SÍ SE PUEDE
La cita francesa del mundial de rallyes, que volvía a sus tramos naturales, en Córcega, es una piedra de toque, un cimiento para dejar claro que sí se puede hacer rallyes distintos.
Sí se puede. Claro que sí. A pesar de lo constriñidas que están las reglas a la hora de diseñar los rallyes, los organizadores corsos supieron recuperar todo el sabor añejo del que es el mejor rallye de asfalto del mundo. Siempre lo había sido. Desde sus inicios en los que se recorría la isla entera. Con mucha regularidad, que era complicada de cumplir y pocos tramos, aunque largos, de velocidad. Los tiempos fueron cambiando a más velocidad y menos regularidad. Pero Córcega siguió manteniendo su carácter. Un desafío puro sobre asfalto.
Asfalto viejísimo, roto, con un grip excepcional incluso en mojado. Con zonas más modernas y anchas. Pero se cayó del mundial. La tierra de Loeb recibió a la ronda francesa y Córcega cayó un poco en el olvido. Aunque siempre uno miraba el calendario para ver si volvía. Y volvió.
DESAFÍO
Tan pronto como se supo que Cörcega volvía, la ilusión por el rallye fue in crescendo. Después del ‘Monte’ y FInlandia no tenía uno ojos para otro rallye. Y sobre todo cuando empezaron a llegar detalles del recorrido. Se hablba de tramos de 90 km. Sencillamente glorioso y alucinante. Pero siempre tiene que haber un aguafiestas. El ‘tocapelotari’ habitual al que todo le paraece mal. Si hay 14 rallyes porque son muchos. Si se hacen tramos nocturnos porque acabamos fuera de hora. Y si se hacen tramos muy largos, porque la abuela fuma. Los directores de los equipos. Que parece mentira que en algún caso hayan corrido durante la era gloriosa de los rallyes. Se les debería de caer la cara de vergüenza.
Se quejan de que si la promoción no es adecuada, se devanna los sesos en no sé qué planes de marketing. Y el mejor marketing lo tienen entre sus manos. Son los dueños del mismo y no se enteran. Los propios rallyes es le mejor marketing que pueden tener. Y no hacen más que torpedearlos. Es inaudito que haya tanta torpeza junta.
El rallye era un desafío nuevo para muchos aficionados que no vivieron los 70 y los 80. Sí, cierto es que entonces se hacía algún tramo más. Pero no es menos cierto que el tramo suspendido, que ya es mala suerte que se repitiera, habría terminado de redondear las dos primeras jornadas. Y aún así la expectación fue máxima y el espectáculo pleno. Los verdaderos protagonistas, los que se ponen el casco, aferran al volante, cogen el cuardeno de notas y se lanzan a por todas, aceptaron el desafío. Y salieron encantados. Con eso está dicho todo.
AGUA
La tromba de agua, el temporal que se cernió sobre todo en la parte norte de Córcega y que golpeó trágicamente el sur de Francia, amenazó con suspender la prueba. El tramo que tuvo que cancelarse no tenía manera de llegar a él. La organización intentó todo. Pero no pudo ser. Cuando la naturaleza ataca, poco se puede hacer más que ponerse a buen cubierto.
El guión inicial de la prueba era el esperado. Ogier mandando, y los nombres habituales arriba más Kubica. Que en cualquier caso en un rallye de asfalto, también es habitual arriba.
Pero en el último tramo del día que debía haber sido el tercero y se convirtió en el segundo, llegó la gran sorpresa. Para mi es el tramo del año. Con unas condiciones que mejoraron un poco a medida que iban pasando los participantes, las sorpresas se agolparon casi sin tiempo a asimilarlas. Ogier pinchaba y paraba a cambiar la rueda dañada. Sordo desllantaba una rueda y se dejaba 2 minutos. Pero la sorpresa absoluta llegó cuando Elfyn Evans se hacía con el scratch.
Desde aquí hemos criticado, no tanto a Evans, si no a M-Sport. No terminaba de entender qué había visto Wilson en el galés. Y si todas sus esperanzas estaban puestas en encontrar un tramo mojado de asfalto en el mundial, No se hable más. Mis respetos al pedazo de tramo que se sacó Evans de la manga. Y el liderato que le vino añadido.
No sé si Wilson se vio sorprendido por le rendimiento de Elfyn. Pero dio la sensación de dejarle carta blanca, otra cosa habría sido incomprensible, y paró, más, a Tanak.
Todo lo contrario de Citroen. Con un pie fuera del mundial, sino es en 2016 será en 2017, Matton paró descaradamente a sus pilotos para que mantuvieran la 4ª y 5ª plazas. Afortunádamente Paddon, con su Hyundai, le ganó la posición a Ostberg y todo lo que consiguió CItroen es salir del rallye de casa, ojo con eso, con un punto de ventaja sobre la marca coreana. Incomprensible a la par que lamentable. Privar a uno de los pilotos más rápidos, Meeke, de poder atacar y luchar por el podio, es un engaño a los aficionados. Una farsa que si en Citroen tuvieran algo de vergüenza, tendrían que poner remedio y arreglarlo ya.
DE INFARTO
Con el rallye así establecido, el sábado fue un día de remontadas. Básicamente la de Latvala. Ogier abandonaba en el enlace camino del descanso del viernes. Y el finlandés salía líder de la jornada sabatina. Pero Evans había mantenido el tipo lo que pudo. Realmente cedió mucho en las zonas de subida, pero en el resto mantuvo el tipo.
El domingo nos dejó una de nuestro Curro Romero. Sordo hizo un etapón enorme al que faltó la guinda de algún punto en la Power Stage. Como Eloy me dijo ayer. La carrera de Sordo está llena de ‘y sis’. Una pena porque el potencial está ahí pero los rallyes y los años han pasado y seguimos igual.
La última jornada se cobró una pieza. Abbring, que también bordó el tramo del viernes se salía. Estaba luchando por el podio. Esa es la actitud.
El último tramo fue alucinante. Latvala tenía el rallye salvo error mayúsculo. Evans y Mikkelsen se jugaban la segunda posición. El noruego la tenía practicamente a falta de 3-4 km. Pero el galés hizo un final de tramo alucinante para recuperarle tiempo y salvar su mejor posición en un rallye del mundial. Y sobre todo ganar o recuperar el respeto que no había sabido hacer que se le mostrara.
¿Y AHORA?
Ahora toca a los rallyes dar un paso adelante. El éxito de Córcega está cimentado en tres pilares. Recuperar el carácter de la prueba de siempre. A la par, ofrecer algo distinto que ha atraído toda la atención. Y la retransmisión pro televisión. Ojo, retransmisión usando los propios medios del WRC. Ya va siendo hora de repetir eso en el resto de rallyes. La estructura del rallye favorecía dar todos los tramos. Pero no parece complicado dar el 8′0% de los tramos al menos.
Ojalá que no se pierda esta cita. Y si así fuera, que las demás tomen buena nota. Y que hagan sus rallyes lo más fieles a lo que solían ser. Y si a algún jefe de equipo no le gusta, tiene una opción muy fácil. Que se quede en casa y no vaya. Eso sí, que le dé libertad a sus pilotos para que disfruten. Y los más importante. Que nos hagan disfrutar. El Tour de Corse ha dejado claro que si se quiere, sí se SÍ SE PUEDE
SÍ SE PUEDE
La cita francesa del mundial de rallyes, que volvía a sus tramos naturales, en Córcega, es una piedra de toque, un cimiento para dejar claro que sí se pueden hacer rallyes distintos.
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