TOUR DE CORSE 2016

AVASALLAR
Sebastian Ogier arrasó con sus rivales en la isla corsa. El campeonato del mundo sobre asfalto no dejó dudas sobre quién es el rey de los rallyes.
De nuevo los organizadores decidieron mantener, si algo suvaizado, el carácter especial de la prueba y su esencia. Otra cosa es el kilometraje sobre el que andan atados.
Los tramos de 50 kilómetros que jalonaron cada sección cada día, no daban margen para el error o para sufrir algún problema. El trato de la goma iba a ser capital, también. Porque aunque el total de dichas secciónes fuera de 80 kilómetros. No es lo mismo exprimir la goma hasta el límite durante 50 kilómetros tortuosos, exigiendo a la goma longitudinalmente, transversalmente y llevando al límite a los flancos, que hacerlo en esos 50 kilómetros divididos en tres tramos por ejemplo. Así, el segundo tramo de cada bucle se presentaba muy crítico.
RUSH
El final de los tramos de Ogier, como en su día hacía Loeb, es imparable, irresistible. Ogier campeó desde el primer tramo. Distanciando a Meeke que parecía poderle darle cierta réplica. El segundo tramo fue un recital del francés que además limitó la nómina de posibles rivales a tres. Meeke, Neuville y Sordo.
Tras esos primeros 80 kilómetros, Ogier tenía casi 15 segundos de ventaja. Cuando acabó la sección de la tarde, su ventaja era de 44 segundos. Sí, Meeke y Sordo se habían quedado por pinchazos en esos dos tramos. Pero hasta en eso Ogier saca ventaja. La segunda y tercera etapas fueron un trámite para él. Con algún ligero latigazo pero sin forzar. Para repetir victoria tras la de Alemania y para seguir esprintando hacia un título que es suyo desde Suecia.
2017
Las miradas ya se dirigen hacia la próxima temporada. Con los equipos que continúan poniendo a punto sus nuevas bestias y los pilotos cerrando programas.
Uno de esos pilotos es Thierry Neuville. El belga ha regresado desde el infierno y tenía dos ofertas en su mesa. De Hyundai y de Citroen. Al final ha decidido continuar con la marca coreana, coronándolo con la segunda plaza. Mientras en Citroen, con Meeke para hacer toda la temporada, Breen y Lefevbre se irán turnando en la segunda montura.
Sordo estaba en condiciones de optar al podio, quizá a la segunda posición cuando un pinchazo cercenó sus opciones. Desde ese momento poco se le vio.
Lo mismo que a Latvala. Un alma en pena. Un piloto que ha perdido su ‘punch’. Latvala siempre ha sido muy de todo o nada. Ataque, espectacular. Su conservadora pose. Quizá con una buena dosis de falta de confianza le hace pasar desapercibido. Uno más. Y si algo no ha sido Latvala nunca es uno más.
Mikkelsen batió, de nuevo, a Latvala y cerró el podio. Sin vérsele una estrategia tan clara como en otros rallyes, quizá la longitud de los tramos le impuso, supo mantenerse arriba aunque no pudo, lógico, con Neuville.
Breen un poco por debajo de lo esperado aunque tuvo sus flashes y acabó bien. Paddon muy perdido y Camilli, ahora sí, decepcionante. Aquí en casa se esperaba más de él. Aunque no perdamos de vista que batió clara y rotundamente a un Ostberg que estuvo de paseo por la isla corsa. Sí es cierto. Pocos paisajes como el corso para ir de turismo.
El Polo y Ogier volvieron a su dominio avasallador. Los problemas de Meeke nos privaron de una lucha más cerrada. Pero la sensación que dejó Ogier fue la de manejar el rallye a su antojo. Y su antojo, normalmente, es el de avasallar.
AVASALLAR
Sebastian Ogier arrasó con sus rivales en la isla corsa. El campeonato del mundo sobre asfalto no dejó dudas sobre quién es el Rey de los rallyes.
