En este mundo tan políticamente correcto, tan asquerósamente aparente, tan cínico e hipócrita a la vez, es normal que se prepare la mundial con las declaraciones de Bernie Ecclestone.
Sin entrar en mayores valoraciones no le falta razón. El problema no es lo que dice si no lo que no dice. Porque la represión de Sadam Hussein en Irak era tremenda. Las atrocidades de Hitler huelgan cualquier comentario para que no se nos revuelvan las tripas. Por tanto sí, mantuvieron las cosas bajo control, más o menos, pero ¿a cambio de qué? Y eso es lo que obvia Ecclestone.
También soltó Ecclestone estopa contra los ecolojetas. Esos que se han apoderado del mundo para ellos solos. Que se apropian de caminos, rutas y bosques para sí. Si tienes problemas para andar, caminando o en bici, que te den. No puedes ir paseando con un quad o una moto. Si lo haces eres un delincuente. El mundo políticamente correcto que nos ocupa y asquerósamente aparente.
ATAQUE
Él ha vivido la F1 que ha funcionado bajo su dictadura. Y esto es otro hecho innegable. Ahora que la dictadura es contestada y probablemente se acabe veremos que consecuencias tiene. No olvidemos que la democracia es la menos mala opción de gobierno, un mal absolutamente imprescindible y necesario.
El caso es que Ecclestone ha recibido ataques lanzados a diestro y siniestro. Muchos de sus propios compatriotas. Y aquí quería yo llegar.
Ronald Biggs poco antes de entregarse a la justicia británica.
En mi reciente viaje a Francia compré The Guardian en el aeropuerto. Es un periódico que me gusta. Echándole un ojo tranquílamente me encontré con lo siguiente. Jack Straw, Ministro de Justicia británico, denegó la libertad a Ronald Biggs recientemente. Ronald Biggs es el cerebro del asalto al tren de Glasgow en 1963. Biggs, de 79 años, tuvo que ser ingresado con una fractura de cadera y problemas con una infección pulmonar. Pues sin poder caminar ni hablar y alimentándose a través de un tubo le ha sido denegada la libertad porque, entre otras cosas, no se ha arrepentido de su delito. Bien.
Resulta que Jack Straw es el mismo que ante la visión de un anciano frágil, en silla de ruedas, con problemas para hablar, que también le pide pasar los últimos días con su familia y que no se arrepintió de sus crímenes, decidió concederle la libertad y no hacer caso a una petición de extradición que tenía de España. El anciano frágil se llamaba Pinochet. Uno de los mayores fascistas hijo de la gran puta que ha pisado la faz de la tierra. Sin duda son crímenes muy comparables los de Pinochet con el que cometió Ronald Biggs.
¿Y todavía se extrañan de lo dicho por Ecclestone? Hay que joderse con el mundo políticamente correcto y asquerósamente aparente y sus dobles raseros.
Pobrecito. Cuanta pena dio el cabrón de él.
