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La decisión de la FOM, Bernie Ecclestone, de colocar a McLaren-Mercedes en el sitio que le corresponde –al final del boxes- , al menos en Bahrein, hace justicia y deja de agraviar al resto de equipos.
La sanción, ejemplar, recibida por el equipo el año pasado por el caso de espionaje le supuso, entre otras cosas, terminar con 0 puntos la temporada pasada.
Como la posición en los boxes la marca esa posición obtenida en el anterior campeonato, su ubicación, tanto en la zona de garajes, como en el paddock debería ser la última. Eso implica menos espacio tanto en el propio box, lo que podría afectar al trabajo de los ingenieros,  como en el paddock. Algo esto último muy complicado y que limita el tamaño del motorhome del equipo. Que en el caso de McLaren-Mercedes no podía ser de otra medida más que faraónica.
Bernie Ecclestone, la FOM, había atendido la petición de Ron Dennis, para que McLaren siguiera ocupando las primeras posiciones del paddock. Cargado de su flema y cinismo habitual, Dennis le llegó a espetar a Ecclestone un: ‘qué menos’.
Bernie tragó, al fin y al cabo los temas del paddock los controla él, pero le tuvo que ubicar en la quinta posición.
Los equipos afectados lejos de contentarse se fueron a quejar directamente a Max Mosley y la FIA. Y hacen bien porque un poquito más de espacio les puede permitir alojar a más visitantes y patrocinadores en su corralito del paddock.
También demuestra que el resto de equipos le ha perdido el respeto al equipo y a sus dirigentes. Algo que se han ganado a pulso y que mientras no se renueve la cúpula directiva actual y algo más, no van a recuperar.
Antes de la vil jugarreta que le ha salpicado, Mosley habló con Ecclestone y le hizo llegar las quejas de los equipos y le pidió que colocara a McLaren-Mercedes al final del paddock.
Ecclestone aceptó a regañadientes porque no quiere problemas y menos una pequeña revolución en el paddock. Se lo comunicó a los responsables del circuito y estos a su vez procedieron a colocar al equipo al final de boxes. Estos han sido los que al final han tenido que sacar una nota de disculpa a todos los aficionados que habían comprado las entradas en la tribuna de recta enfrente del que habría sido el box de McLaren-Mercedes.
Se hace justicia y los piratas y corsarios de McLaren-Mercedes son confinados, como en su tiempo estaban en las islas perdidas del Caribe, al lugar que les corresponde. El último, aunque sólo sea en Bahrein.