De nuevo los organizadores decidieron mantener, si algo suavizado, el carácter especial de la prueba y su esencia. Otra cosa es el kilometraje sobre el que no pueden apenas moverse.
Los tramos de 50 kilómetros que jalonaron cada sección cada día, no daban margen para el error o para sufrir algún problema. El trato de la goma iba a ser capital, también. Porque aunque el total de dichas secciónes fuera de 80 kilómetros. No es lo mismo exprimir la goma hasta el límite durante 50 kilómetros tortuosos, exigiendo a la goma longitudinalmente, transversalmente y llevando al límite a los flancos, que hacerlo en esos 50 kilómetros divididos en tres tramos por ejemplo. Así, el segundo tramo de cada bucle se presentaba muy crítico.
RUSH
El final de los tramos de Ogier, como en su día hacía Loeb, es imparable, irresistible. Ogier campeó desde el primer tramo. Distanciando a Meeke que parecía poderle darle cierta réplica. El segundo tramo fue un recital del francés que además limitó la nómina de posibles rivales a tres. Meeke, Neuville y Sordo.
Tras esos primeros 80 kilómetros, Ogier tenía casi 15 segundos de ventaja. Cuando acabó la sección de la tarde, su ventaja era de 44 segundos. Sí, Meeke y Sordo se habían quedado por pinchazos en esos dos tramos. Pero hasta en eso Ogier saca ventaja. La segunda y tercera etapas fueron un trámite para él. Con algún ligero latigazo pero sin forzar. Para repetir victoria tras la de Alemania y para seguir esprintando hacia un título que es suyo desde Suecia.
2017
Las miradas ya se dirigen hacia la próxima temporada. Con los equipos que continúan poniendo a punto sus nuevas bestias y los pilotos cerrando programas.
Uno de esos pilotos es Thierry Neuville. El belga ha regresado desde el infierno y tenía dos ofertas en su mesa. De Hyundai y de Citroen. Al final ha decidido continuar con la marca coreana, coronándolo con la segunda plaza. Su nuevo ingeniero, Gerard Zyzik, le ayudó a afinar su I20 el sábado. Eso ha pesado bastante en la decisión de Thierry que, como demostró en muchos rallyes, estaba perdido con el comportamiento de su coche. Zyzik estaba desarrollando el coche de 2017 y ahora ha pasado a trabajar con el belga. Mientras en Citroen, con Meeke para hacer toda la temporada, Breen y Lefevbre se irán turnando en la segunda montura.
Sordo estaba en condiciones de optar al podio, quizá a la segunda posición cuando un pinchazo cercenó sus opciones. Desde ese momento poco se le vio.
Lo mismo que a Latvala. Un alma en pena. Un piloto que ha perdido su ‘punch’. Latvala siempre ha sido muy de todo o nada. Ataque, espectacular. Su conservadora pose. Quizá con una buena dosis de falta de confianza le hace pasar desapercibido. Uno más. Y si algo no ha sido Latvala nunca es uno más.
Mikkelsen batió, de nuevo, a Latvala y cerró el podio. Sin vérsele una estrategia tan clara como en otros rallyes, quizá la longitud de los tramos le impuso, supo mantenerse arriba aunque no pudo, lógico, con Neuville.
Breen un poco por debajo de lo esperado aunque tuvo sus flashes y acabó bien. Paddon muy perdido y Camilli, ahora sí, decepcionante. Aquí en casa se esperaba más de él. Aunque no perdamos de vista que batió clara y rotundamente a un Ostberg que estuvo de paseo por la isla corsa. Sí es cierto. Pocos paisajes como el corso para ir de turismo.
El Polo y Ogier volvieron a su dominio avasallador. Los problemas de Meeke nos privaron de una lucha más cerrada. Pero la sensación que dejó Ogier fue la de manejar el rallye a su antojo. Y su antojo, normalmente, es el de avasallar.
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