Cuando Lewis Hamilton decidió partir peras con McLaren, la sensación general fue que estaba cometiendo un error. Quizá no midió el anunciarlo tan pronto, 6 carreras seguidas con problemas, pero el inglés dio un paso al frente y tampoco tuvo muchas opciones de mantenerlo en secreto.
Chirriar de dientes, vestiduras rasgadas. McLaren es el equipo en el que los británicos tienen puestas sus esperanzas. Sumado a ello el contar con dos pilotos de casa, más el perfil alto de la propia escuadra, componía una imagen de equipo de casa. Toda la prensa patria detrás, con todo lo bueno y lo malo que conlleva, y también mucha presión.
Por eso la decisión de Hamilton de abandonar McLaren no cayó bien. Principalmente porque no podían entender cómo un piloto británico en el mejor equipo británico, decidía cruzar el Canal camino de Mercedes. Una Mercedes con lazos hasta no hace mucho muy estrechos con el equipo de Woking.
Recordemos que Hamilton en su momento declaró que quería estar en McLaren toda su carrera. Clark lo hizo con Lotus. Incluso Moss decidió en un momento de su carrera sólo competir con equipos británicos. Más casos de campeones fieles a la Union Jack, Hunt, los Hill.
Esas declaraciones de amor eternas a veces funcionan, otras no. Hay altibajos. El caso es que Hamilton decidía irse, cansado de la opresiva atmósfera del equipo.
Lo que no parecía demasiado comprensible era irse a Mercedes. Puede que los alemanes fueran los únicos que atendieran sus peticiones económicas. De hecho en McLaren jugaron con una rebaja de sus emolumentos hasta que fue tarde. Supongo que el momento en que Whitmarsh le llamó para decirle que le igualaban la oferta de Merdeces, sólo para recibir un ‘ya es tarde’, ha sido de los peores de su vida como responsable de McLaren.
No le va a Martin el papel de duro, frío y sin escrúpulos de Ron Dennis. A Whitmarsh se le ve un tipo más amigable, cercano. Que ha tenido que lidiar con esa herencia casi de terror de Dennis, cambiando la cara del equipo.
Lo que no ha cambiado en McLaren es la enfermiza búsqueda de la perfección, de la excelencia. Cada uno es muy libre de hacer lo que quiera, lógicamente. Y no dudo que a largo plazo es una estategia más que positiva para la corporación en sí. Pero el querer ir más allá contando con un buen coche les ha hecho perder el foco más de una temporada en lo básico. El momento.
MERCEDES
La marca alemana se anotó un buen punto mediático fichando a Lewis. Pero a la vez necesita darle una máquina a la altura del Campeón inglés. El descontrol en Mercedes con casi más responsables que empleados, no daba pie a ser optimistas. Pero el fichaje de Toto Wolff está cambiando las cosas. Se ha quitado de enmedio a Pat Nick Fry, uno de esos cánceres deleznables que pulula por el paddock de la F1, y seguramente ‘organice’ más el equipo.
Wolff es un tipo que por donde ha pasado, al menos ultimamente, ha hecho las cosas muy bien.
Y además es un tipo que genera confianza. Había fichado a Paddy Lowe para Williams. Y le convenció para llevárselo a Mercedes. Ojo, que Lowe buscaba un rol altísimo en Williams y es de suponer que lo vaya a tener con la marca alemana igualmente.
Wolff implantará la sencillez, como en Williams. Y por ahí estará el acierto de Lewis Hamilton en fichar por Mercedes. Si no para 2013, sí para 2014.
Lo bueno, la sencillez que va imponiendo Wolff en Mercedes, es enemigo de lo mejor, la búsqueda continua de la perfección y la excelencia en McLaren.
Muy acertado.
Gracias, la edad no perdona -_-
Te has colado un par de veces llamando mercedes a mclata…
Buen artículo