Se acaba de desvelar que Landis dio positivo en la épica etapa de Morzine. Poco han tardado los agoreros asquerosos, los heraldos de la catástrofe, en anticipar un nuevo, y van…, fin del ciclismo.
La ceguera de estos carroñeros les ha debido de impedir ver las carreteras francesas hasta las trancas, atiborradas de público deseoso de ver a los héroes. Porque no olvidemos nunca que, con doping o sin él, son héroes. Puros y duros.
Uno de los problemas del doping está en la propia UCI y en un calendario sobrecargado hasta decir basta. Se buscan super corredores que ganen en marzo en la Milan-San Remo, en mayo en el Giro, en julio en el Tour y en octubre el mundial. Y eso, hasta ahora sólo ha habido uno que haya sido capaz de hacerlo varios años seguidos. El más grande corredor que ha dado el ciclismo en toda su historia. El “Caníbal” belga. Eddie Merckx.
Fue el propio Merckx el que espoleó a Landis a atacar de lejos en la etapa de Morzine. Lo que no sabía el belga era que la resurrección del estadounidense se debía a la testosterona. ¿Quizá la que le faltó el día anterior para haber sufrido algo más y minimizar daños?
Otra cosa incompresible es que se dejara particiapr al Phonak. Equipo que ya ha tenido varios problemas con corredores dopados.
El Tour va a tener un ganador español que se lo ha ganado en la carretera sabiendo sufrir. ¡Viva el ciclismo! Fuera la UCI y los agoreros.