En el momento de escribir estas líneas Jenson Button está en las tablas de tiempos del tercer día de entrenamientos, con todos los equipos en liza, a la cabeza. Incluso por delante del Ferrari de Massa que ha marcado su mejor tiempo en una tanda de tres vueltas cerca del mediodía. Pero no sólo eso. Jenson está rozando el 1.18 y el debate, encendido, ya está montado.
Ese tiempo es más que bueno. Las teorías sobre el rendimiento también. Unos piensan que la necesidad de lograr patrocinador les está llevando a rodar con un coche híbrido, que por un lado les permite ganar en fiabilidad que está siendo muy buena -todo hay que decirlo-, y otros que el genio de Ross Brawn está plasmado en un coche nuevo que le ha permitido desarrollar sus ideas y ha dejado a todos detrás.
Tantos años siguiendo cada hora de la F1 me lleva a pensar automáticamente que Brawn está jugando al más viejo juego de la pretemporada. Sobre todo entre los equipos más necesitados. Bien por la vía de rodar por debajo del peso, o con un motor más potente, o con alerones que no cumplen la reglamentación. Juego que no es más que el impresionar lo máximo posible para añadir un patrocinador. Algo vital en la mayoría de los equipos y que en el caso de Brawn cobra más importancia.
DE CERCA
Después de verle de cerca sólo me sorprende una cosa. Que la salida de los escapes, comparada con la de Force India y la propia Mclaren es muy baja. Si así consigue un efecto de doble difusor y funciona se justifica parte de sus tiempos. La otra parte podría venir del morro y de haber situado allí las baterías del KERS. Parece difícil que así sea al compartir sistema con Mercedes y no haber tenido tiempo de acoplarlo. Si así fuera la ganancia de peso en la parte delantera ayudaría mucho a equilibrar el coche.
A simple vista no se aprecia nada extraño. El alerón delantero es muy parecido a uno de los primeros que montó Williams, el alerón trasero parece legal, los pontones están trabajados…la apariencia es de un coche normal.
Pero contra todo esto está la corriente que pone a Ross Brawn en un altar y dicen que por qué no. Que por qué no va a ser capaz Ross Brawn de haber dado con las teclas precisas en este año de cambios. Se me hace muy cuesta arriba. Primero porque en Brawn-Honda se han puesto a trabajar otra vez en serio hace tres semanas. Es muy probable que parte del equipo de ingenieros haya seguido con su labor e incluso Ross haya estado muy atento a las novedades de cada coche que se presentaba y corría. Pero desde el primer día estar con los mejores es algo que no puedo creer.
Para quienes defienden a Ross reconocen que sentirían poco menos que traicionados si el británico estuviera jugando con todos buscando tiempos.
Yo no me sentiría traicionado. Incluso lo entendería. Estoy habituado a ello cada pretemporada. Brawn hoy, Toyota ayer, Arrows entonces. Nada nuevo bajo el sol.
Os dejo datos, rumores y el pulso de lo que se ve por aquí. Que cada uno piense lo que quiera.
p.d. Hamilton se acaba de estampar contra el muro en ELF. No, hoy no está Pepe Potamo y su grito hipohuracanado, no. El medidor de viento no llega a los 6 km/h.
