Sí. Así de simple y complicado. Así de llano y escarpado. Así de tangencial y peligroso. Estamos en guerra.
La manera en que, llamémosle así, el mundo occidental ignora y no se da por aludido con la amenaza islámica, es desconcertante. No esperen aquí búsquedas de subterfugios para no llamar a las cosas por su nombre. Ni excusas absurdas negando la mayor para correr a ampararse en los brazos del buenismo y la gilipollez. Estamos en guerra, ¡COÑO!