CASI
Sebastien Ogier se quedó compuesto y sin campeonato en Australia. Un último tramo de locos le dejó a un único punto del ansiado mundial.
Un pinchazo de Hirvonen que dijo, y así parece por las imágenes, que iba por el centro del tramo sin correr ni un riesgo, permitió a Neuville acabar segundo evitando así, puntos de la Power Stage mediante también, que el francés de VW llegara a Francia con el título.
Su dominio en Australia es más que avasallador. Hoy por hoy no hay nadie que pueda hacerle la más mínima sombra en los tramos. Sólo un problema mecánico o un error permite al resto tener alguna opción. Y eso haciendo todo perfecto. Porque los problemas de Latvala en el tramo que decide el orden de salida, le obligaron a partir muy pronto en las especiales. Lo que le penalizó en la primera etapa. Al acabar mal aquella, de nuevo se vio penalizado en la segunda y así en bucle hasta el fin del mundo.
La FIA y los organizadores de los rallyes deben de buscar soluciones cuanto antes a este problema. Primero para que los mejores abran tramo como toda la vida. Y, segundom, para evitar las tácticas para ir despacio y no abrir pista. Un grupo de 5-8 coches puede ser suficiente para limpiar los tramos antes de cada pasada. Por ejmplo. En cualquier caso es un debate a abrir y a aplicar probando las soluciones que parezcan mejores.
Volviendo a Ogier. No hay rival que le plante cara. Loeb tuvo los suyos pero los fue destruyendo. Ogier no ha dado opción ni a que digan: ‘Aquí estoy yo’. Sí se vislumbra algún piloto, Neuville, que pueda darle guerra. Pero todavía está lejos del nuevo Canibal de los rallyes.
CITROEN
La debacle de Citroen está siendo épica. Lógicamente cuanto más alto estás, más dura es la caída. Es lógico los cambios de piloto realizados por Citroen. Pero quizá el momento no les ha favorecido. Cambiar a Sordo justo cuando éste logra su primera victoria es paradójico. Todos los parabienes para Meeke tras su actuación en Finlandia, donde en cualquier caso se salió de pista al final del rallye, se tornaron en palos tras su accidente en Australia. Accidente que deja a Citroen, tras los problemas de Hirvonen en el último tramo, al borde de una derrota estrepitosa.
Y mientras los Ford ahí se mantienen, a estela de VW y recogiendo los regalos de la marca de los chevrones.
En Francia Ogier se proclamará campeón con un gran dominio. Y si no hay rivales, no es culpa suya, o casi.
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