FORZA JULES
Lamentablemente el accidente de Bianchi pone una nebulosa sobre todo lo acontecido en Japón. Como siempre, una sucesión de hechos encadenados nos conduce al desastre. Nada nuevo.
Podríamos hablar de la idoneidad de haber adelantado el GP al sábado o unas horas antes el domingo. Por intereses de todo el mundo no se hizo. Pero no lo haremos.
Podríamos hablar de lo extraño de mantener a los coches en pista tres o cuatro vueltas con el Safety de más, cuando los pilotos pedían que se lanzara la carrera porque las condiciones empezaban a ser, por lo seco, muy duras para las gomas de agua incluso yendo de paseo. Pero no lo haremos.
Podríamos hablar de las razones que hacen que se saque una mole de varias toneladas en una de las escapatorias más pequeñas de un circuito, por otra parte algo que se hace, con bichos de mayor o menor tonelaje, en todos los cricuitos. Pero no lo haremos.
Podríamos hablar de porqué nunca, o casi nunca, sale un Safety al final de las carreras. Pero no lo haremos.
Podríamos hablar de la gran victoria de Hamilton, quizá propiciada en gran parte por unos reglajes distintos, y del podio de Vettel después de una gran carrera y de ver como se manejan los Red Bull, mejorarando GP a GP, en curva media-lenta. Pero no lo haremos.
Podríamos vovler a hablar de la recurrente demanda de instalar cúpulas en los monoplazas. Pero no lo haremos.
Podríamos hablar de la ineptitud y el lacayismo de Whiting para con Ecclestone. Pero no lo haremos.
Podríamos hablar del milagro que es que Jules Bianchi siga entre nosotros. Y eso es lo único que importa.
FORZA JULES
FORZA JULES
Lamentablemente el accidente de Bianchi pone una nebulosa sobre todo lo acontecido en Japón. Como siempre, una sucesión de hechos encadenados nos conduce al desastre. Nada nuevo.
