso de cara a ellos, porque dentro del equipo y sus tejemanejes, creció la figura de Eugenio Dragoni que forzó la máquina para que Lorenzo Bandini fuera campeón. No lo consiguió y además el piloto italiano perdió la vida en Mónaco. Pero esa es otra historia. Lo cierto es que nunca salió bien lo de un piloto italiano en Ferrari, Alboreto fue el mejor, y quizá por eso se lleva mucho tiempo sin ver a uno con los del cavallino.
Y no pasa nada. En su particular travesía del desierto, los italianos han llegado a no tener un solo compatriota en la parrilla de la F1. Pero los circuitos en Italia siguen disfrutando con la presencia de multitud de aficionados, sea la carrera que sea la que se disputa.
Es cierto que tuvieron sus momentos más grandes en la primera mitad del siglo XX. Nuvolari, Varzi, Ascari, Farina. Y eso les dejó un poso de grandeza que Ferrari se encarga, más bien de tarde en tarde, de remover y de traer a la superficie de nuevo. Ojalá que aquí dentro de 20 años, los circuitos estén llenos y alguien remueva esos posos de grandeza que todavía no han llegado al fondo.