NÚMERO 1
El deporte de equipo que es la F1, aunque durante algunos años de la década anterior se le quisieran poner puertas al campo, volvió a tener un claro ejemplo en la carrera de Mónaco. ¿O quizá no? Muchas dudas han quedado sobre los rendimientos de los pilotos de Ferrari.
Kimi Raikkonen bajó de sus cielos para marcarse una vuelta antológica en la Q3 de la cita monegasca. Nadie mueve un coche como él cuando está a gusto. Cuando con leves giros de volante el monoplaza responde a la perfección. Vettel no pudo hacer nada. Por supuesto los Mercedes tampoco. Aunque Bottas, con un paso por la Piscina casi suicida, estuvo a punto de fastidiar la fiesta italiana.
El problema de Mercedes, que por el bien del campeonato esperemos que fuera por las características del trazado y el diseño de su coche(que ya vamos viendo que no es así)es grave. Más allá de batallas, las del coche y no las internas que se barruntan, el problema radica en meter temperatura a las gomas. Y mientras en Ferrari con presiones bajas lo logran antes y mejor, en Mercedes prácticamente no lo consiguen. Eso marcó gran parte de la diferencia. Porque si Hamilton hubiera conseguido poner sus gomas en danza una vuelta antes en la Q2, no se habría topado con el accidente de Vandoorne. Que le dejó fuera de la Q3 y con no demasiadas opciones de remontar.
Pero no hay que dejar de resaltar el verdadero problema de fondo que tiene el británico. No está siendo capaz de entender a su coche. El equipo también anda despistado. Y aparte de eso, no está siendo capaz de sobreponerse a esa adversidad. Si añadimos que los reglajes de Bottas no le hacen ir cómodo, el cocktail para el desastre está servido.
ROSBERG
Aunque muchos sigan obviándolo, el campeón en título de la F1 es Nico Erik Rosberg. Que abandonó Mercedes después de recibir un trato, cuando menos, nada igualitario con Hamilton. Al que obligaron a ceder en Monza en 2014 para restañar no sé qué heridas de Spa. Que agachó la cabeza no en gesto de sumisión, aunque alguno así entendió, si no para trabajar y buscar las últimas milésimas a pesar de que cuando tenía problemas, Hamilton le copiaba el reglaje.
Todo eso está muy bien. Un número 1, Hamilton, y un número 2, Rosberg. Pero cuando por mor de un proveedor de neumáticos vendido y rastrero, se decidió que Mercedes tenía que ganar y no hubo más rivales en la F1, esa prioridad desapareció. Rosberg siguió con su cabeza abajo, trabajando. Con sus altos y sus bajos. Y cuando Hamilton terminó casi de destrozarle antes del verano pasado, siguió con la cabeza baja confiándose el británico. Ni con todo el equipo detrás pudo Lewis birlarle el título. Título que, tanto ignorantes, como malintencionados, se empeñaron y empeñan en empañar como se hizo, y se sigue haciendo, con su señor padre. Keke.
A pesar de todo eso, insisto, el campeón es Nico Rosberg. No extrañe que empaquetara sus bártulos y se fuera a descansar y disfrutar de la vida junto a los suyos. Dejando a Toto, Niki, Hamilton y demás del equipo, huérfanos aunque en diciembre no lo supieran. Y no olvidemos la salida de Paddy Lowe, tan crítica y decisiva para los problemas que tiene Mercedes.
RITMO
La lectura de la carrera monegasca parece sencilla. Raikkonen y Vettel salen bien y mantienen posiciones. Vettel deja hueco con el finlandés que a partir de la vuelta 20 pierde ritmo. El alemán le recorta pero empieza a verse amenazado por Bottas. En un día en que lo que parecía, como así fue, que lo que iba a funcionar era el overcut, parar después del de que te precede, la situación era peligrosa.
En la vuelta 33 Ferrari llama a Kimi a boxes. Vettel baja sus tiempos de manera espectacular, hasta casi 2 segundos en una de las vueltas. Eso y que Raikkonen se encontró tráfico, puso a Vettel en cabeza sin mayores problemas. Hasta aquí algo que parece lógico. Pero da la sensación de que hay más. Básicamente dos preguntas. ¿Ralentizó Kimi adrede su ritmo para dejar a Vettel a merced de Bottas? O ¿Paró Ferrari a Kimi justo para meterle en ‘problemas’ y que Vettel se pusieron primero, ganara la carrera y consiguiera gran ventaja en el campeonato?
A lo segundo creo que la respuesta es fácil. El ritmo de Raikkonen puso en alerta al muro. No cabía otra que parar a Raikkonen si este no mejoraba el ritmo. Las vueltas de Vettel cuando se quitó al finlandés del medio fueron brutales. Por tanto ninguna pega o crítica a lo realizado por el equipo. Si además tenemos claro que Kimi no es fiable como maratoniano, para luchar por un campeonato hoy en día, y sí como velocista, la supuesta decisión de Ferrari está más que justificada.
La respuesta a la primera pregunta es más peliaguda. Si Raikkonen hace eso es porque, o bien sabe de antemano las órdenes de equipo que va a sufrir -e intenta reventarlas-, o bien realmente sufre un bajón en sus gomas. Su cara de haba pasa en el podio no deja traslucir nada. Sin saber si está enfadado por perder el ritmo, porque ha sido sacrificado o porque sus gomas dejaron de funcionar, unido al silencio ’stampa’ de Ferrari, nos quedamos con las ganas.
Yo me inclino por esa pérdida de ritmo. Lo que obliga al muro a tomar decisiones. Decisiones con la vista puesta en que Vettel es el número 1. Y como equipo tienen muy claro eso. Y eso es lo que hoy por hoy, con los problemas de Mercedes, les permite liderar ambos campeonatos. Gracias a que tienen claro ese número 1 y a que el número 2, más irregular, sigue sumando. ¿Que habría sido muy bonito ver ganar a Kimi? Por supuesto, maravilloso. Una gozada. Pero Ferrari tiene un problema de fiabilidad que le va a pasar factura en breve. Todo punto de ventaja más que consiga Vettel va a ser oro.
SAINZ
De antológica puede catalogarse la carrera de Sainz en Mónaco. El madrileño sigue firme en sus actuaciones y a nada que el coche, o el escenario, lo permite, saca a relucir el talento. Sí, es difícil pasar en Mónaco. Y con estos nuevos coches más. Pero tener en un final de carrera a Hamilton detrás. Con la diferencia de prestaciones entre sus monoplazas y con el británico sin mucho que perder, y no inmutarse, dice mucho de Carlos. Sigue pidiendo un coche competitivo a voces. Otra cosa es que el panorama para conseguirlo sea feo.
Por otra parte los Red Bull estuvieron más incisivos que en otros GP. Lamentablemente parece que va a ser agua de borrajas mientras Renault no dé un paso al frente. Pero en la ocasión, Ricciardo lo bordó. Sobreponiéndose a un error del equipo en la Q y remontando en carrera con un overcut a Verstappen. Y no sólo a su compañero, si no también a Bottas cuando se quedó unas vueltas clavado tras Sainz. Carlos paró en la 37, 4 vueltas después que el finlandés, que vio cómo se le escapaba el podio tras un fin de semana al límite para meter su Mercedes en cintura.
Derrota sin paliativos de Mercedes en el Principado frente a Ferrari. Reivindicación de Bottas, Ricciardo y Sainz. Ferrari tiene claro su número 1, aunque Raikkonen le batiera el sábado y un tercio de la carrera. Mercedes también. Aunque en este caso el hipotético que debería serlo, y que lo es, le está empezando a costar demostrar que es ese número 1.
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