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EL MEJOR ‘LIBRA POR LIBRA’

Lunes, Abril 13th, 2009

‘SUGAR’ RAY ROBINSON

En pocas disciplinas son las opiniones tan unánimes como en el boxeo y en quien es su monarca indiscutible. Si preguntamos en el fútbol, arde Troya. Lo mismo con la F1. En el boxeo, con tantas categorías, que la casi unanimidad reine es insólito. Pero claro, no hablamos de un cualquiera. Ni siquiera de un boxeador con una buena racha. Hablamos de Walker Smith jr. Por ese nombre casi nadie le conoce. Pero seguro que por ‘Sugar’ Ray Robinson casi todo el mundo ha oído hablar de él. Como ocurre con genios como Pele, Fangio, Nicklaus, Carl Lewis, Merckx, aunque no te guste o conozcas un deporte, esos nombres sobrepasan todas las fronteras. ‘Sugar’ Ray es uno de ellos.

NOMBRE
Nació en 1921 en Black Bottom, Detroit. Sus padres trabajaban día y noche, casi literalmente, para llevar dinero a casa pero el alcoholismo de su padre llevó a la separación de la pareja. Tenía cinco años y se mudó con su madre y sus dos hermanas mayores a Nueva York. Las cosas les fueron mejor y, tanto él, como sus hermanas recibieron clases de baile. Ahí adquirió el joven Walker sus legendarios movimientos de pies. Eso le sirvió para, por unos pocos dólares, bailar en algunos teatros de Broadway en compañía de algunos amigos.
Unos años después la familia se mudaría a Harlem donde Walker tuvo su primera pelea. Después de haber sido retado a una carrera, que ganó, por el chaval más rápido del barrio, éste le pidió la revancha. Walker no se la dio porque argumentó que estaba cansado. Hubo amenazas y al final los puños volaron. El retador acabó sentado en el suelo con la nariz rota.
Warren Jones, compañero de Walker en el colegio, le invitó a conocer el gimnasio de su tío. Tras conocer a George Gainford, que se convertiría en su entrenador para toda su carrera, la vida de Walker cambiaría para siempre.
Gainford organizaba peleas por las noches y, con el consentimiento de su madre y la condición de que no peleara, Walker acompañaba a Warren.
Pero una de las veladas Warren no tenía pesos mosca suficientes y Walker se ofreció para pelear. El problema es que no tenía licencia de aficionado por lo que no podía subir al cuadrilátero. Para esas ocasiones Warren siempre tenía un paquete de licencias en el bolsillo. Escogió una a nombre de Ray Robinson, que se había retirado siete meses antes y que en ese momento trabajaba de camarero. Walker ganó el combate y recibió como premio un reloj de oro. Poco después cambiaba el reloj por diez dólares y el nombre por el de Ray Robinson.

‘SUGAR’
Siguió peleando hasta que expiró la licencia. El día de la renovación mantuvo el nombre. Tanto así que su entrenador le llamaba Robinson. Su carrera subió como la espuma. Ganó los New York Golden Gloves, el premio máximo amateur, y empezó a ser más que conocido. Ese conocimiento trajo aparejado el apodo por el que sería conocido. Peleando con un boxeador canadiense, invicto como él, consiguió el primer KO de su carrera. Un periodista de Waterton, New York, le dijo a George Gainford que tenía un luchador ‘dulce’ (sweet fighter). Una dama que estaba cerca apostilló. ‘Tan dulce como el azúcar’. El periodista en su crónica al día siguiente se refirió a Ray Robinson como ‘Sugar’. Había cambiado su nombre y ya tenía apodo. Quedaba pasar al profesionalismo. Dejaba detrás 85 peleas sin derrotas.

JAKE LAMOTTA
El 4 de octubre de 1940 ‘Sugar’ Ray disputa su primer combate como profesional contra Joe Echevarria en el Madison al que despacho por KO técnico en dos asaltos.  Dos años después, el 2 de octubre de 1942, se enfrentaba por primera vez con su más encarnizado rival. Jake Lamotta. El brutal combate, como todos los que mantuvieron, a diez asaltos le dejó la marca como profesional en 40 victorias por ninguna derrota con 29 KO. Destaca de esa pelea la diferencia de categoría entre uno y otro. Mientras Lamotta era un peso medio, Ray era un Welter. Casi 6 kilos de diferencia para Jake. La revancha significaría la primera derrota de ‘Sugar’ Ray en 41 peleas. El lugar, Detroit. Jake casi sacó a Ray del cuadrilátero en el octavo asalto.

La primera derrota como púgil fue ante Jake Lamotta

De nuevo a finales de 1945 se volvería a encontrar con Lamotta en una de las peleas más duras que se recuerdan en la historia del boxeo.
A finales de 1946 se proclama Campeón del Mundo del peso Welter al vencer a Tommy Bell por decisión unánime tras 15 asaltos. Mantuvo el título durante 5 años hasta 1951 para en éste mismo año proclamarse Campeón del peso Medio.
Lo hizo en la pelea conocida como ‘La Masacre de San Valentín’. De nuevo enfrente Jake Lamotta, Campeón en título. Pero ahora ‘Sugar’ Ray con el peso de la categoría. La paliza que recibió Lamotta es legendaria, tanto como era su mandibula de hierro. Luchando por no caer por KO por su primera vez en su carrera, Lamotta se agarró incluso a los calzones de Ray. En el asalto 13, Lamotta se revolvió sólo para encontrar un diluvio de golpes que hizo que el árbitro parara la pelea.

La Masacre del Día de San Valentín

‘Ray’ Sugar viajó a Europa y cometió la osadía de disputar seis combates en otras tantas semanas. Randy Turpin le birlaría el título en Londres a los puntos tras 15 asaltos.
Dos meses después derrotaría a Turpin por KO ténico en Nueva York.
Intentó incluso el título inferior de los pesados y fue derrotado por el calor. En las planillas de los árbitros, en el momento de abandonar en el penúltimo asalto, Ray iba por delante. Seis meses después se retiró.

CELEBRIDAD
‘Sugar’ Ray Robinson fue una celebridad. La gente pagaba dinero por simplemente verle pasar entre las cuerdas al entrar al ring. Su restaurante era uno de los más concurridos de Nueva York.
Pero el responsable de manejar sus finanzas le hizo un destrozo importante y se vio casi en la bancarrota.
Volvió a pelear en 1955 recuperando el título medio tras noquear a Olson en dos asaltos. Pero en su primera defensa cayó ante Fullmer. No se arredró y en la revancha recuperó el cetro que perdería de  nuevo  con Carmen Basilio. De nuevo repetiría la jugada ganando la revancha y perdiéndolo con Paul Pender. Un Pender que le derrotaría también en la revancha.
Peleó hasta los 44 años y el 10 de noviembre de 1965 tras perder con Joey Archer, se retiró definitivamente
Técnicamente era perfecto, no ha habido jamás un púgil más completo, con la velocidad fulgurante que atesoraba, con dinamita en ambos puños. Era capaz de asestar un KO retrocediendo. Peleaba en todas las distancias y acabó con la siguiente marca, 173 victorias, 19 derrotas y 6 nulos con 108 KO. Está considerado el mejor boxeador de la historia ‘libra por libra’.
El Altzeimer y la diabetes se lo llevaron el 12 de abril de 1989. Mientras pudo no se privó de nada. Recuperó su carrera como bailarín para dar un respiro a sus finanzas. En 1986 apareció por última vez en un acto público como  Padrino de boda. El novio. Jake Lamotta.