LA VERGUENZA DEL WRC

La pérdida de control de la FIA sobre las cuestiones más básicas de cada categoría se escenificó en toda su crudeza en la primera etapa del Rallye de Gales.
Mientras los aficionados hacíamos nuestros preparativos. Unos se metían una una kilometrada brutal, otros madrugaban lo que no está en los escritos y otros pasaban la noche en los tramos, los responsables del rallye decidieron cercenar los tramos de manera salvaje.
Dos especiales suspendidas y otras dos reducidas a la mínima expresión. Miles de aficionados abandonados en medio de los helados bosques sin un mal coche que llevarse a la boca. Y todo por la ineptitud soberana a la que nos tiene acostumbrada la FIA y al desprecio que sienten por los que realmente llevan éste deporte en el corazón.
La decisión de limitar a un sólo proveedor de neumáticos el WRC sólo tenía un camino. Favorecer al equipo del dueño de los derechos del WRC, Prodrive de David Richards, y de paso relanzar la carrera de un piloto mediocre como Petter Solberg al que nos quisieron vender como un superclase y que no es más que una constante mezcla de incapacidad e ignorancia. De reducción de costes, nada de nada. Pero ni con la sola presencia de Pirelli Subaru volvió por sus fueros. Primero por la propia incapacidad de un equipo que perdió el norte y sobre todo por la nula capacidad de sus pilotos para evolucionar.
El intento quedó en agua, ayudado por el dominio de Citroen y Ford, y la presencia de Pirelli, una marca menor, como méramente decorativa. Cuando trabajaba con Subaru codo con codo evolucionaba. Otra cosa sería si con los resultados apetecidos. Esto es competición y las cosas no siempre salen como se piensa porque los demás también cuentan. Y Michelin siempre será un hueso durísimo de roer.
Pirelli, sin competencia, se ha acomodado. Incluso, al igual que Bridgestone en F1 (otra marca menor), ha hecho movimientos para reducir costes y no evolucionar las gomas. Para esta temporada sólo había dos ruedas disponibles para los rallyes de tierra. Una super dura y otra dura. Otra cosa es que la quisieran llamar blanda. Además las reglas impedían poder tallar las ruedas. Supongo que debe ser muy caro una máquina cortadora de goma.
Resultado: Ruedas absolutamente nada adaptadas para la mayoría de los tramos. Es igual para todos. Sí. Pero entonces entra el tema de la manida y mal entendida seguridad.
Nadie quiere que los copilotos, casi siempre, o los pilotos se vayan/nos vayamos quedando en las cunetas. Claro. Sin duda.
Entonces llega la gran paradoja. La parte más importante de un coche es el neumático porque es el que está en contacto con el terreno.
Cuando los coches de los comisarios empezaron a pasar por los helados tramos se asustaron. Los dos ruedas motrices no subían las colinas galesas debido al hielo. La reglamentación del rallye no permite el uso de clavos, cosa lógica y normal. Pero si además los equipos no cuentan con un neumático adecuado para esas condiciones, extra-blando, entonces sí. La situación se complica.
El problema es explicarle a los aficionados que están en los tramos, los que madrugaron, los que pasaron la noche, que los mejores pilotos del mundo no quieren pasar por los tramos en esas condiciones. Cuando tampoco era así.
La FIA actúa bastárdamente y desvía la atención y la culpa de si. Cuando es la principal responsable de la situación.
La Seguridad. El Sancta Santorum de la FIA. Y es cierto que ha hecho avances espectaculares. Pero en el caso de los rallyes alguien no tiene ni idea de lo ha estado haciendo.
Primero se limitaron los entrenamientos para ser controlados. Buena opción. Implica mayor destreza de los pilotos a la hora de tomar notas a 50 km/h.
Después se prohibieron los ‘ouvriers’. Puede que en muchos rallyes no pase nada por no tenerlos. Aunque discrepo y mucho. Una piedra fuera de sitio puede provocar un gran accidente, Latvala en Finlandia, sobre todo en las segundas pasadas por los tramos. Pero cuando llegamos a Montecarlo, Suecia, Gales, o un rallye con agua, se tornan en absolutamente indispensables.
Sí, antes era un rallye secreto. No recuerdo si estaban permitidos los ‘ouvriers’ en el RAC. Pero al menos los pilotos contaban con ruedas acordes a la situación. Normal que los pilotos no quieran jugársela con ruedas más que inadecuadas y a ciegas.
Seguridad y reducción de costes. Algo que como decía Loeb, “es más barato tener ‘ouvriers’ que un coche reventado”, refiriéndose al accidente de Atkinson, o al de Ogier añado yo, se ha sacado de quicio.
Es hora de exigir un poquito de trabajo y profesionalidad a Pirelli y de permitir una rueda de emergencia. Igual que aplaudí la prohibición de la ‘mousse’ en los rallyes de asfalto hay que quejarse y mucho del actual reglamento de neumáticos con sus dos únicos tipos de rueda. Seguridad. Ja. Inconsciencia y desverguenza intentando echar las culpas a los pilotos. Mientras nos desprestigian los rallyes. Al menos los ‘artistas’ nos brindaron una bonita prueba que nos quitó el mal sabor de boca del primer día.

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One Response to “LA VERGUENZA DEL WRC”

  1. David Plaza dice:

    Al final el problema es que el automovilismo está regido bajo un mismo patrón, el de la sinrazón.