Cuatro veces he vivido la muerte, de otros, muy de cerca. Dos en rallyes, una en los toros y otra de un amigo. Eso no significa que me haya acostumbrado a ella, ni mucho menos, y siempre que ha vuelto a visitar algo que ha decidido que debíamos compartir no ha dejado de impresionarme.
La primera fue con 12 años. El 28 de mayo de 1977 Manolo Barbeito, copiloto de Jorge de Bagration fallecía en el tramo de la Hidroeléctrica de Cebreros en un brutal accidente sucedido practicamente bajo mis pies. La siguiente fue en el Rallye Playa de Aro en abril de 1988. Allí José Manuel Hernández Pedroche se dejaba la vida al poco de iniciar, creo que era el antepenúltimo o el penúltimo tramo, del rallye, Ossor, en una zona rapidísma y espectacular de enlazadas. La otra fue la cogida mortal del ‘Yiyo’. Aquellos ojos no tenían vida desde que cayó al suelo. La última la obvio
Viene esto a cuento del desgraciado accidente que se llevó la vida ayer de Shonya Tomizawa en Misano. Sin olvidarnos de que hace una semana fallecía un piloto canadiense, Peter Lenz, en una de las pruebas de soporte en Indianápolis.
Ya ayer noche hubo que escuchar a agoreros, ignorantes, oportunistas y elementos políticamente correctos que buscaban culpables por doquier.
¿CULPABLES?
Dando por bueno, aunque siempre se pueda hacer algo más, que las condiciones de seguridad de circuitos, equipamiento, coches o monoplazas, en el caso de los rallyes y monoplazas, cada vez avanzan más en el apartado de las medidas pasivas, poco o nada más hay que hablar.
A los que dicen que hay muchas motos en Moto2, sólo decirles que a los circuitos, en relación a su anchura y longitud, se les aplica unos ratios que dan el número de coches y de motos que pueden competir simultaneamente. A estos habría que recordarles, además, que el accidente no se ha debido a eso.
Cuando un piloto se cae se suele hacer daño. Gracias a esos avances en los circuitos sobre todo, pasa muy poco. Pero a veces la de la guadaña saca varias facturas pendientes y se las cobra. Esto es así.
AMOR
Nadie, y me permitiréis que me incluya, de los que corremos en cualquier competición del motor pensamos en que vayamos a matarnos. Muy pocos piensan, siquiera, en la peligrosidad de ciertos trazados o de ciertos tramos en rallyes. Todos, desde el amateur más aficionado, hasta el profesional que está en lo más alto, disfrutamos con lo que hacemos.
No sé si es por la adrenalina. No sé si es por el riesgo. No sé si es por la ilusión del control. Sé que es por amor, amor a lo que hacemos. Amor, cada uno a su nivel, a superarse.
Nadie nos obliga a jugarnos la vida, aficionados y profesionales, de ninguna manera. Eso tampoco significa que estemos locos y que vayamos buscando a la parca en cada curva.
Entiendo al que no comprende nuestra motivación. Entiendo a quién lo pasa mal viendo a las motos inclinar un poquito más allá de las leyes de la física. O a quién se estremece viendo pasar a un coche de rallyes a toda velocidad por las curvas rodeadas de pinos.
Lo que no entiendo es que eso tenga que ser prohibido porque a veces, desgraciadamente, alguno nos matamos. Porque cada vez que muere uno, muere una parte de nosotros. Esta sociedad que nos ha tocado vivir esconde a los muertos, esconde la muerte. Por eso lo de ayer lo quieren negar
Tomizawa, como tantos y tantos otros antes que él, murió haciendo lo que más amaba en el mundo. Por favor, que alguien me diga dónde hay que firmar para morir así, haciendo lo que más le gusta a uno. Porque la muerte, antes o después nos llega, se ponga tanto cantamañanas políticamente correcto, como se quiera poner.
