RALLYE DE ARGENTINA 2017

LA CIMA

Elfyn Evans ya veía la cima de su Everest particular a falta de muy poquito  para terminar el rally argentino. Pero como si de una maldición se tratara, sobre todo para DMACK, una piedra suelta y un resbalón le dejaron a nada de lograr sus primera corona de laurel.

DMACK y sus neumáticos han demostrado haberse adaptado my bien a la nueva generación de WRC. Ya en rallyes rápidos el año pasado, Tanak estuvo a punto de igualar el palmarés del fabricante, y el suyo propio. Pero este año está siendo Evans el sorprendente encargado de llevar la púrpura de la marca.

POSICIÓN

No cabe duda que la posición de salida del británico le favoreció. Pero eso entra dentro del guión. Otros con posición favorable no aprovechan la circunstancia y dejan escapar la ocasión. Evans dio sus zarpazos y ganó ventaja en el primer bucle del viernes. Nada menos que 30 segundos. Mientras su principal rival se dedicaba a hacer croquetas redefiniendo el diseño del Citroen. Cal y arena para un Meeke que frenaba en seco cualquier progresión. Y que se complica su candidatura al título una vez que Ogier parece haber dejado la puerta abierta.

Un Ogier que volvió a cometer un error que le retraso pero que no le impedía mantenerse a tiro de podio cuando menos. Otro que amenazaba al principio era Sordo. Autor de un comienzo muy bueno hasta que una piedra le cortó las alas. Su objetivo fue sumar el máximo de puntos posibles entrando entre los 10 primeros. Poco más.

En la segunda pasada del viernes, Evans asentó su posición y ventaja apoyado en su buen ritmo y en los problemas ajenos. Más de un minuto sobre Neuville, Ogier o Tanak. Sólo Ostberg, con un programa de desarrollo paralelo  a MSport, era capaz de aguantarle el tirón aunque a 55 segundos.

La primera parte de la ascensión para DMACK y Evans iba muy bien.

PRESIÓN

No empezó mal el sábado para Elfyn, aguantando la presión. Pero en Los Gigantes, Neuville le quitaba casi 6 segundos. No era mucho, se quedaba a casi 56 de la cabeza, pero cambiaba el cuento. Claro que Evans tenía margen para manejar al ventaja. Y ahí es donde empezó a ceder subiendo su Everest. En el último tramo se fue largo en una curva pinchando. Neuville se ponía a 44.

Por detrás Ostberg ni perdía ni ganaba pero era tercero y mantenía a raya a Tanak por poco, y sin problemas a Ogier que seguía sin hacerse al MSport. El tramo 13 fue casi fatal para Ostberg mientras Tanak volaba e intentaba disputarle a Neuville la segunda plaza. Pero el belga esperaba de nuevo a la segunda pasada por el tramo largo del rallye, Los Gigantes, para recortar, junto a Tanak, poco más de 15 segundos al británico. Elfyn cometía otro error y perdía el difusor trasero. Quedaban 20 kilómetros de etapa y Neuville, y Tanak, se le echaban encima cuando la cima estaba muy cerca.

TEMBLERA

Sin el difusor trasero el último tramo del día fue terrible para Evans. En su intento de minimizar y forzar lo que pudiera, cometió un trompo. En meta eran casi 20 segundos perdidos con Neuville. Que a su vez le había marcado la raya a Tanak. Había rally. El belga, absolutamente confiado, estaba a 11,5 de un Evans que hacía agua por todas partes.

El Cóndor decidiría el rallye pero antes había que hacer una primera pasada por él. Neuville y Evans, y algo menos Tanak, no podían pensar en la Power Stage. Para ellos la lucha era el rallye. Por tanto a tirar a tope sin pensar en las gomas. Con sus coches restañados de la asistencia de la noche anterior, no iban a valer excusas. Esa primera pasada era para Tanak, pero no lo suficiente para meter al estonio en la lucha por la victoria pero sí para asegurar su podio frente a Ogier. Neuville restaba 2,5 a Evans. 9 segundos. Pocos pasos para la cima. Evans, tras el resbalón del día anterior, notaba como el belga le tocaba a veces los pies, pero mantenía algo de ventaja. Ya veía el pico.

El segundo tramo del domingo iba a ser dramático. Neuville lanzado se quedaba a 6 décimas de un Evans al que le temblaban las piernas. Su sueño. y el de DMACK, se estaba tornando en pesadilla. Quería correr y no avanzaba. Y en el último tramo llegó la puntilla. Vio la cima y quiso estar allí, y como en un sueño casi la acarició. Pero los nervios le hicieron tocar uno de los míticos puentes de El Condor y en meta se dejó un poco más de 1 segundo. La mano de un Neuville totalmente decidido, aunque con problemas para controlar su coche con unas gomas en las últimas, tocaba cima un poquito antes que la suya. La primera victoria para Evans, y para DMACK, debe de esperar. Lo que si parece claro es que Evans no sé si se verá en otra esta temporada. Pero DMACK, seguro.

Otra vez se ha demostrado que una cosa es casi estar y otra estar. La presión de la victoria, la primera, acogotó a Evans que desde el mediodía del sábado volvió a ser el piloto que conocíamos. No es menos cierto que con su otra cara ha demostrado poder plantar cara a casi cualquiera. A seguir escalando.

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