En Suecia se dio una situación gravísima. Con todos los problemas que arrastró la organización sueca para sacar el rallye adelante, cosa que consiguió, todo estuvo a punto de irse al garete por una rebelión fallida de los pilotos.
Hace 30 años, en el Hotel Sol de Estoril, los pilotos se reunían y con luz y taquígrafos decidían abandonar el Rallye de Portugal. Unas horas antes el Ford RS 200 de Joaquim Santos se iba contra el público al tratar de evitar a los mermados de turno que cruzaban el primer tramo detrás de un rasante.
Cuando los pilotos tuvieron conocimiento de lo ocurrido, regresaron a la base del rallye y pasaron por uno de los tramos restantes a velocidad reducida. Esto levantó las iras de los espectadores que habían hecho noche en la zona de Sintra. Se calculó que podía haber un millón de personas flanqueando, literalmente, las cunetas de los 22 kilómetros de tramos de asfalto que componían la trilogía de inicio portuguesa.
La primera marca que tomó decisiones fue Ford. Tras esconder la organización los tres fallecimientos, la marca del óvalo retiró a sus pilotos una vez que tuvo conocimiento de la tragedia. El resto de pilotos no quería seguir. Rorhl confesaba que tenía que tratar a los espectadores como árboles para poder pasar deprisa.
En ruta hacia el hotel, algunos de esos energúmenos lanzaron piedras contra algunos participantes.
DOCUMENTO
Los pilotos firmaron, 22 en total, un documento en el que consideraban que como muestra de respeto con las familias de los fallecidos y heridos, de los hechos acaecidos en el propio accidente provocados por unos espectadores cruzando el tramo y considerando que el deporte se beneficiaría de su abandono, se retiraban. Dejaban también claro, porque ya había voces en contra de los Grupo B desde la FISA, que el accidente no era achacable ni a los coches ni a la velocidad que desarrollaban.
Con los pilotos unidos y con las cosas muy claras llegaron los dimes y diretes. Entre los Jefes de Equipo la cosa estaba menos unida. Peter Ashcroft, que ya había retirado a sus Ford, apoyó a los pilotos sin reservas. En MG-Austin, John Davenport quería continuar pero lo decía con la boca chica. Y más tras hablar con sus pilotos que estaban hundidos.
Sin embargo Jean Todt se opuso radicalmente a la suspensión. Aparte de calificar a los portugueses como ‘Africanos blancos’, sus pilotos siguieron en sus trece, Salonen tuvo un incidente que pudo desencadenar otra tragedia, y claudicó y les dejó la decisión a ellos.
El otro que se mostró absolutamente en contra de la suspensión fue Cesare Fiorio. Curiosamente no estaba en Portugal, tenía fiebre y volaría al día siguiente, pero hizo llegar sus negativas y amenazas a sus pilotos a través del teléfono.
Quedaba la organización y la FISA. Los primeros pensaban que suspendiendo el bucle de tramos de Sintra, la situación mejoraría una vez marcharan hacia el norte.
La Federación acusó a los pilotos de dar una mala imagen y les amenazó con retirarles la licencia. Finalmente los pilotos se salieron con la suya. La Federación no tomó medidas allí, una y muy grave que luego veremos sí, y el rallye se siguió disputando.
NOCTURNIDAD
La situación en Suecia, afortunadamente, no tuvo que ver con un accidente, incidente o tragedia. Las condiciones de temperatura dejaron sin nieve, y sobre todo sin hielo, los tramos suecos. La organización trabajó sin descanso, informando en todo momento a los equipos de la situación, para sacar la prueba adelante. Ya Sebastien Ogier tuvo poca sensibilidad declarando que no sabía qué estaban haciendo allí. Tras hacer los reconocimientos de los tramos suecos y encontrarse en su mayoría pistas de tierra. Fue reprendido por su equipo, pero el francés tenía el tema entre ceja y ceja.
Instigados por el de Gap, los pilotos empezaron a quejarse por lo ‘bajini’ de que no se había contado con ellos para tomar las decisiones sobre el rallye.
