EL CÓNDOR
La amenaza de Sebastian Ogier y su invencible Polo se cernía desde la cima de El Cóndor. Todos esperaban al campeón francés con el temor ancestral al dominador.
Acababa Ogier de extender sus alas draconianas en el penúltimo tramo y había oscurecido el ánimo de todo el mundo. No es que nadie quiera que gane el francés, no. Ni mucho menos. Pero la llegada de sangre fresca al WRC es necesaria y, sobre todo, la posibilidad de una victoria para cualquier piloto no VW es muy atractiva.
Arriba en El Cóndor, los pilotos esperaban a la salida de la Power Stage. El serpenteante camino jalonado por piedras de todos los tamaños los esperaba. Un tortuoso descenso hacia los infiernos que iba a suponer a uno de los dos, Paddon y Ogier, coger impulso hacia el cielo.
Porque para ambos iba a suponer romper una barrera. Para el francés ganar una prueba que se le ha resistido hasta ahora. Para el kiwi, entrar en el libro de oro del mundial.
HYUNDAI
Tras un comienzo de mundial desconcertante para la marca coreana, su encarrilamiento en 2016 es más que destacable. No se comprendía muy bien qué estaba pasando en un coche que llevaba muchísimo tiempo de test. Problemas de reglajes aparentemente, porque sí dejaba buenas sensaciones en cuanto a potencia.
Ya en México las cosas mejoraron y han culminado en Argentina con un aldabonazo vital para el WRC. El I20 ha sido capaz de retar de tu a tu al todopoderoso Polo.
Probablemente no le ayudó a la marca coreana el bajón de Neuville. Thierry, señalado por todos como un futuro campeón, quizá asumió muy pronto los galones de piloto estrella y de catalizador del proyecto de Hyundai. Quizá le faltó otro año dando barrigazos en Ford o en Citroen. El caso es que completamente superado por los acontecimientos y con la confianza perdida, no está siendo capaz de aportar más que destellos a Hyundai.
Por otro lado Dani Sordo. Uno de los artífices de la mejora de los últimos meses, en sesiones de test interminables. Pero Dani necesita, por él y por el equipo, tener un poco más de regularidad. El cambio de sistema de notas no le va a ayudar hasta bien entrada la temporada. Aún y con todo, está siempre lamiendo los podios, cuando no subiendo a ellos, y sigue sumando para el equipo.
La vuelta a Europa nos marcará una nueva situación en el mundial. Si Hyundai confirma su nivel de competitividad frente a VW y Meeke vuelve con renovados bríos, podemos estar ante un mundial, aunque sea rallye a rallye, más que atractivo.
LATVALA
Jari Matti afrontaba Argentina desde la cómoda posición de salir atrás. Se iba a beneficiar así, de unos tramos algo más limpios que le podían permitir asaltar el liderato y asentarlo el último día.
La 1ª etapa no era muy punitiva para los que abrían pista. Tramos rápidos y arenosos, todo lo contrario que el año pasado, provocaban:
Que no hubiera la carnicería que asoló el rallye el año pasado.
Que las diferencias fueran muy pequeñas entre los primeros.
Pero la segunda jornada ya era más Argentina. Y aquí sí. Ogier empezó en sufrir. Mikkelsen empezó a perder el ritmo. Latvala se erigió en protagonista y Paddon consiguió mantenerse a su estela.
Estaba Latvala imparable. Ogier casi había dicho adiós a la victoria, cuando al cortar el finlandés, no demasiado, una cuneta, saltaba el amortiguador delantero derecho del Polo. Con el coche clavado de delante y a más de 150 km/h, no pudo evitar el bueno de Jari Matti el accidente. Varias vueltas de campana y la desesperación de una victoria que se escapaba. Y con ella sus, remotas, opciones al mundial.
Mucho se ha escrito sobre el accidente. Creo que se le zurra por ser quién es sin mirar más allá. Para mí es la rotura del amortiguador la que provoca el accidente. Y esa rotura no me parece que la provoque un error del finlandés(en este caso cortar casi imperceptiblemente una curva). Pero cría fama…y échate a dormir. Allá cada cual.
PADDON
La constancia en el acoso del neozelandés a los VW rendía sus réditos. Y se encontraba en cabeza de la prueba a falta de tres tramos.
La noche fue larga para Hayden Paddon y John Kennard, su veterano copiloto. Ya antes del rallye, quizá como una premonición, Paddon había estudiado una y otra vez el tramo del Cóndor. No en vano el año pasado Ogier le había endosado 20 segundos. El sábado por la noche volvió a repasarlo. Terminando de ajustar las notas. Dándole brillo como un orfebre, limando cualquier aspereza. No cabía ninguna duda de cara al domingo. El descenso del Cóndor era vital y Hayden y John se durmieron mientras soñaban con la bajada.
Pero algo empezó a fallar en el cambio a principio del tramo y todo lo visualizado se tuvo que cambiar sobre la marcha. Incluso Paddon sufrió un toque. Cedía 8 segundos. A ese ritmo, el final podía estar más que apretado. Giulio Cesare esperaba entre medias.
Es difícil saber si en ese tramo en subida la potencia del Polo marcó su diferencia. Si Hayden se agarrotó un poco. O, si además de todo eso, Ogier soltó un latigazo descomunal. Probablemente fuera un poco de todo. De 22,4 de ventaja para el kiwi, pasamos a 2,6. Con el último tramo por delante y el recuerdo de los 8 segundos para Ogier en la 1ª pasada, pocos daban opciones al kiwi.
Pero Paddon nunca ha tenido las cosas fáciles. ya de pequeño tuvo que buscarse la vida para siquiera comprar caramelos. La granja de su padre daba para poco y faltó la comida más de un día. Poco a poco se las ingenió para ir sacando algo de dinero. Después para involucrar a los comercios de su Geraldine natal. Así, gracias a ganar becas y promociones, llegó a Hyundai.
Paddon y Kennard repasaban las notas. La calma del veterano se veía reflejada en su pupilo. Si estaba nervioso no lo parecía.
Cada dos minutos sus rivales fueron saliendo al tramo. La niebla de la primera pasada se había casi disipado por completo. Pero las nubes bajas seguían arrojando un panorama frío, duro. Su rival salía delante de él. Mientras el comisario le cantaba la cuenta atrás, el tramo se transformaba en un tobogán. Sólo cabía disfrutar del vértigo y no caerse. Cuando saltó el paso por el punto intermedio, un rugido se escucho en la sierra cordobesa. Paddon había destrozado el tiempo de sus rivales y en especial de Ogier. Pero quedaba la otra mitad de la bajada. Otra mitad llena de trampas y piedras esperando el más mínimo error. Pero Hayden ya estaba cogiendo impulso y dando la espalda al infierno. Esos kilómetros finales a tope del tramo, fueron su ascensión a los cielos del WRC.
El Cóndor Paddon se elevó hasta una altura a la que no pudieron llegar sus rivales. Ganando con un carácter de campeón y manejando una situación muy adversa. Enhorabuena Hayden y John y gracias por el espectáculo.
Sensacional rallye de Ligato que acabó 7º.
Tags: accidente, cóndor, geraldine, hyundai, kennard, Latvala, ligato, neuville, Ogier, paddon, Sordo, VW, WRC