Esto es así. Y para muestra un botón. Mercedes Rueda, esposa de Hernández Pedroche, un beso Mercedes, decía tras conocer lo ocurrido a su marido: “son cosas que pasan. estaba haciendo lo que nos gustaba”.
Eso estaban haciendo Tomizawa y el resto de los que se dejaron la vida en el asfalto o en la tierra. Lo que les gustaba. Para mi es un consuelo.
Jorge, Fran, Midland, Yei, WRC, David, gracias.
Taz, no sé que será mejor en los límites. Dentro de la seguridad los que penalicen. Meimagino que no pueden ser los mismos para coches y motos
Javi, Webboy, Silvia, Rainmaster, Mario, muchas gracias.
Vicisitud, lo queno sé es si ese mirar a otro lado es automátio, inconsciente o plénamente consciente. Creo que lo primero.
Hiarbas, siempre.
Myke, gracias.
Midland, ero Tomizawa no pisa el astroturf, ¿verdad?
[...] This post was mentioned on Twitter by David Berruezo, Karnaplosky. Karnaplosky said: RT @charlygp: en el blog 'disfruto de lo que hago' al respecto de la muerte de gente del motor http://bit.ly/9nXSnB [...]
Las culpas se las están echando al empedrado, en este caso al astroturf, que dicen los pilotos de dos ruedas que para los de las 4 está muy bien, pero que para ellos es sinónimo de caída el pisarlo…
Charly, emocionante post, sin palabras.
Quien busque culpables en lo ocurrido el domingo es que no sabe de qué va esto.
Saludos
Vivir es un riesgo.
Un saludo.
Recuerdo una reflexión magnífica de Martin Amis en ‘Experience’: una vez tienes en tu vida la experiencia de la muerte, todo lo que haces a partir de ahí – te des cuenta o no – es mirar con todas tus fuerzas hacia el otro lado.
Luego llega el momento en el que te agarran de la cabeza y te hacen girar el cuello.
Gracias Carlos…
“Tomizawa, como tantos y tantos otros antes que él, murió haciendo lo que más amaba en el mundo. Por favor, que alguien me diga dónde hay que firmar para morir así, haciendo lo que más le gusta a uno. Porque la muerte, antes o después nos llega, se ponga tanto cantamañanas políticamente correcto, como se quiera poner.”
Una verdad como un templo Charly… teniendo en cuenta que la mayoría de nosotros va a pasar el final de sus días abandonado en un rincón…
DEP Shoya
Un post impresionante, leyendo me han venido a la cabeza nombres como Villeneuve, Peterson, Rindt, Ratzenberger o Ayrton Senna… y desgraciadamente ahora también Shoya.Destacar en este comentario una frase que sinceramente me ha llegado bastante, Carlos, la siguiente: “Por favor, que alguien me diga dónde hay que firmar para morir así, haciendo lo que más le gusta a uno. Porque la muerte, antes o después nos llega.”Lo he hablado muchas veces y estoy al 100% de acuerdo contigo.Saludos.
Gracias Carlos, precioso post, sin pasión y sin disfrutar la vida y las cosas que nos gustan, no se si vale la pena vivirla. Me quedo con tu frase, morir haciendo lo que uno más ama, sea lo que sea.
Magnífico, Charly. Un post para hacer reflexionar a todos aquellos que viven su vida sin pasión por nada pero abriendo bien la boca para llamar la atención, cuando lo único que consiguen es ponerse ellos mismos en evidencia. Cuando alguien realmente disfruta con alguna actividad no es que obvie los riesgos, es que sencillamente el placer que siente compensa sobradamente cualquier aspecto negativo. Sarna con gusto, no pica, que suele decirse.Me apena el patetismo de las personas que ayer se llevaban las manos a la cabeza pretendiendo buscar inexistentes culpables, mientras hoy lo han olvidado todo y siguen su vida. Por favor, no sean mas papistas que el Papa.
