HENRI PESCAROLO

VUELO IMPREVISTO

Henri Pescarolo cumple 75 años. Efeméride redonda y que viene bien para recordar a uno de los grandes del automovilismo. Le Mans y la F1, por ese orden, fueron sus principales campos de batalla. Pudieron haberse invertido y no fueron los únicos.


No vamos a glosar en profundidad la figura de este barbudo parisino nacido en 1942. Destacar sí sus primeros pasos en la competición que fueron en un Lotus Seven a mitad de los 60. Con buenos resultados consiguió un asiento en el equipo Matra, con los que estuvo  muchos años, de F3 pero no hubo coche hasta mitad de temporada. En 1967 ganó el título de la F3 y ganó la prueba de Mónaco y ascendió al equipo de F2 para 1968. Consiguió varios podios y ganó en Albi. Lo que le dio la oportunidad de disputar los 3 últimos GP de F1 del año. Y llegó 1969.

F1

En la máxima categoría sumó en 1969 la victoria en F2 en el GP de F1 de Alemania en Nurburgring acabando 5º. En 1970 hizo podio en Mónaco con el Matra V12 y sumó puntos en 3 carreras más para acabar duodécimo. Fue su mejor temporada. Pero Matra no le renovó para la F1 y se fue con Frank Williams y con sus patrocinadores, Motul principalmente. Su carrera en la categoría fue hacia abajo desde ese momento. Un cuarto en Gran Bretaña en 1971 con el March del equipo y un 6º en Austria serían sus dos últimos GP puntuando. Ni BRM en 1974 ni Surtees en 1976, en horas muy bajas ambos equipos permitieron que tuviera, siquiera, un momento de gloria más.

1969

Es el año clave en la carrera de Pescarolo. Hombre Matra, empezó a disputar las 24 Horas de Le Mans con el fabricante francés en 1966. Tras 3 ediciones, Henri es un piloto muy respetado en el equipo pero su rol sigue estando detrás de Johnny Servoz-Gavin. En Matra se trabaja a destajo para ganar la gran prueba y tienen dos prototipos derivados del MS630. El M640 se decide que sea el elegido. Un chasis tubular que alberga en su trasera un motor V12 que rinde 430 caballos. Pero lo más significativo es su coeficiente aerodinámico, de sólo 0,25. Sobre los planos se habla de superar los míticos 400 km/h en la recta de Les Hunadieres. Diseñado por Robert Choulet, responsable luego del 917 LH además de otros modelos posteriores como el Audi Quattro, el coche no está terminado de pulir.

En las pruebas preliminares de marzo se mata Lucien Bianchi en un Alfa Romeo al golpear con su coche un poste de luz en Mulsanne. En Matra quieren probar su diseño aerodinámico en el propio circuito, y tras la muerte de Bianchi quieren estar seguros que todo está en orden. Al no llegar a tiempo, se había con el gobierno y consiguen que se cierre al tráfico la recta de Les Hunadieres el 16 de abril para realizar un test.

El aeródromo de Sezanne es el lugar elegido para probar el coche antes de lanzarse por la recta más famosa del mundo del motor. La prueba va bien en general. El coche es fiable, responde bien de entrada a los giros. Sólo hay una pequeña pega a la que no se da la importancia debida. A 290 km/h Pescarolo nota que la parte delantera del coche le flota levemente. No lo considera crítico y así se lo hace saber a Choulet. El equipo parte de inmediato hacia Le Mans.

El plan para esa mañana consiste en un ir y venir en la recta para calentar el coche una vez. Sin más. Chequear el coche y si todo es correcto, empezar el test en sí. Johnny Servoz-Gavin se retrasa. Todo el mundo le espera. Pero no llega. Para no perder más tiempo se decide que sea Pescarolo el que haga el test. O la primera parte del mismo. Henri sale y realiza el calentamiento. Se baja, habla con Choulet y empieza a rodar. En el quinto intento al pasar por el cruce de la carretera que lleva a Tours, la D92, todo cambió para él.

SILENCIO

El MS640 despega en la irregularidad que se forma por el cruce de las dos carreteras. Pescarolo pisa el freno. Las 4 ruedas del Matra se frenan y con ello el motor se para. El Matra vuela en silencio a más de 260 km/h a la altura de las copas de los árboles. Son las 10:40 de la mañana y Pescarolo vuela. Su instinto le hizo pisar el freno y en el aire incluso gira el volante cuando el coche se inclina. El MS64 cae, rebota y descontrolado golpea un poste eléctrico y luego un árbol. La gasolina se esparce y empieza a arder con Henri dentro. El humo negro se eleva entre los árboles desde el infierno que se ha desatado. Pescarolo empieza a sentir el calor que le hace recobrar la consciencia completamente. Se desata y logra salir de los restos del Matra. Pero empapado en gasolina sigue ardiendo. Grita y se tira al Roule Crotte. El arroyo que en parte le ayuda a salvar la vida. La otra parte la pone un espectador que, tras haberse enterado del corte de la carretera y las pruebas del equipo, había acudido a presenciarlas. Con su chaqueta envuelve a Pescarolo que sufei quemaduras en la cara, brazos, abdomen, piernas y dos vértebras fracturadas. Aquel héroe anónimo le salvó la vida. También que las carreteras y caminos se fueran dibujando desde tiempos inmemoriales a la par que los ríos, riachuelos y arroyos.

El accidente mantuvo a Pescarolo fuera de los circuitos hasta bien entrada la temporada. De hecho volvió en el F2 con el que ganó la categoría en Nurburgring en agosto. Aquel año 1969 Jackie Stewart ganó el título para Matra. De no haber sido por aquel terrible accidente, Pescarolo podía haber acompañado al astro escocés en su camino al primer entorchado. Quizá su historia en la F1 habría sido muy distinta.

En Le Mans tiene el récord de participaciones con 33 ediciones desde 1966 a 1999. Que habrían sido 34 e ininterrumpidas de haber podido correr aquel 1969 fatídico para él. Llegó a correr en rallyes o la Bathurts 1000. En resistencia ganó varias pruebas. Pero destacan las 4 victorias en Le Mans. Tres consecutivas del 72-75 con Matra, una con Graham Hill y 2 con Gerard Larrousse, y en 1984 con Klaus Ludwig y el Porsche 956B.

Debido a que los conocimientos de aerodinámica de la época todavía estaban por explotar del todo, hubo varios accidentes similares. Incluso recordamos a los Mercedes en 1999 que salieron volando en Les Hunadieres. El problema no fue un error de Robert Choulet aunque la mayoría culpó a su diseño de la parte delantera. Pero años después y ya con herramientas más adecuadas, se descubrió que lo que hizo que despegara el Matra aquella mañana. El diseño de la parte superior de las puertas junto al techo ayudaron a que el prototipo despegara.

Aquel día cambió el destino de Pescarolo. Salvó la vida y quién sabe si perdió algo.

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