Ellos temían por su integridad dado que las condiciones les harían perder los clavos en las zonas sin hielo. Al llegar a las que tuvieron el sólido elemento, estarían a merced de lo que quisiera hacer su coche al no tener los clavos.
El problema es que no hablaron con el Director de Carrera. Glen Olsson. El Sr. Olsson ya había recortado la prueba y no le iba a temblar el pulso en recortarla más, de hecho dejó la última jornada con un sólo tramo.
Pensar que un tipo tan experimentado como Olsson, les iba a hacer pasar por la tortura de correr en ciertas condiciones, era de ser poco inteligente. O quizá el signo de los tiempos que corren. Todo controlado, incluidos los reconocimientos. Pilotos casi escondidos si no tienen temas de prensa o de promoción. En una palabra, falta comnunicación. Pero insisto, los equipos estaban al tanto de todo al minuto.
Así que con el primer tramo preparado, los espectadores desafiando al fresco y muchos habiendo pagado su entrada, y con unas condiciones aceptables, los pilotos, encabezados por el Campeón, deciden boicotear el primer tramo. Así, sin vaselina. A las 6 de la mañana con todo montado. Una decisión infantil, irresponsable y traicionera.
PADDON
Afortunadamente un piloto sacó la cabeza del rebaño que había preparado el pastor Ogier y se hizo a un lado. Hayden Paddon. El kiwi les puso los puntos sobre las íes a sus colegas y rivales y les sacó los colores. Les recordó que no podían tomar una decisión así sin haber ‘amenazado’ antes y sin haber tenido una conversación sobre el tema para saber el punto de vista de la organización. Y que sobre todo no se podía tomar esa decisión sin dejar margen de maniobra para tomar alternativas. Y que, además, no le apetecía arriesgar su puesto de trabajo en su equipo.
Así que ante la falta de unanimidad, la rebelión se quedó en nada. Y casi mejor. Porque estoy seguro que a Olsson no le habría temblado el pulso para mandar a casa a este puñado de forajidos con un Billy el Niño al mando, si hubieran llegado a perpetrar semejante despropósito.
PELIAGUDO
Si los pilotos quieren ser escuchados que se asocien y nombren a un representante. Sea uno de ellos en activo o uno ya retirado, preferiblemente. Me viene Marcus Gronholm a la cabeza. Y que trabajen en todas las comisiones habidas y por haber.
Aunque no olvidemos que estas asociaciones, lo vemos en la F1, valen para muy poco. Y todo porque los pilotos no toman conciencia de que sin ellos no hay espectáculo.
Pero cuidado. ¿Que van a demandar? Porque aquí ya habían decidido pegar una puñalada trapera. Lo siguiente que será. ¿Pedir que anulen Córcega? ¿Que en Finlandia se va muy deprisa? ¿Que el barro de Gales no agarra nada? Ojo con eso.
Antaño, en esa época de hace 30 años y antes, no todos los pilotos corrían en todos los rallyes. Algunos no pisaban en ciertas pruebas porque no se sentían cómodos en ellas o lo pasaban mal. Sé de copilotos que pasan las de Caín en Córcega por ejemplo. Hace 30 años, la FISA aprovechó lo ocurrido en Portugal y más tarde con la muerte de Toivonen y Cresto, en la hizo la vista gorda con ciertos dispositivos del S4, y se cargó de un plumazo los Grupo B.
GOD SAVE HAYDEN
Afortunadamente el hijo del imperio Hayden Paddon, puso el punto de cordura necesario a la revolución nocturna y alevosa del campeón francés. Ahora los pilotos tienen una excusa para asociarse y hacer las cosas bien. Mientras esperemos que en situaciones así, siempre haya un Paddon para poner cordura y sacar los colores al resto. Ingratos.
En Suecia se dio una situación gravísima. Con todos los problemas que arrastró la organización sueca para sacar el rallye adelante, cosa que consiguió, todo estuvo a punto de irse al garete por una rebelión fallida de los pilotos.
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