Cuánta razón tienes. Nadie obliga a nadie a correr, y correr tiene un riesgo. Curioso que personas que han sufrido accidentes como Isidre Esteve siguen vinculados a las motos, o al motor, y solo piensan en adaptar su situación actual a poder disfrutar de lo que más les gusta. Tantos han muerto y tantos han sufrido accidentes, que es imposible nombrar a todos, pero seguro que todos nos acordamos de maestros como Senna o Rainey, o Doohan, con su pierna destrozada… En fin. Hay que seguir adelante y disfrutar de la vida y de lo que nos apasiona.
Bah Charly! es lo de siempre, yo he visto lesiones feísimas a 60Km/h y verdaderos milagros a 300Km/h ilesos, quicir, que por mucha medida de seguridad que pongamos la componente aleatoria siempre estará ahí y puede ocurrir lo peor.
¿peligroso? sí ¿y?
¿a que esos agoreros no prohibirían los toros?
¿que es mas impredecible?
-un animal de 500Kg acorralado
-o una maquina conducida por una persona
Solo me queda una duda en este caso
Si es mejor solucion de seguridad para marcar los limites de la pista la hierba sintetica o la directamente la grava.
Totalmente deacuerdo Charly….yo lo aplico al ciclismo….Subo al alto de Guadarrama y me lanzo a 70 u 80 % con la bici….Miedo a tener un accidente? ninguno…¿que puede pasar?pues claro…pero si a nivel de aficionado disfrutamos…los pilotos que viven de ellos también y multiplicado…..
Muy buen post Carlos, hasconseguido ponerme la carne de gallina. Sinceramente me ha dolido bastante la muerte del joven japones 19 añitos………… el tio que estaba super ilusionado con llegar al Gp de Japón y ganar delante de su padre, porque como el decía “no me acompaña en ninguna carrera porque le da miedo volar y quiero que me vea hacerlo”………. ganar ya no ganaras pero lo que si que has ganado es un pedazito den corazón de todos los aficionados al motor.
El riesgo “mortal” es algo inherente a cualquier rama de las competiciones de motor.
Como dices, los pilotos aceptan el riesgo como parte de su forma de vida, y es obvio que ninguno sale a pista pensando que puede matarse…
Como dices, las medidas de seguridad han mejorada en todos los aspectos…y del mismo modo al pobre Tomi le sucedio lo peor que puede pasar en motos aparte de chocar contra un muro (nos tuvimos que dar cuenta con lo de Katoh) y es quedarse vendido en la trazada frente a otros competidores…el resto ya lo sabemos, y sobrevivir a un atropello a 200 km/h se antoja dificil…la parca ha querido llevase al bueno de Shoja, igual que a muchos otros en todas las categorias.
De todo esto tenemos que sacar una lectura positiva. Su muerte no fue debida a algo evitable o previsible, y el accidente fomentará la investigación en nuevas medidas de seguridad que protegan a los motoristas en estas situaciones.
Y mal que nos pese, son lecciones que debemos aprender igual que las que desgraciadamente nos enseñaron Jim, Gilles, Roland, Ayrton…
Esta muerte tiene muchisimas similitudes con la Henry Surtees el verano pasado en la Fórmula Dos: simple y llanamente el colmo de la mala suerte. Si hubiese caido fuera de la trazada o fuera del asfalto se habría fracturado algún que otro hueso, pero quiso la muerte quitarnoslo y llevárselo para que actuara en exclusiva para ella.
El riesgo está ahí, y la muerte también, pero cada piloto está donde le apetece, haciendo lo que ama, disfrutando de su vida… Eso es innegable… Mientras no se moleste a los demás que cada persona decida cómo vivirla…
CARPE DIEM…
http://www.youtube.com/watch?v=xZDmt9ZbRK4
Enhorabuena por la entrada Carlos. Y sin duda de acuerdo contigo con los oportunistas de turno, han salido debajo de las piedras. Y eso me cabrea mucho, porque solo salen en ocasiones como estas.
Olé Charly.
Cuando el corazón y el cerebro interactuan es difícil sacar algo en claro pero tu lo has explicado de vicio.