Ha muerto Laurent Fignon. El gran Campeón francés, que marcó el final de la carrera de Bernard Hinault junto a Greg Lemond, nos ha dejado víctima de ese enemigo silencioso, implacable, como si te esperara en una calle oscura de noche para darte un espadazo mortal, el cáncer.
Cien años se cumplen desde la inclusión por primera vez del Tourmalet como paso de montaña en el Tour de Francia. La Organización de ‘La Grande Boucle’ va a homenajear a la cima con dos pasos, uno de ellos como final de etapa, y va a repetir los cuatro puertos de aquella jornada disputada entre Luchon y Bayona el 21 de julio de 1910.
Se acaba de desvelar que Landis dio positivo en la épica etapa de Morzine. Poco han tardado los agoreros asquerosos, los heraldos de la catástrofe, en anticipar un nuevo, y van…, fin del ciclismo.
La ceguera de estos carroñeros les ha debido de impedir ver las carreteras francesas hasta las trancas, atiborradas de público deseoso de ver a los héroes. Porque no olvidemos nunca que, con doping o sin él, son héroes. Puros y duros.
Uno de los problemas del doping está en la propia UCI y en un calendario sobrecargado hasta decir basta. Se buscan super corredores que ganen en marzo en la Milan-San Remo, en mayo en el Giro, en julio en el Tour y en octubre el mundial. Y eso, hasta ahora sólo ha habido uno que haya sido capaz de hacerlo varios años seguidos. El más grande corredor que ha dado el ciclismo en toda su historia. El “Caníbal” belga. Eddie Merckx.
Fue el propio Merckx el que espoleó a Landis a atacar de lejos en la etapa de Morzine. Lo que no sabía el belga era que la resurrección del estadounidense se debía a la testosterona. ¿Quizá la que le faltó el día anterior para haber sufrido algo más y minimizar daños?
Otra cosa incompresible es que se dejara particiapr al Phonak. Equipo que ya ha tenido varios problemas con corredores dopados.
El Tour va a tener un ganador español que se lo ha ganado en la carretera sabiendo sufrir. ¡Viva el ciclismo! Fuera la UCI y los agoreros.
Landis todavía no ha llegado cuando escribo estas líneas. ¡Viva el ciclismo!
Esto es el ciclismo que uno recuerda de sus tiempos mozos. El ciclismo que ha leído en un sinfín de ocasiones en Historias, Enciclopedias, Crónicas. No se si Pereiró aguantará mañana en el Joux Plane. No se si los demás aguantarán a Pereiró. Pero la leña es la leña y cuando esta ha vuelto al Tour, ha vuelto el espectáculo.
Gran parte del éxito de Oscar Pereiró está en sus jefes. Echavarri y Unzue. Ellos pusieron el Tour y al ciclismo en órbita en España a principio de los 80. Arroyo y Delgado metieron el virus a la afición. Ellos ganaron con Perico. Lograron que el segoviano creyera y fuera capaz de no tener complejos ante nadie. Sólo circunstancias adversas, muerte de su madre, el famoso retraso en el prólogo, le impidieron sumar algún Tour más. Ellos convirtieron a Indurain de percherón a casi un águila de las cumbres. Tras una travesía del desierto tenían a Valverde como principal opción. Esta se esfumó y parecían condenados a intentar un puesto entre los 5 primeros con Oscar. El mal día en los Pirineos parecía acabar con esas opciones. Pero la escapada bidón le volvía a dar opciones. Ayer le dirigieron magistralmente para que no se cebara, para que subiera a su ritmo. Sabían que hoy, Oscar terminaría bien porque la última subida no era tan dura como ayer. Lo que ha venido de añadido ha sido espectacular. El crack de Landis, la casi explosión de Menchov otra vez, la falta de punch de Kloden. Mañana puede ser muy peligroso si hay leña. El Joux Plane hace muchísimo daño. Pero queda la bajada hasta Morzine. Oscar debe ser inteligente y medir. En la bajada, con lo bien que va, puede recuperar tiempo. Dos escollos de cara al final. La contrarreloj lo será menos porque Pereiró va bien contra el crono. Y si no, ya se encargarán Echavarri y Unzue de dirigirle magistralmente. Como con Perico, como con Indurain. Como hasta ahora.
Landis acaba de entrar roto. ¡Viva el ciclismo!
